Llamada, escogida, y fiel

Necesitamos estar más que dispuestos a obedecer a Dios, hacer lo que Él quiere, ir a donde Él quiera enviarnos, hacerlo a Su modo y en Su tiempo.

16 DE OCTUBRE DE 2016 · 06:10

Foto: Unsplash,
Foto: Unsplash

“Mi teología se halla en cuatro palabras: Jesús murió por mi” Charles Haddon Spurgeon

“Dios no pretende de mi que tenga éxito. Sólo exige de mi, que le sea fiel” Teresa de Calcuta

Desde siempre, me han encantado las historias misioneras; siempre puedo encontrar en la vida de cualquier persona que haya dedicado su vida a servir a Dios con todo su tiempo, sus fuerzas, sus dones, su salud, sus renuncias….. Algo que me enseña, me reconforta cuando decaigo, me anima, algo en lo que pueda verme reflejada y tomar aliento.

Hace ya bastante tiempo que resuenan en mi mente y en mi corazón las tres palabras que titulan este artículo: “Llamada, escogida, y fiel” Son las tres únicas palabras que figuran en la tumba de Ann Wredford, misionera inglesa que vino a España en el siglo XIX. Se casó, pasó 47 años siendo Maestra (lo era y titulada) sirviendo en las Escuelas públicas de la Iglesia evangélica de Marín, en Galicia; con viajes esporádicos a Toral de los Guzmanes, en León.

Y aquí, en una España, en nuestra amada Galicia, un mundo años luz del que ella venía en aquel entonces, se dejó hasta la última gota de todo lo más grande que podamos pensar.

Estoy absolutamente segura de que tuvo que bajarse mucho ¡Pero mucho! igual que tantos otros para aguantar demasiadas cosas; trabajar sin descanso, dar de todo lo que tenía por todos aquellos que la necesitaban, marcar hasta la muerte a cada uno de sus alumnos, o cada quien que rozaba su vida.

Pero nadie se puede imaginar lo que tocan mi alma esas tres palabras, me hacen los ojos aguas y me puedo sentir más que identificada, y anhelo que se cumplan en su totalidad en mi propia vida.

No voy a entrar en las mujeres y el servicio a Dios o cosas similares, hoy no tengo ganas de discutir con opiniones que me hieren demasiado al respecto, y que siguen vigentes al día de hoy. Simplemente, como mujer que sabe que Dios la escogió para servirle y se deja la piel en ello, hoy quiero gritar desde lo más profundo de mi alma…… ¡¡Sé que soy llamada, sé que Él me escogió, sólo intento hacerlo lo mejor posible y que mi Señor me pueda hallar fiel hasta el final!!

Todavía recuerdo el día en que mi Señor me dijo, “Te quiero para mi” ¡Por supuesto que me venía trabajando desde hacía mucho! Pero aquella tarde de un 25 de Julio en mi amada Iglesia de Ares, cantando en el coro un viejo himno….. “Do Tú necesites que vaya iré”, mi corazón se partió, y se derramó, y se entregó sin la más mínima reserva. Recuerdo algunas frases que no podré olvidar jamás de aquel himno…

“En la montaña podrá no ser, ni sobre el rugiente mar; podrá no ser en la dura lid, do Cristo me quiera emplear. Más si Él me ordenare aquí seguir, senderos que yo ignoré, con todo mi amor le diré… Mi Señor, do Tu quieras que vaya iré……. Quizás hay palabras de santo amor, que Cristo me ordena hablar, y en los senderos do reina el mal, algún pecador salvar. Más si Él me ordenare aquí seguir, caminos que yo ignoré, con todo mi amor le diré, Mi Señor, do Tú quieras que vaya, iré…”

Absolutamente nadie sabía lo que estaba sucediendo en mi interior en aquellos momentos, era algo demasiado íntimo entre mi Padre y yo. Pero le hice una promesa que sigo cumpliendo hasta el día de hoy; a pesar de todos mis fallos, errores, equivocaciones. Simplemente Su Gracia maravillosa es suficiente para mi, me cubre, me ayuda, me sostiene…

Y volviendo a Ann Wredford, casi cincuenta años de servicio fiel en los que hubo momentos duros, momentos de preguntas, soledad, carencias de todo tipo, la lejanía de su país y de los suyos. Pero siempre concluía con las tres palabras que vivía y anhelaba. Dios hizo que fueran una realidad que marcó a infinidad de personas, entre ellas a mi, después de un par de siglos.

