10 razones por las que me encantó Pasión por el Evangelio

La conferencia ‘Pasión por el Evangelio 2016’ ha sido una auténtica pasada.

Hoy, quiero nombrar diez de las razones por las cuales el evento me ha encantado. ¡Espero que os bendiga!

1.- La Palabra predicada

Concuerdo plenamente con el comentario de un querido hermano en la fe, Emilio Carmona, el cual comentó que Pasión por el Evangelio fue todo “un banquete”. El reconocido expositor bíblico dominicano Sugel Michelén predicó una palabra “bien trazada, exaltando a Cristo, desafiante, con aliento y misericordia”.

No es sorprendente entender la razón por la que el Señor ha levantado al pastor Michelén en el mundo latinoamericano como un poderoso referente en el tema de la predicación expositiva, tema central de su nuevo libro recién publicado ‘De parte de Dios y delante de Dios’. Nos gozamos con los mensajes de Michelén y todos salimos renovados en el Señor. Me vienen a la mente las palabras de los dos en el camino a Emaús: “¿No ardía nuestro corazón en nosotros mientras nos hablaba en el camino y cuando nos abría las Escrituras?” (Lucas 24:32). ¡El mío sí ardía!

2.- La comunión

Con más de 450 pastores y hermanos de 150 iglesias diferentes, disfrutamos de un auténtico espíritu interdenominacional en el amor por el Señor Jesucristo y su glorioso Evangelio. Un querido hermano de Murcia, Pablo Pérez, destacó que, “La impresión más fuerte fue el ver gente de tantos sitios y trasfondos unirse en torno a la verdadera pasión por Cristo y su Evangelio”.

Había de todo: bautistas, reformados, presbiterianos, pentecostales, la iglesia de los hermanos, independientes y no sé cuántos más. ¡Qué gozo ver a todo el espectro evangélico conservador representado! A pesar de nuestras diferencias menores (bautismo, escatología, dones espirituales, etc.), somos un solo pueblo en el Evangelio de Jesucristo.

3.- La doctrina

Agradezco al Señor por el énfasis marcadamente doctrinal de la conferencia. A lo largo de los últimos diez años, he estado en muy pocas conferencias interdenominacionales con un enfoque tan expresamente teológico, arraigado en las cinco solas de la gloriosa Reforma protestante: sola scriptura, sola gratia, solus Christus, sola fide y soli Deo gloria.

En vez de dar el primer lugar a la música o al afán de pasarlo bien (como sucede a menudo en grandes eventos), el eje de las conferencias giró en torno a nuestro legado doctrinal evangélico. ¡Qué pasada!

4.- Los paneles

Gracias a su enfoque doctrinal, los paneles fueron una bendición tremenda también. Nunca he asistido a una conferencia con un panel sobre los temas de la justificación y la santificación. Ayudaron mucho a la hora de aclarar algunas verdades importantes tocantes a nuestra confesión protestante.

Poder participar en dos de los paneles fue un privilegio junto con hermanos en la fe que admiro por su fidelidad al Dios del Evangelio y al Evangelio de Dios. Pienso en Luis Cano, Andrés Birch, David Barceló y Sugel Michelén. Muchos de los asistentes me hablaron de lo mucho que los paneles lo habían bendecido.

5.- La organización

Como todos sabemos, el éxito de un evento depende en gran parte del equipo organizador y hay que decir que hicieron un trabajo espectacular. Los temas escogidos para las plenarias, los paneles y los talleres fueron muy relevantes y edificantes. ¡Bravo!

6.- La música

El tiempo de la alabanza, a cargo de Samuel Barceló –el cantautor evangélico que acaba de sacar su nuevo disco ‘Solo por gracia’- me bendijo un montón. Mientras cantábamos me di cuenta de que las canciones nos estaban predicando las doctrinas cardinales de nuestra fe. Declarábamos la belleza de nuestro Dios y sus maravillosas hazañas. ¡Cuánto bien nos hace la música teocéntrica!

