“Spain is different”

Según una vieja encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, la tercera parte de los españoles no piensa nunca en el sentido de la vida.

03 DE OCTUBRE DE 2016 · 11:45

Sesión de investidura en el Congreso. / Congreso.es,
Sesión de investidura en el Congreso. / Congreso.es

Que “España es diferente” ya es un slogan anticuado, así que se me ocurre algo diferente. España es un país que tira a raro. Según una vieja encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, la tercera parte de los españoles no piensa nunca –o casi nunca, lo cual es casi peor- en el sentido de la vida. “Desde el Corazón” a mí me parece que, por muy dura que esta sea, esas cosas se piensan. Es posible que se confunda el sentido de la vida con el sentido de nuestra vida, o el que queramos darle, lo cual ya es un error, lo que no considero normal es que jamás se reflexione sobre ninguno de ellos. Por eso pongo en cuarentena las estadísticas en general y la mencionada en particular. Porque si un 33% se abstiene de meditar sobre la vida y la muerte, ¿qué influencia tiene en el vivir cotidiano que un 69,3% se declare católico?; ¿estarán entre ese 33% los 17,7% que visitan la Iglesia un poco?; ¿serán los del 48,6% los otros 2/3, los que no creen que haya vida después de la muerte?; ¿estarán entre los que sí piensan ese 47,1% los que reconocen no plantearse cuestiones religiosas?; ¿surgirán de entre los que no piensan o los que piensan ese 31% de jóvenes que no creen en Dios, aunque sí en que hay energías que nos influyen?; ¿y qué del 29% de los jóvenes que consideran que “no existe Dios en absoluto?

Menos mal, que al mismo tiempo que ojeaba tan sombrías estadísticas, leía (yo estoy entre los que piensan) textos de algunos místicos a la par que ciertos genios del Renacimiento, los cuales en buena sintonía con los autores bíblicos, tenían bien claro que no sólo el sentido de sus vidas, sino de la vida, era el amor. Un amor albergado en el corazón y alimentado en el espíritu como lo que más vale la pena en este mundo.

Y claro, como uno sí piensa, vuelvo al comienzo de mi texto y recalco que España es rarita. No pensamos en cuántas cosas, además de algunas buenas, nos ha “robado” el móvil: bien que se nos haya llevado el tradicional, pero ahora empieza a sustituir al ordenador. A la alarma del despertador. A la cámara de fotos. Al mamotreto del mapa de carreteras. A la enciclopedia. A la linterna. Al aparato de radio y va camino de a la tele. Y todo eso está muy bien, pero nos quita tiempo y espacio para pensar. España es rarita, cuando hasta los dibujantes de viñetas cómicas, con simples frases dicen verdades más lógicas que muchos políticos: “entre campaña electoral y campaña electoral, hay momentos en que se vislumbra lo obvio” (Caín) y el que visualiza el dibujo y se pone a pensar, vislumbra que hay que conseguir llegar a ser Presidente aunque sea por un día, o un alto cargo político, porque se tiene asegurado el acceso al Consejo de Estado, órgano consultivo del que forman parte ilustres personajes. También, el derecho a coche, escolta, sustanciosa pensión vitalicia ¡y rareza! todo eso se consigue con un sólo día de Presidencia del Gobierno. Además, amplia puerta giratoria para Asesorías millonarias, Direcciones de lujo, Conferencias bien pagadas, viajes para mediar en conflictos internacionales, que en sus propios países no pudieron arreglar. Raro sería para un político, no enrocarse en ser investido Presidente, aunque sólo fuera por 24 horas oficiales.

Rara es la España, que en su sistema educativo está permitiendo el ocaso de las Humanidades, y considerando que el Latín y el Griego sean sinónimo de algo caduco, inútil y pasado de moda. Raro es el país, que olvida que las humanidades clásicas han sido el corazón de toda civilización occidental no sólo desde los tiempos Mosaicos con la genial Ley del Sinaí, los preceptos que iban desde la urbanidad hasta las terapias para la higiene, la alimentación, la agricultura, la administración, la sanidad, y todas las ciencias sociales. Recuperadas muchas de estas normas en los tiempos del Renacimiento, la Ilustración, el Romanticismo y los grandes poetas de la mística española.

“Desde el Corazón” no sólo veo raros sino incultos a los políticos, que si pierden unas elecciones o no las ganan como habían imaginado, denuncian a los que no los votaron como: “esclavos del caciquismo” o políticas, que tratan de profetizar, que si en la rara España de los votantes, sólo votaran hasta los 45 años, los comunistas ya estarían en la Presidencia… no es raro ver el plumero a los que piensan que si se opina diferente porque se es mayor, los tales no deberían votar, ¿será por eso que la mami llevó al bebé al Parlamento en su primer día de tomar asiento? y ¿no es raro que alguien más que interesarse de los verdaderos problemas del pueblo, proponga que desaparezca el monumento a Colón y se instale otro?; es evidente el desconocimiento de la Historia, y no digamos ya del Latín, Griego o Humanidades. ¿Este es de los 33% que no piensan?

“Desde el Corazón” yo sí pienso, leo, medito y aprendo del texto que por excelencia me dice que: esta inspirada Palabra de Dios, “es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.  Para pensar en la vida, viviendo en mantener la Verdad, instalarse en la alegría, sonreír a cada amanecer, confiar en los seres humanos, ser entre ellos luz y sal y amarlos. La vida –esta vida- es la que nos urge, nos insta, nos espolea. Desnudemos las vendas de los ojos, hasta que todos, pensemos el por qué estamos aquí. 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Desde el corazón - “Spain is different”