Permitidme que os ponga dos frases de dos hombres de Dios, que parecen contradictorias:

“El hombre es fiel creyendo a un Dios que promete; Dios es fiel dando lo que promete” Agustín de Hipona

“Si usted sigue a Cristo verdaderamente, tendrá a todos los perros del mundo ladrando en sus talones” Charles Haddon Spurgeon

Me encanta como trabaja mi Señor conmigo, como me da lo que necesito en el momento necesario. Sólo hace unos minutos en los que alguien me dio estás palabras….

“… Desde el principio de la evangelización, el diablo ha usado amenazas para impedir que los perdidos oigan la verdad; porque de ninguna forma acepta perder algún otro de sus súbditos. La respuesta a cualquier manifestación de la ira del enemigo, debe ser la que Jesús dio a los que le dijeron que huyera de donde estaba, porque Herodes quería matarlo. Cristo mando que le dijeran que Él seguiría haciendo maravillas…. ¿Por qué temer los mensajes malignos si somos siervos del Señor? Delante de esta verdad, ¿Qué podrá hacer el enemigo contra nosotros?..... ¿Por qué nos acobardamos por lo que dice?... … Nunca hubo ni habrá, ni una sola vez, en la que el Señor haya abandonado a los suyos. Algunos serán probados, otros se escandalizarán, pero los que perseveren hasta el fin….. Descubrirán que el Omnipotente es fiel, cumplidor de todo lo que ha dicho….”

En este mismo instante se me erizan todos los vellos. Intentaba explicar la aparente contradicción de las dos frases de los dos grandes siervos de Dios y, me llega algo que extracto, pero que explica a la perfección lo que yo intentaba decir con mis propias palabras. Por supuestísimo que “los perros” van a ladrar”, el “León rugiente” va a intentar hacernos añicos. Pero ahí va a estar la Mano preciosa y poderosa del Omnipotente para cubrirnos, guardarnos, acariñarnos….. Cuando nuestra alma llora o nuestras rodillas flaquean.

Necesitamos estar más que dispuestos a obedecer a Dios, hacer lo que Él quiere, ir a donde Él quiera enviarnos, hacerlo a Su modo y en Su tiempo. ¡No! No es nada fácil, pero hay recompensa infinita en ello.

¿Recordáis la Parábola de los talentos? El Señor repartió como quiso y cada uno de aquellos siervos respondió también como quiso….. diez, cinco, dos, uno….. Me agarro con muchísima fuerza a las palabras que pido a Dios que se puedan hacer una realidad en mi propia vida.

“…… Bien, buena sierva y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor” Mt 25: 21.

¿Recordáis las cuatro palabras de Spurgeon?... “JESÚS MURIÓ POR MI”

Y ante esta preciosa realidad, me siento privilegiada de que el Señor me haya tenido digna de servirle. En ocasiones con paz, otras con mucho dolor por dentro, en muchos momentos llena de soledad o carencias de muchos tipos. Pero, siempre con gozo ¡¡Siempre!! En lo más profundo de mi corazón, sin él, mi ministerio carecería de todo poder.

Creo que no tengo nada más que añadir; desconozco cuando va a venir el Señor a llamarme; pero deseo con todas mis fuerzas que alguien pueda decir, escribir o lo que sea…… “LLAMADA, ESCOGIDA Y FIEL”.

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