Misión y discapacitados; Movimiento Lausana España 2016

Hace tan solo unos días, pude disfrutar del Encuentro Lausana España, que tuvo lugar en Guadarrama el último fin de semana del mes de noviembre.

03 DE DICIEMBRE DE 2016 · 19:58

Algunos de los participantes del encuentro del Movimiento Lausana en España.,lausana españa
Algunos de los participantes del encuentro del Movimiento Lausana en España.

Hace tan solo unos días, pude disfrutar del Encuentro Lausana España, que tuvo lugar en Guadarrama el último fin de semana del mes de Noviembre.

Hacía muchísimo frío, caía agua nieve y las preciosas montañas que rodeaban el lugar, estaban llenas de nieve muy blanca.

Yo iba muy cansada, pero el viaje con mis compañeros gallegos en coche, me hizo muy grato absolutamente todo.

Había tenido una alergia a un medicamento; así que tenía que echar en el ojo izquierdo un ungüento cuatro veces al día. Y, un lugar en el que he estado en distintas ocasiones que es precioso, pero como una especie de laberinto, me lo recorría cada tanto buscando un lugar para aplicarme lo más higiénicamente posible el medicamento que me dejaba el ojo totalmente emborronado, la casi imperceptible “raya” del ojo se iba por donde quería y esta gallega “saquito de pulgas”, pisaba fuerte y ruidosamente sus tacones altos por un suelo bien sonoro.

Llegamos el viernes en la tarde y…. Ya sabéis….. Muchísimos amigos, conocidos, consiervos….. ¡Hola! ¿Qué tal? ¡Qué alegría!... Besos, abrazos fuertes, saludos, personas que no conocía que tuve el placer de conocer allí. ¡Confieso que me encanta!

La primera mesa de trabajo que elegí, estuvo bien concurrida, me lo imaginaba, iba sobre “VERDAD Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN”. Lo cierto es que lo disfruté muchísimo, me parece un tema básico para, absolutamente cualquier clase de comunicador, de modo muy especial si es cristiano… Integridad, honestidad, estar al día…. Fue fantástico para mi como comunicadora cristiana, y muy enriquecedor en todos los sentidos.

Me encantó poder comprobar una vez más, lo maravillosa que es la comunión cristiana entre personas muy distintas y de diferentes ámbitos, el poder orar juntos, comer juntos… Y me gustó, de modo muy especial, el que incluyeran un precioso devocional a cargo de mi muy apreciado amigo y consiervo Tim Glasscock, fue realmente muy bueno.

Hay algo que quiero tratar con más profundidad y es la mesa de trabajo del segundo día. Tuve muy claro desde un principio que talleres escoger, el segundo me atraía como un imán, “MISIÓN Y DISCAPACITADOS”.

Me imaginaba que no iba a ser una mesa de trabajo demasiado concurrida, pero me sorprendió con tristeza el poder comprobar que sólo asistimos cuatro personas. Un bien apreciado amigo periodista que iba muy preparado en el tema, trabaja en un proyecto sobre esta problemática; alguien que me sorprendió muy gratamente, el Director de un Seminario bien conocido en España, alguien de origen gallego y de una familia muy querida por mi; el tercero en cuestión, era un hombre joven con un cargo importante en una conocida y prestigiosa organización, a quién le había muerto hace un año un hermano con una discapacidad profunda; y... Esta servidora.

Me sorprendió de un modo muy grato, que la persona que introducía el tema era un Pastor con un problema neurológico que le incapacitaba para algunas cosas, entre ellas caminar. En aquel momento llevaba con dificultad una muleta; pero nos contaba como tenía que recorrer aeropuertos y calles en una silla de ruedas con motor, y todo lo que eso había cambiado su vida y afectado a su ministerio. ¡Realmente me emocionó!

Todos íbamos dando las razones por las que habíamos elegido aquella mesa de trabajo, la de cada uno de mis compañeros era muy obvia, la mía… Aprender algo más sobre un tema que me preocupa mucho, no sólo en la sociedad, sino dentro de la iglesia. La pastoral en este sentido, medidas a tomar…. Pero muy por encima de todo, algo que no puedo evitar, como actuar con mi corazón lleno de compasión hacía personas que me necesitan de un modo muy especial, y cuando podía aportar muchas experiencias en este sentido, al haber pasado y seguir pasando por tener en medio de la iglesia a distintas personas con discapacidades, en ocasiones muy profundas. Alguien que ya está con el Señor después de convivir con una ELA por muchos años; una “niña” de la misma edad que yo, con una edad mental de siete años; un muchacho con un Síndrome de Down complicado; una mujer mayor que nació casi sin el brazo derecho….

