Teología liberal y racionalismo incrédulo

La teología liberal viene marcada por el moderno rechazo de la autoridad, incluso la de la revelación divina, y por la "duda metodológica" del pensamiento cartesiano.

17 DE JULIO DE 2016 · 10:00

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Una tercera respuesta al racionalismo incrédulo fue la teología liberal, introducida por Friedrich Daniel Schleiermacher (1768-1834).

Este destacado teólogo era de una familia morava y estudió en la Universidad de Halle, el centro del pietismo, donde conoció la filosofía de Kant, Spinoza y Leibnitz y el romanticismo de Schlegel.

Su obra, “Sobre la religión, para sus despreciadores cultos”, fue publicada en 1799.

Para rescatar la decaída credibilidad de la religión, Schleiermacher la redefinió como "el sentimiento piadoso de dependencia absoluta", independiente de todo dogma.[1]

En “La fe cristiana” (1821-2) reinterpreta toda la doctrina cristiana a partir de esa auto-consciencia religiosa.

Entre los teólogos liberales figuran A. Ritschl, W. Hermann, A. Harnack, E. Troeltsch y en los Estados Unidos H. E. Fosdick, Albert C Knudson y Edgar Brightman.

W. Rauschenbusch enseñó un "evangelio social", con base en el Reino de Dios.

La teología liberal fue criticada acérrimamente por Karl Barth, Emil Brunner y los hermanos Niebuhr.

La teología liberal viene marcada por el moderno rechazo de la autoridad, incluso la de la revelación divina, y por la "duda metodológica" del pensamiento cartesiano.

Duda no sólo de la tradición y de las interpretaciones de las escrituras, sino también de la veracidad de ellas mismas.

Se caracteriza por un racionalismo escéptico, dispuesto a creer sólo lo que su propio análisis racional logra comprobar. A menudo muestra cierta satisfacción en refutar la enseñanza bíblica, como afirmación de su propia libertad para rechazar toda autoridad externa.

Para la teología liberal, en términos generales, el ser humano lleva adentro una chispa divina que lo capacita para sentir conscientemente la realidad de Dios.

  • El pecado es el debilitamiento de ese sentimiento piadoso, que sin embargo estaba presente en Jesús en su máxima fuerza.
  • La justificación por la fe consiste en que Cristo inspira en nosotros esa consciencia de unión mística con Dios.
  • La Biblia es una especie de antología de las experiencias espirituales de la gente piadosa.
  • El Reino de Dios consiste en que se haga la voluntad de Dios en la tierra (Ritschl, Rauschenbusch), olvidando generalmente la dimensión escatológica (la vida venidera).
  • Para Harnack, la esencia del cristianismo consistía en "la paternidad de Dios y la fraternidad de los hombres" (sic).

Esta teología tenía un valor positivo en muchas de sus afirmaciones, pero era problemática en lo que negaba, especialmente la eterna deidad de Jesús (y así la encarnación), su obra expiatoria y su resurrección corporal.

En su afán de convencer a los "cultos despreciadores", a veces se adaptaba demasiado al mundo secular en vez de confrontarla como contracultura.

Su énfasis en el "ya" del Reino era muy valioso, pero debían balancearlo con el "todavía no".

A Schleiermacher se le considera "padre de la hermenéutica moderna". Para Ritschl, la tarea de la teología era la reconceptualización de la fe en diálogo con el contexto.[2] Estos eran aportes a la metodología teológica.

 

NOTAS

[1] Se puede decir que Schleiermacher centró su teología en la religión en lugar del evangelio o la revelación

[2] Sobre la teología liberal, especialmente de finales del siglo XX, son valiosos los escritos de Gary Dorrien de UnionSeminary de Nueva York': "American Liberal Theology" en Cross Currents 55:4, 2005-6 y los tres tomos de The Making of American Liberal Theology (John Knox Press)

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