Cantamos el nuevo himno ‘Solo por gracia’ varias veces a lo largo de la conferencia en el cual el coro se enfoca en las cinco solas. Qué hermoso ver a hermanos y hermanas de tantos trasfondos evangélicos diferentes unidos en la proclamación de la gloria del amado Salvador. Llevo toda la semana escuchando una alabanza que oí por primera vez en la conferencia: ‘Él me sostendrá’.

7.- Los libros

Y ¿cómo no hacer mención de los libros? Gracias a la casa editorial Peregrino, había literatura evangélica por todos lados. Con tantos buenos títulos en exhibición, lo más difícil era saber cuáles (no) escoger. ¿Os imagináis lo feliz que me puse cuando me enteré de que mi esposa me había comprado el nuevo libro de Sugel Michelén? ¡Oh, gloria bendita…!

Todos los asistentes recibimos tres libros gratis: ‘El Verbo se hizo carne’, una pequeña declaración del ministerio Ligonier sobre la cristología, ‘La evangelización’ de J. Mack Stiles y otro tomo que llevaba meses queriendo conseguir ‘Enseñanzas que transformaron el mundo’ escrito por el conocido pastor evangélico Miguel Núñez (el cual estuvo ministrando en Barcelona en noviembre 2015).

Decía el campeón evangélico J.C. Ryle: “Roma y el modernismo jamás habrían causado tantos estragos en la Iglesia en los últimos 50 años si no hubiera habido un conocimiento tan superficial de las Escrituras por todas partes. Un laicado que lee la Biblia es la fortaleza de la Iglesia”.1 La buena lectura es un medio de gracia.

8.- Los jóvenes

Me fascinó observar la cantidad de jóvenes en el evento, sobre todo hombres jóvenes. Seguramente tenía algo que ver con la presencia del pastor Michelén. Sabemos que los hombres jóvenes van donde hay fuego y autoridad. Una vez le preguntaron al predicador galés más destacado del siglo XX, Martyn Lloyd-Jones, por la presencia de tantos hombres jóvenes en su capilla de Westminster (Londres). Contestó el galés diciendo que la respuesta radicó en la autoridad de la Palabra predicada.

Percibo que el Señor está despertando hambre y sed en la península ibérica por la sana doctrina y la autoridad de las Escrituras. Creo que una brisa fresca está soplando. Muchos se han cansado del emocionalismo, charlas de autoayuda, luces láser, espectáculos religiosos, juegos psicológicos y el espíritu inofensivo de la iglesia posmoderna. Estos jóvenes quieren lo mismo que buscaba Lutero: solidez doctrinal, fundamentos teológicos, raíces, convicciones y verdades por las cuales dar sus vidas. ¡Yo, por lo menos, soy uno de ellos!

9.- Los pastores

La presencia de tantísimos pastores y líderes de tantos sitios diferentes de España fue algo increíble. Saber que muchos de nuestros predicadores querían asistir a un evento centrado en algo tan fundamental como el Evangelio y la proclamación de la gloria de Cristo ha sido bien alentador. ¿Cómo no dar las gracias al Señor por haber puesto semejante deseo en el corazón de tantos?

En los días de la Reforma y en la época puritana, la excelencia de Cristo fue dada a conocer por una gran parte del continente europeo. ¡Oh, qué nuestro Rey haga lo mismo en nuestros días aquí en España! ¡Qué volvamos a Cristo, al Evangelio, a su gloria y no a la nuestra!

10.- La seriedad

Una última cosa que quiero mencionar fue la seriedad que caracterizó a los asistentes. Como regla general, más o menos todos fueron puntuales. Antes de empezar las plenarias, la sala estaba llena. Esto permitió que nadie se quedase distraído durante las plenarias y los paneles.

En el tiempo de la predicación y la alabanza, se percibió un espíritu solemne ante la presencia del Altísimo. Evidentemente había varios momentos de risa en las predicaciones, pero todo el evento se realizó con una actitud seria y respetuosa delante del Señor.

Conclusión

En suma, ha sido un tiempo maravilloso. Y me uno al comentario de uno de los organizadores del evento, Javier Pérez (maestro y predicador en la Iglesia Evangélica de la Gracia, Barcelona): “No puedo dejar de orar por Pasión por el Evangelio 2017”.

¡Nos vemos allí, si el Señor quiere!