El Cristo y los cristianos del siglo XXI
Me sacudo de mi ensueño y me convierto en mensajero que corre por calles y casas para decir que hay un nuevo día, en el que las noticias son buenas... Estamos en 2017.
31 DE DICIEMBRE DE 2016 · 16:00
Imagino a Dios amando de tal manera y enviando a su Hijo, el único, para salvar a los hombres... una Navidad. Imagino a Jesús haciéndose uno como nosotros. Poniéndose en nuestro lugar, un amigo del alma dispuesto a entregar la vida por amor. Se dignó a pasearse por este mundo sin ponerle mala cara a los días de frío y niebla.
Vino en son de paz; su humildad posterior ya se vislumbraba cuando escogió un establo para nacer. Vino a liderar, sí, pero desde la sencillez, compartiendo, preocupándose por la sed y el hambre de los que le seguían; grabando en la tierra, por donde pasaba, el modelo que deberían seguir los que dijeran sí a su llamado. Dejaba huella a su paso. Imagino la despedida con un "hasta pronto', pero mientras vuelvo os dejo un Consolador".
Y luego imagino a Cristo descendiendo en pleno siglo XXI. Lo imagino contextualizándose con los niños y jóvenes para decirles que de ellos es el reino de los cielos y que no pueden perdérselo. Ideando estrategias para que esto no suceda. Lo imagino consolando y visitando a los enfermos. Pidiendo que compartamos entre los que están en paro o desahuciados. Lo imagino siendo voz de los que no la tienen y clamando por justicia, la suya. Diciendo que no estamos solos, pues nos acompaña, si le dejamos.
Lo imagino arreglando los conflictos que no faltan. Quitando el afán que a veces nos consume. Lo imagino diciendo con firmeza: Confiad, yo he vencido a la crisis... ¡Sólo traigo Esperanza, de una vida eterna!
Me sacudo de mi ensueño y me convierto en mensajero que va corriendo por las calles y casas para decirles a mis prójimos que hay un nuevo día, en el que las noticias son buenas... Estamos en el año 2017.
- Se va vislumbrando un nuevo camino hacia la Paz en Colombia.
- Los cristianos de España vamos entendiendo que somos una Iglesia "que no lucha sólo por su propia causa", sino que somos "la Iglesia de Dios en el mundo"; se va notando una mayor actuación de algunas organizaciones de nuestro ámbito frente a la problemática de los refugiados, de los marginados, de las víctimas de tráfico y trata de personas, de la violencia de género, de los niños y jóvenes...
- Desde Europa ya no se actúa a cuentagotas en cuanto a ofrendarles hospitalidad a los refugiados; se paralizan las posibles expulsiones.
- Disminuye la persecución a los cristianos.
- Disminuye la crisis de valores que se va extendiendo en nuestras sociedades y, por tanto, menguan las guerras, el racismo y la xenofobia, la corrupción, las desigualdades, el parcialismo, el individualismo...
Nos vamos convirtiendo en verdaderos agentes de la 'Misión de Dios' en el Mundo.
Y vuelvo a mi ensueño para que esta realidad no se acabe, y así mientras espero...
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Muy Personal - El Cristo y los cristianos del siglo XXI