Encuesta: cristianos hispanohablantes, faltos de formación teológica

Todo comenzó con la idea de hacer una encuesta anónima sobre el dogma trinitario. Con más de 12.000 respuestas, las estadísticas son sorprendentes.

05 DE NOVIEMBRE DE 2016 · 22:30

Vidriera en la catedral de Lieja (Bélgica) intenta representar la idea de la trinidad.,vidriera trinidad
Vidriera en la catedral de Lieja (Bélgica) intenta representar la idea de la trinidad.

Todo comenzó con la idea de hacer una encuesta anónima sobre el dogma trinitario para pasarlo a mis familiares y amistades cercanas. Trataba de averiguar cuál era la comprensión que ellos tenían sobre la doctrina central de la fe cristiana. No obstante, pronto, el formulario se hizo viral, superando los 12 mil participantes de distintos países hispanohablantes.1

¿En qué consistía la encuesta? El cuestionario contenía doce preguntas; pero, solo diez de ellas con puntuación. Las interrogantes habían sido formuladas en base a las antiguas controversias trinitarias surgidas entre el siglo I y VII, tales como el “monarquianismo”, el “sabelianismo”, el “arrianismo”, el “monofisismo”, el “monotelismo”, etcétera.

 

Resultados de la encuesta.

Las estadísticas son sorprendentes. Veamos algunas de las preguntas más importantes y sus respectivas respuestas, así como las estadísticas generales que son realmente impactantes:

De los 12850 participantes que hay a día de hoy, solo el 9,57% ha contestado bien todas las preguntas con puntación. ¡Ni un 10%!

 

1. ¿Son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo la misma Persona Divina?

De forma inaudita, casi el 43% de los participantes ha contestado con un: “Sí, son manifestaciones distintas de una única Persona Divina. En ocasiones se presenta como Padre, en otras como Hijo y en otras como Espíritu Santo; pero no son tres Personas distintas”.

Es interesante saber que la creencia que afirma que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una sola Persona Divina que se manifiesta de tres modos distintos fue una antigua herejía surgida en el siglo II, conocida como “Monarquianismo”, “Modalismo” o “Sabelianismo”. Sin embargo, la Trinidad –el dogma central sobre la naturaleza de Dios en la mayoría de las iglesias cristianas–, afirma que Dios es un ser único que existe como Tres Personas distintas o hipóstasis: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

La definición ortodoxa fue formulada en el Concilio de Nicea (año 325 d. C.), aunque el concepto que encierra se encontraba en los escritos patrísticos anteriores. En el siglo IV, muchas personas fueron torturadas y decapitadas por creer esto. ¡Menos mal que vivimos en otros tiempos!

 

2. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, ¿quién es mayor en poder y divinidad?

Casi el 23% de los encuestados respondieron que: “El Padre es el mayor; luego el Hijo, quien está subordinado al Padre y; por último, el Espíritu Santo, quien está subordinado al Hijo”. ¿En serio?

La creencia en que el Padre es la mayor de las Personas Divinas, siendo el Hijo y el Espíritu Santo Personas Divinas subordinadas es una herejía aparecida a finales del siglo I y principios del siglo II, llamada “Subordinacionismo”. Esta herejía fue condenada y rechazada en el año 325 d. C., también en el Concilio de Nicea.

 

3. ¿Cuántas voluntades tenía Jesucristo?

Extrañamente, el 55% de los participantes erró en dar la respuesta ortodoxa. El 50% de los encuestados contestaron que: “Solamente una; la divina, tal y como el Padre”.

Empero, la creencia de que en Jesucristo solo había una única voluntad, la divina, es una herejía surgida en el siglo VII, denominada “monotelismo”. La herejía fue condenada en el Tercer Concilio de Constantinopla (680-681 d. C.). También se condenó la creencia de que en Cristo había solo la voluntad humana, lo cual negaba su completa divinidad.

El peligro que se aprecia en esta respuesta, desde el punto de vista cristológico, es que el monotelismo afecta a la integridad y plenitud de la naturaleza humana de Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre. La facultad de la voluntad es una parte integral de la naturaleza humana; por consiguiente, nuestro Señor debía tener una voluntad humana, puesto que tomó una naturaleza humana perfecta o completa. Su voluntad Divina por otra parte es numéricamente una con la del Padre y el Espíritu Santo. Es necesario, entonces, reconocer dos voluntades en Cristo. Pero si la palabra voluntad se toma no como la facultad sino como la decisión tomada por la voluntad, entonces es verdad que las dos voluntades siempre actuaron en armonía, pues Jesús siempre obedeció la voluntad divina.

