Iglesia de Jesucristo vs Ecumenismo

Se intenta enrolarnos en el proceso que prioriza los derechos humanos y la responsabilidad social, sacrificando el amor a la verdad. Algunos sostienen que denunciar este error es no tener amor.

07 DE AGOSTO DE 2016 · 07:20

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Siendo solo uno de tantos modestos seguidores de la verdad, escribo para alentar a reflexionar sobre este tema. Lo hago pensando en sinceros lectores que consultan material bibliográfico, se aferran a Cristo y comparten lo que piensan; generando así un diálogo generoso y enriquecedor.

Me anima comprobar que – además de los que participan ligera y desinformadamente - hay otros cuya voluntad ha sido liberada por la fe en acción y rechazan de plano las cambiantes propuestas de moda, a pesar de ser estas muy publicitadas y convertirse en tema excluyente para muchos.

Invito pues a leer esta miniserie, en la esperanza que –entre todos- contribuyamos a tener una opinión apoyada en el permanente e invariable Evangelio de Jesucristo.

Parte I.

Frente a las distintas versiones de movimientos ecumenistas, propongo primero revisar en el diccionario de la Real Academia Española (01) algunos vocablos no siempre comprendidos o usados correctamente:

  1. Ecúmeno es un nombre masculino que proviene del griego [τὸ] οἰκούμενον [tò] oikoúmenon que se traduce como ‘lo habitado', una ‘porción de la Tierra apta para la vida humana’.
  2. Ecúmene es un nombre femenino que refiere a la ‘comunidad humana que habita una porción extensa de la Tierra’.
  3. Ecuménico es un adjetivo que proviene del latín tardío oecumenĭcus, y este del griego οἰκουμενικός oikoumenikós, que califica de ‘universal, que se extiende a todo el orbe’.
  4. Ecumenismo es un nombre que define a la ‘tendencia o al movimiento que intenta la restauración de la unidad entre todas las Iglesias cristianas’.
  5. Concilio en su primera acepción es el nombre masculino que significa ‘junta o congreso para tratar algo.’ En su tercera acepción define a la ‘junta o congreso de los obispos y otros eclesiásticos de la Iglesia católica, o de parte de ella, para deliberar y decidir sobre las materias de dogmas y de disciplina’.
  6. Concilio ecuménico es definido como la ‘junta de los obispos de todos los Estados y reinos de la cristiandad, convocados legítimamente.’

Estemos o no de acuerdo en las definiciones de esta autoridad lingüística y gramatical, cada vez que usemos algunos de esos términos hagámoslo, por lo menos, en buen castellano.

Pero, en segundo lugar, también es necesario repasar qué entendemos por el término ‘iglesia’, y saber interpretar con qué intención se la liga a ‘ecumenismo’.

Qué entendemos cuando hablamos de ‘iglesia’

Aunque en una apretada síntesis, es necesario recordar que la iglesia es presentada en el NT como una directa intervención de Dios; no como un movimiento generado por los seres humanos.

La iglesia resulta de un plan eterno que se concreta con el ministerio, muerte, resurrección y glorificación de Jesucristo, la venida del Espíritu Santo en Pentecostés y el ministerio apostólico; es decir las enseñanzas que nos llegan de los testigos presenciales de los hechos antes enumerados.

La Biblia al alcance de nuestra mano es el único registro fiable para conocer el origen y naturaleza de la iglesia desde su nacimiento en Jerusalén, su misión, su extensión por las antiguas Judea y Samaria hasta llegar hoy a todo el orbe (02).

Se llamó ‘iglesias’ a las comunidades de fe reunidas en el nombre de Jesucristo en una localidad física, tanto urbana como regional. No se las reconocía por tener un nombre como en la actualidad (algunos francamente fantasiosos y hasta ridículos), sino por su simple ubicación geográfica.

