Cuando vemos el rostro de Cristo

Cuando cierro mis ojos y recuerdo las palabras de el viejo himno, se ensancha toda mi alma.

12 DE JUNIO DE 2016 · 10:20

,

“Podemos tener todos los medios de comunicación del mundo, pero nada, absolutamente nada, sustituye la mirada del ser humano”

                            Paulo Coelho

Era un domingo después de un sábado agotador y teníamos que ir a un lugar delicioso que está unido a mis más profundos recuerdo, del mismo modo que lo hace la hiedra enredándose en la piedra. Un precioso lugar bien metido en uno de los lugares más maravillosos del mundo, La Fraga del Eume……

Todavía recuerdo aquella preciosa iglesita, metida completamente en un valle delicioso lleno de digitalinas por todas partes. En aquel entonces era una iglesia, curiosamente con un buen número de hermanos que, poco a poco, tuvieron que emigrar a otros lugares para poder sobrevivir.

Estamos tan acostumbrados a toda la tecnología moderna, las pantallas en la iglesia, los cánticos, los textos bíblicos….. Y todos nuestros artilugios modernos, que cuando visitamos un lugar así, se nos olvida que, no va a haber ninguna de todas esas cosas… Y yo estaba tan cansada que, directamente, me metí mi móvil en el bolso….. Por la mañana fue fácil, tenía a mi marido a mi lado y él si llevaba todo lo que había que llevar, el problema surgió por la tarde… Él tenía que predicar y yo…. Allí me quedé con mi móvil…. Y comienzan a pedir canciones que yo no podía leer en ningún lado. Pero me sucedió lo mismo que cuando voy a algún encuentro internacional y todo el mundo comienza a cantar leyendo la pantalla en ingles; sin darme cuenta… Cierro mis ojos, y termino cantando desde lo más profundo de mi corazón en mi propia lengua.

La persona que presidia aquella reunión pidió un himno…… Supongo que tendrá más años que yo, muchos más, pero con él me crié… y no había pantalla, ni himnario, ni nada de nada. Pero cuando comenzó a sonar la música, mis ojos se cerraron empañados en lágrimas y comencé a cantar sin querer mirar a nada ni a nadie, y una detrás de otras surgieron aquellas benditas palabras sin equivocarme en ninguna de ellas……

 

Cuando vemos el rostro de Cristo,

nuestra culpa y pecado sentimos;

más nos dice el Señor, no temáis, porque soy

El que por vosotros murió.

 

Cuando vemos el rostro de Cristo,

pierde el mundo su encanto y su brillo,

la bendita visión de Jesús el Señor

apaga mundano fulgor.

 

Cuando vemos el rostro de Cristo,

se consuela nuestra alma afligida,

Su mirada de amor, Su presencia y favor

infunde en nosotros valor.

 

YO VEO TAL GLORIA EN JESÚS,

TAL GLORIA YO VEO EN SU CRUZ,

QUE EL MUNDO PERDIÓ SU ATRACTIVO,

SEÑOR DE MI VIDA ES JESÚS.

                                                Enrique Turral

 

Hoy estaba leyendo distintas partes del libro del Apocalipsis y, en distintos momentos, el Apóstol Juan tiene miedo. Nunca soporté esa especie de cosa .. No sé de que modo que algunos nos quieren hacer….. Ya sé que “El verdadero amor echa fuera el temor”…… Que.. “ No nos ha dado Dios espíritu de cobardía; sino de  poder, de amor, de dominio propio…” Pero la mayoría de las veces sacamos las cosas fuera de lugar y no es así. Somos humanos, vivimos en la carne y, en muchas ocasiones, por mucha confianza que tengamos en nuestro Dios, nos puede algún temor, alguna desconfianza… No queramos ser más listos ni más maravillosos que nadie. Juan tenía miedo y lloraba , porque nadie podía abrir el libro, o se asustaba con algunas visiones que no entendía… Y ¿Acaso no nos sucede a nosotros lo mismo en ocasiones? Si alguien me dice que no, no está siendo sincero.

Hay ocasiones en nuestras vidas en las que creemos no poder más, y parece que hemos jugado todas las partidas, tomado nuestra última carta, tirado nuestro último cartucho, nuestra última pelea…… Eso creía también Juan en el capítulo cinco del libro del Apocalipsis, hasta que recordó que…. El Poder, la Gloria y, hasta la recompensa, todavía están y estarán por siempre en las Manos de Quien ganó absolutamente todo para nosotros en la Cruz del Calvario, entregando Su vida en la Cruz.

¿Tienes miedo? ¿Sientes tristeza, desconfianza, angustia…? Recuerda qué Él gano para ti y para mi la más profunda victoria en la Cruz. Por eso, al menos yo, cuando cierro mis ojos y recuerdo las palabras de el viejo himno escrito por Enrique Turral, se ensancha toda mi alma, mis ojos se llenan de lágrimas y sea lo que sea, simplemente me postro y digo….. ¡Mi Señor, tuya es toda la Gloria, la Honra y el Poder, descanso en ti!.

Te dejo con está preciosa canción en la inconfundible voz de Crystal Lewis…..

A DIOS SEA LA GLORIA

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Follas novas - Cuando vemos el rostro de Cristo