Markus y la pregunta que lo revolucionó todo

"Te dije que no leyeras la Biblia ni indagaras sobre Jesús! Ahora te has convertido en kafir, cristiano!" Taufik*, enfurecido, recriminaba a gritos a su hijo Markus*. No podía creer que su hijo, al que estaba educando para ser el próximo erudito y líder islámico, hubiera confesado un hecho tan peligroso y pervertido.

"¡No, Padre! ¡Sigo siendo musulmán! Sólo que he descubierto que Isa (Jesús) es la verdad, ¡el Verbo de Dios!" respondió Markus, sin prever la reacción de su padre. Para su asombro, le echó de casa. Sintiéndose enojado, confuso y profundamente entristecido, Markus se dirigió a casa del pastor. Nunca hubiera imaginado que sus preguntas le resultarían tan costosas.

Todo había empezado tres años antes, cuando Markus ingresó en la universidad de Java Occidental, en Indonesia. Markus pertenece a la segunda etnia más numerosa del país, los sondaneses, que está fuertemente vinculada al islam. En esa misma provincia, son frecuentes los ataques contra personas e iglesias cristianas.

De joven, Markus fue un musulmán ambicioso y fanático. Cursó sus estudios en una universidad islámica, impulsado por su padre, y participó activamente en el grupo islámico juvenil. Para Markus, el islam constituía la única religión verdadera -la única aceptable para Dios-. Su misión consistía en contactar con jóvenes cristianos y enseñarles el "camino correcto".

Un día Markus conoció a un cristiano chino y aprovechó el encuentro para compartir sobre el islam. En el transcurso de su conversación, Markus recalcó la relevancia del cristianismo hace 2.000 años frente a su irrelevancia actual.

"La cuestión no es si el cristianismo es o no una religión verdadera. Lo que importa es que yo iré a cielo" respondió el creyente. A Markus le sorprendió su argumento. “Qué arrogante” pensó para sí. Después de todo, el cielo es un asunto muy serio, tan serio que en el islam, no se permite hablar ligeramente del cielo.

• "¿Por qué te resulta tan fácil ir al cielo? ¿Le pertenece a tu padre?" preguntó Markus.
• "¡Sí, de hecho pertenece a mi Padre!"
• "Entonces, ¿quién es Dios?"
• "¡Mi Dios es Jesús!"

Fin de la conversación... pero no para Markus.

UN NUEVO CAMINO, MUY COSTOSO, HACIA CRISTO

A Markus le seguía resonando en la mente su conversación con el chico. El nombre de "Jesús" le despertaba curiosidad y suscitaba dudas. Que él supiera, nadie se refería nunca a Alá como "su padre". ¿Por qué los cristianos están tan seguros de que irán al cielo? Y ¿por qué dicen que el cielo pertenece a su padre? Decidió investigar más sobre el cristianismo. Sería la única forma de convertirlos al islam.

Así es cómo inició sus indagaciones sobre Jesús. En el Corán Jesús se llama Isa. Según el Corán, Isa vendrá de nuevo para destruir a Satanás y para matar a todos los cerdos (metáfora que significa destruir todos los vicios). Markus estaba perplejo. Dice el Corán que sólo Alá puede juzgar, y que Mahoma es el último profeta. Entonces, ¿por qué volverá Isa? ¿Quién es Isa?

Tenía muchas dudas que aclarar y la primera persona que consultó fue su padre. Para su sorpresa, su padre Taufik le reafirmó que Isa vendrá de nuevo, pero también le aconsejó a Markus que desistiera en su búsqueda de respuestas. Pero no lo hizo. Continuó preguntando a sus profesores quién era Isa y recibió la misma contestación que le había dado su padre. Compró una Biblia y empezó a leer y compararla con el Corán. Después de tres años, Markus podía confirmar algo que le cambiaría para siempre: Isa es la Verdad.

Hubiera querido que las cosas fueran más fáciles, que pudiera conocer la verdad y luego seguir con su vida de siempre. Pero no fue el caso. Antes de echarle de casa, su padre le propinó una paliza. Durante los doce años siguientes, Markus no tuvo ningún contacto con sus padres, a pesar de que era hijo único. Al conocer a su Padre celestial, perdió a sus padres terrenales.

LLAMADO A ENSEÑAR EL CAMINO A SU PROPIO PUEBLO

Después de conocer la Biblia en casa del pastor, Markus fue a estudiar a una escuela bíblica en Singapur, y se hizo pastor. Allí escuchó la llamada del Señor: "Trae a los hijos de cada milla a Cristo." Markus entendió inmediatamente que debía dirigirse a su propio pueblo en Java Occidental y regresó a su tierra natal.

Markus se estableció en una aldea de Java Occidental, trabajando en desarrollo comunitario. Un año más tarde, el jefe de la aldea le preguntó por su religión. "Soy cristiano", contestó, sin titubear y aprovechó la oportunidad para compartir las Buenas Nuevas. Aunque el jefe no la aceptó, sí accedió a que orara. Lloraron ambos mientras Markus oraba. Le conmovió al jefe que un extraño llorara con él. A la semana siguiente, acudieron 49 personas a la casa del jefe y pidieron ser bautizados. Esto fue sólo el principio. Más adelante, la aldea entera se decidió a seguir a Isa.

A medida que crecía su ministerio, empezaba a recibir amenazas de muerte. Durante un período le perseguían las autoridades por sus actividades evangelísticas y tuvo que huir al extranjero. Pero siguió fiel a su misión de alcanzar a su pueblo, los sondaneses, y en cuánto pudo, volvió a Indonesia.

Actualmente, Dios ha usado a Markus, un brillante estudiante con profundos conocimientos del cristianismo y del islam, para alcanzar a más de 8.000 creyentes de trasfondo musulmán, los cuales se reúnen mayormente en iglesias clandestinas en casas particulares por motivos de seguridad. "Mi trabajo ahora se centra en preparar a los jóvenes discípulos de nuestro centro de discipulado para que sean los próximos líderes," explica Markus.

Puertas Abiertas ha ayudado a Markus a establecer el centro, y le ha ofrecido préstamos para financiar la misión.

MARKUS RECIBIÓ “CIEN VECES MÁS”

Uno de los anhelos de Markus era que sus padres conocieran y siguieran a Jesús. Durante los interminables años de ruptura, oraba día y noche por su salvación.

En 2013, el Señor concedió su petición. El padre de Markus aceptó a Jesús como Salvador después de ver cómo su esposa era sanada milagrosamente de una enfermedad que hubiera requerido cirugía. Lo recuerda Markus: "Mi hijo mayor, que tenía entonces 9 años, le contó que Isa sana. Desde entonces, mi padre escudriñaba cada día la Biblia, y un día me dijo 'Tu fe es la verdadera.'" Padre e hijo se fundieron en un abrazo, y entre lágrimas se reconciliaron.

Para Markus, el versículo que más ejemplifica su vida es la promesa de Jesús de Mateo 19:29, "Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna." Todo lo que había perdido, el Señor se lo devolvió multiplicado por cien.

* Nombres cambiados para proteger la seguridad