 

4. ¿Cuántas naturalezas tenía Jesucristo?

El 15% de los participantes también contestó mal esta pregunta. Más del 10% señaló que en Cristo solo había una naturaleza, la divina. Pero la creencia de que Jesucristo tenía una sola naturaleza es una antigua herejía conocida como “monofisismo”, surgida a finales del siglo IV. El monofisismo fue condenado en el Concilio de Calcedonia, en el año 451 d. C. Si quitamos alguna de las voluntades, ya sea la humana o la divina, estaríamos reduciendo la plena divinidad o humanidad de Jesucristo.

 

5. ¿Era la divinidad de Jesús inferior a la del Padre?

Más del 25% aseveraba que sí. ¡Wow! La divinidad de Jesús no era inferior a la del Padre. Esa herejía presente en los primeros siglos fue condenada en el Concilio de Nicea (325 d. C.). Pablo afirma la plena divinidad de Jesucristo: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9).

Cuando Jesucristo dice: “El Padre es mayor que yo” (Jn. 14:28) lo dice al haber tomado la condición de hombre, en el momento de la encarnación. Evidentemente, al hacerse igual a nosotros, tuvo que tomar una condición temporal inferior (la humana), sin dejar, en absoluto su divinidad. Sin embargo, Jesús ya había dejado claro que: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). Jesús solo fue inferior –humanamente hablando– durante su encarnación pre-pascual, porque se había limitado; no obstante, nunca perdió su esencia divina.

 

6. ¿Es Jesús (Hijo de Dios) preexistente desde la eternidad?

Casi el 15% no contestó bien esta pregunta. El Concilio de Nicea (325 d. C.) afirmó la eterna preexistencia del Hijo de Dios. Si Jesucristo es Dios, por definición, debe ser preexistente.

El Símbolo Niceno afirma: “Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador de todas las cosas visibles e invisibles; y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; unigénito nacido del Padre, es decir, de la sustancia del Padre; Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado; de la misma naturaleza que el Padre; por quien todo fue hecho...”. El apóstol Juan, en referencia a Jesucristo, declara: “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios” (Jn. 1:1) o “Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios [referencia al Hijo], que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer” (Jn. 1:18).

 

7. ¿Cuantos seres conforman la totalidad de la Deidad?

Parece obvio. La fe judía afirmaba que Dios es uno (Dt. 6:4). Los primeros cristianos también enseñaban lo mismo (1 Co. 8:6). En cambio, más del 51% de los participantes afirmó que: “Son tres Seres; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”. ¿Cómo es posible?

Dios es un solo Ser, en tres Personas distintas. Éxodo 3:14 declara: “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”. Jesucristo se identifica con el gran “YO SOY” reiteradas veces en el Nuevo Testamento, especialmente en el Evangelio de Juan. Las Tres Personas Divinas constituyen el un único Ser; el gran “YO SOY”. La doctrina trinitaria ortodoxa y aceptada en los Concilios cristianos es la que afirma Dios es un Ser único que existe como tres Personas distintas o hipóstasis: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

No obstante, hay que reconocer que el término “Persona” aplicado a la Trinidad puede resultar altamente confuso y, de hecho, fue criticado desde su definición oficial.

 

Considero que estas estadísticas son alarmantes, todavía más cuando no se trata de una doctrina periférica o secundaria del cristianismo, sino de un dogma central para la fe cristiana. Y más preocupante es el hecho de que de los 12.850 participantes, solo el 4% reconoce tener una mala compresión del dogma trinitario.

Esto nos enseña que descuidar el quehacer teológico abre las puertas al sectarismo militante y nos conduce a un peligroso fideísmo. Por tanto, si tú no estudias teología, como bien señaló C. S. Lewis, “esto no querrá decir que no tengas ideas acerca de Dios, sino que tendrás muchas equivocadas”. Y eso, creo que ha quedado demostrado.

¡Que Dios nos ayude!

 

* Seguiremos examinando otros temas clave de la fe cristiana en próximos artículos. Les animamos a participar en la siguiente encuesta, dedicada al tema de la Biblia, siguiendo este link.

 

 

 1 Encuesta sobre el Dogma Trinitario: https://goo.gl/forms/cbcZ3HLG17ZTxaq42

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