Fue un buen tiempo en el que cada uno daba sus opiniones, hacía preguntas y se ponían sobre el tapete temas complicados, términos confusos, una compasión mal entendida, si considerar creyentes o bautizar a personas que puede parecer que ni entienden ni comprenden las verdades espirituales, medidas a tomar en todos los sentidos… Pero por encima de todo eso, sigue habiendo algo que a mi me preocupa profundamente, y sigue siendo la palabra COMPASIÓN, una compasión bien entendida, no en un, “pobrecito” ; sino en una compasión llena de amor, comprensión, respeto e integración.

No es un tema fácil, y lo primero que hay que hacer es determinar una serie de factores.

Sé que hay personas muy sensibilizadas con esta temática. Pero, en ocasiones, o no existe compasión, ni ganas de integrar, o se hacen muy mal las cosas.

Podría estar horas contando casos particulares que me rompen el corazón, como el de mi hermana casi sin brazo que se mueve sola con una ligereza impresionante, pero que lloraba cuando era una niña; porque la profesora no le daba unas agujas para calcetar, la sonrisa y el abrazo del chico con el Síndrome de Down, mi queridísimo amigo y hermano que sobrevivió muy por encima a los pronósticos médicos de un año de vida, o la “niña” de mi edad, no sólo profundamente creyente y con la Biblia metida en sus entrañas. Pero también con un don espiritual precioso….. Han sido muchas las veces en las que yo regresaba de algún viaje de ministerio, o atravesaba por algún problema, y ella era, prácticamente la única que me recibía con un gran abrazo, una dulce sonrisa y me decía que estaba orando por mi. Cuando escribo esto, se me llenan los ojos de lágrimas; porque es muy fuerte, mucho. ¿Reamente pueda alguien con una discapacidad así ser bautizado, desarrollar un don espiritual…?

Mientras se ponían sobre la mesa problemáticas, soluciones y demás, mi corazón volaba al Señor Jesús y a la mayoría de las personas a las que Él se acercó… Todos y cada uno de ellos eran discapacitados en algún sentido… La samaritana, María Magdalena, el ciego de nacimiento, el paralítico de Bethesda, la mujer a la que querían apedrear por adulterio, el pequeño Zaqueo que pretendía esconderse entre el follaje del sicómoro, el ciego Bartimeo, el paralítico bajado por sus amigos desde el techo, la mujer Sirofenicia, el endemoniado de Gadara y una larga lista.

Unos enfermos del cuerpo, otros enfermos del alma, y otros enfermos del espíritu.

Algunos se acercaba a pedir ayuda, a otros, era Jesús el que se acercaba a ellos. Pero en cada caso, la compasión bien entendida llenaba el corazón del Maestro.

Se llegó a muchas buenas conclusiones en aquella preciosa mesa de debate. Unas más objetivas, otras menos… Todas necesarias y excelentes para poner en práctica. Pero mi corazón, que iba buscando respuestas a un tema que me duele demasiado, salió de allí con un pensamiento que llena mi alma hasta el día de hoy.

“Y AL VER LAS MULTITUDES, TUVO COMPASIÓN DE ELLAS; PORQUE ESTABAN DESAMPARADAS…”

Mat 9: 36.

“… DIOS UNGIÓ CON EL ESPÍRITU SANTO Y CON PODER A JESÚS DE NAZARET, Y ESTE ANDUVO HACIENDO BIENES Y SANANDO A TODOS LOS OPRIMIDOS….”

Hechos 10: 38.

 

Ante esto, hago mías las palabras de la Escritura….

“EL QUE DICE QUE PERMANECE EN ÉL, DEBE ANDAR COMO ÉL ANDUVO”

1ª Juan 2:6.

 

Aunque no iba en el mejor de mis momentos, he disfrutado profundamente este espléndido Encuentro.

Desde aquí mi profunda gratitud a los organizadores, comité, participantes… Y cada hermano con quien pude disfrutar de miles de cosas hermosas y buenas. S. D. G.

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