Así, cuando el NT habla de iglesia siempre lo hace seguido de una preposición: ‘en Jerusalén’ (03), ‘en Antioquía’ (04),’en Siria y Cilicia’ (05), ‘en Cesarea’ (06), ‘en Roma’ (07), ‘en Cencrea’ (08), ‘en Éfeso’ (09), ‘en Corinto’ (10), ‘en su casa’ (de Priscila y Aquila) (11), ‘en toda Acaya’ y ‘de Macedonia’ (12), ‘de Galacia’ (13), ‘de Judea’ (14), ‘en Filipos’ (15), ‘en Colosas’ (16), ‘de los tesalonicenses’ (17), ‘en Creta’ (18), ‘en tu casa’ (19) ‘en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia’ y ‘en Babilonia’ (20), ‘en Asia’ (21), ‘en Esmirna’ (22), ‘en Pérgamo’ (23), ‘en Tiatira’ (24), ‘en Sardis’ (25), ‘en Filadelfia’ (26), en Laodicea’ (27).

La historia secular también contribuye a comprobar lo dicho (28). Poco a poco comenzó a haber seguidores de Cristo en todos los continentes. Al estar territorialmente aislados se comunicaban por medio de cartas llevadas en mano por creyentes viajeros. Eran comunidades organizadas de manera horizontal, sostenidas por varones ancianos elegidos por su vida ejemplar y fidelidad a la doctrina apostólica, y asistidas por colaboradores que oficiaban conforme a sus dones en tareas de servicio (diaconía). Su característica sobresaliente era la comunión en el Espíritu.

Las persecuciones de cristianos duraron aproximadamente doscientos años regados con la sangre de miles de mártires que fortalecieron la fe de los sobrevivientes. Pero tanta crueldad judaizante y opresión del Imperio Romano fueron produciendo la decadencia en la fe y el alejamiento de la verdad. La fidelidad de los mártires se transformó en la única luz que resplandecía sobre las tinieblas de las decadentes iglesias. Estas habían perdido su brújula dejando de depender de Jesucristo y cediendo a la invasión de un mundo cada vez más corrupto.

La evangélica unidad en el Espíritu se rompió finalmente por la división creada entre clericalismo y laicismo. Los judaizantes terminaron por influenciar negativamente al pueblo llamado a ser santo. Así, contra todas las enseñanzas de las Escrituras los obispos y diáconos se convirtieron en una orden sagrada que ocupó el lugar preeminente, desplazando al sacerdocio real de los creyentes.

La unión Estado-Iglesia decretada en Roma

Con la decisión del Emperador Romano de unir iglesia y estado en el año 313 (29), desembocamos en el nacimiento de la autoridad basada en un nuevo orden donde lo secular y lo religioso se funden. El emperador sigue siendo el César (dios sol) pero ahora emerge una estructura humana con amplios poderes terrenales fortalecidos por el tradicional sincretismo (30) religioso de Roma.

Tener al aún poderoso Imperio Romano como soporte significó un cambio trascendental. La otrora humilde y socialmente segregada comunidad de creyentes (perseguidos, torturados y aún muertos por su fe en el Invisible) dio lugar a una revolución política reflejada en edificios monumentales.

Se construyeron febrilmente las catedrales de la Iglesia Católica junto a los edificios administrativos del Estado y todo fue configurando un desarrollo arquitectónico-urbanístico donde lo ciudadano y lo eclesiástico se volvieron inseparables. Este nuevo modelo de ciudad logró extenderse por toda Europa y en la conquista del Nuevo Mundo con leves modificaciones, hasta bien entrada la Edad Moderna.

También es necesario recordar que con la Reforma iniciada en 1517, Lutero y otros reformadores coincidieron en denunciar a las exclusivas fórmulas litúrgicas y los dogmas conciliares concebidos por la Iglesia Católica Romana. Los reformadores protestaron contra la entronización imperial de la Iglesia Católica, su rechazo de la Revelación Divina y su reemplazo por las tradiciones humanas.

Demostraron la manera en que la iglesia que edifica Jesucristo con la autoridad soberana de Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo y Su Palabra escrita fue dejada de lado por la iglesia oficial.

Intentando regresarla a la fuente histórica los reformadores formularon las célebres cinco ‘solas’ que se constituyeron en lema de las iglesias reformadas.

Como reacción contra la Reforma, la Iglesia Romana celebró el exclusivo Concilio de Trento (1545-1563) que – de ninguna manera – puede calificarse de ecuménico. Como resultado, la Iglesia de Roma estableció como fuentes de autoridad a la Tradición, el Magisterio y la Biblia.

Este principio rígido y estructural se mantuvo por cuatro siglos, hasta el Concilio Vaticano II, a partir del cual se le reconoció mayor valor a la Biblia.

