Anepileptos, sofrosunes, kosmios y otras virtudes

Es posible que las cualidades principales del hombre que busca la perfección para gobernar, le sean obstáculos para llegar a gobernar.

10 DE OCTUBRE DE 2016 · 17:50

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Cualquiera que piense en estos convulsos días puede advertir con facilidad la diferencia entre un político y un gobernante. Casi todos los gobernantes son políticos, pero no todos los políticos llegan a gobernar. Es necesario que muchas de las condiciones, habilidades y virtudes para ser un buen político, tengan que incrementarse para ser gobernante. Pero, tristemente, es posible que las cualidades principales del hombre que busca la perfección para gobernar, le sean obstáculos para llegar a gobernar.

Sin embargo, el ciudadano con derecho a voto debe adivinar, viendo y oyendo a los políticos, cuál será el mejor gobernante.

“Desde el Corazón” siempre he percibido que cuando la gente quiere un carpintero, un pintor, un fontanero, un administrativo, un médico… no sólo quiere un buen profesional, sino que además sea experimentado y buena persona. François-Marie Arouet más conocido como VOLTAIRE, famoso escritor, historiador, filósofo y abogado, solía decir que –y era defensor del ateísmo- “quería que su sastre y su barbero, fueran cristianos, porque de este modo el sastre sería justo en valorar sus trajes y al barbero le podía confiar su cuello cuando le afeitara”.    

En las ofertas de trabajo que leemos en diversos medios, se anuncian empresas y particulares que ofrecen trabajo a criadas, administrativos, informáticos, etcétera, con experiencia y buenas referencias. ¿Será por estas simples razones por lo que las constituciones de casi todas las repúblicas obligan a sus presidentes a cesar cada x años, y algunas les impiden ser reelegidos? y, “Desde el Corazón” me pregunto ¿justo cuando habían adquirido experiencia? o ¿es que ya no se podían dar buenas referencias?; pensando en esto, deseo admitir que dichas constituciones no estén elaboradas por equipos de locos; ni siquiera pienso maliciosamente que los redactores de tales artículos, preparen el camino del relevo para facilitar que les llegue a ellos su turno; el restringir el plazo de poder refleja desde la opinión de “este aprendiz de escribidor” el sentir común de desconfianza, que son políticos, pero no estadistas de justa gobernabilidad. Ese ciudadano que asiste siempre al mismo médico durante toda su vida, que compra casi siempre en la misma tienda, que desea que esa empleada cuidadora en la vejez le acompañe en sus últimas horas, implícitamente nos dan un mensaje: la confianza que inspira quien bien obra, labora y sirve.

Los partidos políticos, la militancia, las comisiones gestoras, deberían proceder a promocionar hombres ANEPILEPTOS (sin tacha), irreprensibles. Palabra griega para referirse a una posición que no está expuesta al ataque, a una vida que no está expuesta a la censura, a un arte o técnica que es tan perfecto que no se le puede encontrar fallas, un hombre de cualidades tan excelentes que está fuera de toda crítica. No hay duda de que este es un ideal de la perfección para enfrentarse a gobernar, y que es muy difícil encontrar personalidad, pero el líder que pretende el gobierno por el pueblo para el pueblo, debe ofrecer al pueblo una vida de tal pureza y nobleza que no deje lugar ni siquiera a la crítica de sí mismo. Es decir ANEPILEPTOS.

Los partidos políticos, la militancia, las comisiones gestoras, los comités autonómicos, deberían proceder a promocionar hombres SOFROSUNES (que se traduce por prudentes), siendo en realidad tal palabra intraducible en un solo concepto, pues se la usaba con variaciones como “cabal”; “discreto”; “controlado”; “casto”; que “tiene  completo dominio sobre los deseos y los instintos”. Los griegos sugerían “juicio cabal y seguro”; Platón: “el dominio del placer y del deseo”; Filón: como “una cierta limitación y ordenación de los deseos, que elimina aquellos que son externos y excesivos, y que adorna aquellos que son necesarios con la oportunidad y la moderación” y por no añadir otros, recoger el uso de Pitágoras: “el fundamento sobre el cual descansa el alma” y el Senador de Tarso: “equilibrado” es decir, SOFROSUNES.

Y por seguir con los conceptos que menciono en el título de este artículo, los partidos políticos, la militancia, las comisiones gestoras, los comités autonómicos y finalmente los parlamentarios, deberían proceder a promocionar, además de lo dicho, hombres KOSMIOS (decorosos) con la concepción implícita en el término que si un hombre en su conducta exterior es KOSMIOS lo es a que es SOFRON en su vida interior; palabra que significa ordenado, honesto. Describe al hombre cuya vida es hermosa y en cuyo carácter se combinan e integran todas las cosas armoniosamente. Es el hombre en el que se unen la fuerza y la belleza.

Y podríamos seguir con que los que promocionan a los “hombres para gobernar” pensaran en personas de palabra, responsables, no dados al vino ni a los negocios sucios, que vivan con una conciencia limpia, de buena fama entre los suyos y sus oponentes y no se dejen atrapar en las trampas. 

Claro que uno se preguntará ¿y dónde se encuentran tales personas?; pues entre los cristianos nacidos de nuevo, comprometidos con su fe y la ética que surge de la misma. Claro que entre los tales no los buscan ni partidos políticos, la militancia, las comisiones gestoras, los comités autonómicos y finalmente los parlamentarios. No conocen el impacto que tuvieron creyentes en Dios para Babilonia, con aquellos jóvenes de fidelidad a Dios, o Egipto, con el José que llegó a ser la bendición para este pueblo… pero claro, de esto no tienen ni idea los políticos de nuestra España.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Desde el corazón - Anepileptos, sofrosunes, kosmios y otras virtudes