Sé lo que hicisteis el último verano (IV)

Los campamentos son un espacio apropiado para que la Palabra sea predicada, corra, crezca en nosotros, sea descubierta, desvelada, encarnada en mi realidad, me influya, me afecte, me cambie, me exija.

10 DE JULIO DE 2016 · 14:40

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LOS GUIONISTAS

“Yo soy predicador juvenil en campamentos de verano por una sencilla razón: Fue en un campamento de verano donde yo experimenté un encuentro con Jesús que afectó el rumbo de mi vida.”

No puedo ni recordar la innumerable cantidad de experiencias de crecimiento que he vivido en los campamentos. Dios no ha dejado jamás de enseñarme, corregirme y hablarme, desde que era un joven campista con ganas de diversión, pasando por mis primeras experiencias de servicio y, por supuesto, ejerciendo diferentes grados de responsabilidad en el desarrollo de campamentos. Y eso es porque los campamentos cristianos son…

“Un lugar donde la Palabra de Dios es el centro y donde lo que más valor tiene son los momentos de buscar a Dios, conocerle y conocernos a nosotros mismos.”

No es lo único valioso pero no hay nada que pueda compararse a la experiencia de pasar días y días enteros entretejidos por los hilos de la palabra de Dios predicada, en las relaciones, en medio de la diversión, las conversaciones, los juegos, las comidas, el cansancio e incluso los conflictos propios de la convivencia intensa.

“Los campamentos son eventos especiales, donde los jóvenes salen de la esclavitud de sus rutinas y se exponen a la presencia de Dios en compañía de otros.”

Algunas personas argumentan que los campamentos ofrecen a los jóvenes una burbuja artificial de espiritualidad que después no saben gestionar en su cotidianidad familiar o escolar ni trasladar a la intimidad de sus relaciones interpersonales “reales”. No hay que desdeñar este temor y, por supuesto, los campamentos no son la panacea, ni un truco infalible, ni un sustituto de la cotidianidad. Son sencillamente, una actividad diferente, que ofrece perspectivas y oportunidades únicas para la convivencia, tanto con Dios como con otras personas de tu misma edad y circunstancias vitales.

“En un contexto como el de España, donde las expresiones locales de la iglesia suelen ser pequeñas, participar en un campamento te amplia la visión, la perspectiva y te recuerda que eres parte de algo mucho mayor.” 

La cotidianidad no está exenta de eventos especiales. Todos los días nos relacionamos, trabajamos o estudiamos. Sin embargo, también disfrutamos de días de fiesta, celebraciones especiales, viajes, cambios de contexto o de ambiente, etc. Y todo ello también forma parte de nuestra realidad. No son una burbuja, no confundimos una cosa con la otra. Simplemente, vivimos ambas.

Todos los días somos iglesia. No se puede ser discípulo a tiempo parcial. Cada momento que vivimos es un momento sagrado, un momento que Dios nos regala, una oportunidad de conocerle más a Él en su Palabra, en alguien diferente a mí, en una labor, en relación y en oración. Cada lunes de clases o cada martes de trabajo en la oficina. Por la noche al hacer la compra o en el tiempo de lectura, oración o meditación. De viaje, vacaciones, en el descanso, en el tiempo de ocio. Lo único que se requiere es nuestra voluntad de vivir para Dios. La vida espiritual requiere de intencionalidad, de un acto diario de voluntad posible en Su gracia y Su obra redentora.

De ahí que un campamento sume un sinfín de opciones cuando el propósito de encontrarnos nace en Jesús, es por Jesús y es para Jesús. Y, desde luego, cualquier cosa aprendida puede aprovecharse en cualquier otro ámbito de la vida:

“Todos los que hemos estado en campamentos recordamos momentos claves en los que Dios nos encontró, nos habló, cambió nuestras vidas… Eso nos motiva a seguir organizando esos encuentros con la convicción y expectativa de que Dios actuará en y a través de esas iniciativas construidas sobre mucho trabajo, oración enfocada, unidad y creatividad.”

Los campamentos son un espacio apropiado para que la Palabra sea predicada, corra, crezca en nosotros, sea descubierta, desvelada, encarnada en mi realidad, me influya, me afecte, me cambie, me exija.

“Especialmente en la edad adolescente, los campamentos son momentos muy estratégicos para que las personas tomen la decisión de seguir a Jesús”

“Los campamentos también ofrecen espacios en el que personas no creyentes se exponen a la Buena Noticia del Evangelio en un ambiente sano, divertido y comunitario.”

¡Que la Palabra de Dios guíe todo campamento este verano en España!

Agradecimientos a Jonatán Espinosa, predicador y asesor de GBU y GBE en la región del Sureste de España, de Murcia; a Itiel Arroyo, predicador y director del ministerio Pasión, de Madrid; y a Helder Favarín, predicador y director de Festival 180, de Granada. Las citas son extractos literales o prácticamente literales de su puño y letra.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tramontana - Sé lo que hicisteis el último verano (IV)