Sirva esta primera entrega como preámbulo al tema que planteamos en el título y cuya segunda parte continuaremos la próxima semana si Dios lo permite.

Notas

Ilustración: apologista.wordpress.com

01. http://dle.rae.es

02, El término ’iglesia/s’ es mencionado 106 veces en todo el NT. Lo inaugura Jesús y menciona tres veces en Mateo 16:18, 18:17; destaco a Pablo en Efesios 5:25b; pero la lista es demasiado larga para incluirla completa con detalles. Sugiero sí, leer: Hechos 2:47;14:23, 27; 15:3, 4, 22, 41; 16:5; 20:28; Romanos 16:4, 23; 1ª Corintios 4:17; 7:17; 10:32; 11:16, 18, 22, 28; 1ª Corintios 14; 15:9; 2ª Corintios 8:18, 19, 23, 24; 11:28; Gálatas 1:13; Efesios 1:22; 3:10, 21; 5:23-25, 27, 29, 32; Filipenses 3:6; 4:15; Colosenses 1:18, 24; 4:15,16; 1ª Tesalonicenses 2:14; 2ª Tesalonicenses 1:4; 1ª Timoteo 3:5, 15; 5:16; Santiago 5:14; 3ª Juan 1:6,9 -10; Apocalipsis 1:11, 20; 2:7, 11, 17, 23, 29; 3:6, 13, 22; 22:16. Iglesia es en el NT sinónimo de ‘asamblea’; ambos términos provienen del original griego que significa literalmente ‘llamados afuera’.

03, Hechos 11:22; 15:4.

04, Ibíd. 11:26; 13:1.

05. Ibíd. 15:41.

06. Ibíd. 18:22.

07. Romanos 1:7.

08. Ibíd.16:1.

09. Hechos 20:17; Efesios 1:1; Apocalipsis 2:1

10. 1ª Corintios 1:2.

11. Ibíd.16:19; ellos vivían en Éfeso.

12. 2ª Corintios 1:1, también 8:1.

13. Gálatas 1:2.

14. Ibíd. 1:22.

15. Filipenses 1:1.

16. Colosenses 1:2.

17. 1ª Tesalonicenses 1:1; 2ª Tesalonicenses 2:1.

18. Tito 1:5.

19. Filemón 1:2, Filemón vivía en Colosas.

20. 1ª Pedro 1:1 y 5:13.

21. Apocalipsis 1:4.

22. Ibíd. 2:8.

23. Ibíd. 2:12.

24. Ibíd. 2:18.

25. Ibíd. 3:1.

26. Ibíd. 3:7.

27. Ibíd. 3:14.

28. El autor más citado es Tito Flavio Josefo (37-38101), cuyo nombre hebreo es José ben Matityahu o Josefo ben Matityahu. Historiador judío fariseo, descendiente de familia de sacerdotes. Hombre de acción, estadista y diplomático, fue uno de los caudillos de la rebelión de los judíos contra los romanos. Hecho prisionero y trasladado a Roma, llegó a ser favorito de la familia imperial Flavia. En Roma escribió, en griego, sus obras más conocidas: La guerra de los judíos, Antigüedades judías y Contra Apión. Considerado como traidor a la causa judía y odiado por los judíos, su obra fue preservada por romanos y cristianos.

29. Dice el autor G. H. S. Price: “Parece que hay una buena justificación para decir que ‘Constantino era pagano de corazón, y cristiano sólo por motivos militares’. Su bandera imperial, que exhibía de manera destacada el símbolo de la cruz, llevaba también en oro la imagen del emperador, y estaba dispuesta para ser objeto de culto tanto para los soldados paganos como para los cristianos. Además, aunque reconocido como cabeza de la iglesia, nunca renunció al título de ‘sumo pontífice’ de los paganos”. Sugiero leer más del autor en: http://www.sedin.org/PDFS/historia.pdf

30. Sincretismo puede definirse como el intento de conciliar doctrinas distintas, aunque se acepte que estas uniones no guarden una coherencia sustancial. El Imperio Romano practicaba el sincretismo para poder dominar mejor a los pueblos que ferozmente conquistaban. A esa cultura bautizaron sin ningún rubor ‘Pax Romana’.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - Iglesia de Jesucristo vs Ecumenismo