¿Cómo se vive la vida cristiana? (II)

Echemos un vistazo al plan de Pedro para el crecimiento espiritual.

29 DE MAYO DE 2016 · 16:05

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LA PARTE DE DIOS: Poder y promesas

En 2 Pedro 1:1-4 aprendemos que el Señor no espera que vivamos apoyados en nuestra propia fortaleza ni conocimiento. Nos ha dado su poder y ha prometido ayudarnos. Si quiere que caminemos sobre las aguas, que movamos un monte, que venzamos la tentación, que perdonemos a alguien, que mostremos amor o que conduzcamos a alguien a Cristo, podemos estar seguros de que ya nos ha dado todo lo necesario para llevarlo a cabo.
Nos ha dado:

  • Un portavoz que nos escribe en su nombre (v.1).
  • Un Salvador para rescatarnos (v.1).
  • La capacidad de confiar en Dios (v.2).
  • La oportunidad de conocer a Dios (v.2).
  • Un Señor para guiarnos (v.2).
  • Una fuente de inmerecida ayuda y paz (v.2).
  • Una fuente de conocimiento (v.3).
  • Una fuente de poder (v.3).
  • Una invitación a la excelencia (v.3).
  • Una serie de promesas de incalculable
valor (v.4). 

  • Un camino para conocer a Dios (v.4).
  • El rescate de la corrupción (v.4). 


NUESTRA PARTE: Fe y diligencia

Pedro, sabio tanto en las cosas celestiales como en las terrenales, sabía que el cristiano nunca logrará el éxito si se limita a ser espectador. Sabía que nunca podremos experimentar el gozo de la vida cristiana siendo simplemente admiradores de Cristo.

Por esa razón, Pedro pasa a darnos un plan para vivir con éxito la vida cristiana.

Pero, antes de que consideremos los siete pasos del plan de Pedro en los versículos 5 al 7, echemos un vistazo a dos requisitos previos que son responsabilidad nuestra para vivir la vida cristiana con éxito:

Fe = confianza, plena seguridad en Dios

Diligencia = esfuerzo para llevar a cabo nuestra parte

Confianza + esfuerzo = éxito

Ten esto presente: los siete pasos de Pedro están basados en la fe o la confianza en Dios. Pero la confianza sola no es suficiente. Queda activada solo cuando se combina con la diligencia. Y la diligencia, también inadecuada en sí misma, tiene que ir combinada con la confianza en Dios.

Lo que esto significa es que la diligencia y la fe son dos caras de un misterio. No sabemos cómo funciona todo ello, pero ambas deben estar presentes si hemos de lograr el éxito espiritual.

Los que destacan la importancia de vivir “la vida de Cristo” frecuentemente pasan por alto esta combinación. Son demasiados los cristianos que adoptan una actitud pasiva esperando que el Espíritu los mueva. Nunca hacen nada grandioso para Dios porque jamás aceptan el reto. Pero es precisamente ese esfuerzo personal lo que Pedro declara que es nuestra parte. Como portavoz de Dios llama a la diligencia, al esfuerzo, al celo, a lanzarse a la acción y a no cesar.

Pedro no era el único que pensaba así. El apóstol Pablo llama a lo mismo cuando les dice a los que ya han confiado en Cristo:

Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad (Filipenses 2:12-13).

De lo que se trata aquí no es de trabajar para obtener salvación, sino porque ya se tiene. Debido a que hemos sido salvos al confiar en Cristo, ¡qué decididos y diligentes deberíamos ser para servir con gratitud al Dios que nos salvó!

Así, consideremos bajo esta luz el pasaje de 2 Pedro 1:5-7 y demos los siete pasos que comienzan con la fe diligente.

 

LOS SIETE PASOS: 1. La fe diligente necesita virtud

Pedro escribió: “[...] poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud”. Otras traducciones y comentarios traducen la palabra “virtud” como “bondad” o “excelencia moral”. Pero el contexto muestra que tenemos que ver esta bondad en una forma básica. Tiene que ser una forma de bondad que preceda a los pasos que siguen —el conocimiento, el dominio propio y otros— y que Pedro agrega.

Pedro buscó en la cultura pagana en la que vivía una palabra general (no técnica) y básica que denotara la bondad, y empleó para ello el vocablo “virtud”. Aquí, en el versículo 5 parece tener el sentido de buenas intenciones. Este significado concuerda con el resto de las Escrituras, lo que nos muestra que la verdadera fe da como resultado el deseo de hacer la voluntad de Dios, de agradarle y de hacer lo correcto. ¿Y acaso no es ahí donde comienzan la excelencia moral y la verdadera bondad? Antes de poder hacer algo tienes que desear hacerlo.

Esa es la “virtud” o la inclinación hacia el bien que espera todo padre, maestro y patrón. Todos buscan a un niño, un estudiante o un empleado que quiera hacer lo correcto. Sin esta disposición interior no puede haber ninguna instrucción nueva, no se profundiza la relación ni se madura en la confianza. A no ser que uno tenga un deseo genuino de hacer lo correcto, todo progreso se detendrá.

Parece básico, ¿no? Pero eso es lo que Pedro quiere que recordemos. El primer paso en la fe diligente es querer ir en dirección a lo bueno. Y si es así, ¿qué estás haciendo con esto tan básico? ¿Procuras la virtud con pasión? ¿Estás poniendo toda diligencia para tener buenas intenciones? ¿Te estás tomando en serio las palabras de nuestro Señor: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”? (Mateo 5:6).

¿Qué te parece?

  • ¿Quieres hacer lo correcto?
  • ¿Quieres agradar a Dios?
  • ¿Quieres andar con Cristo?
  • ¿Quieres ser guiado por el Espíritu?
  • ¿Quieres vencer tus pecados habituales?
  • ¿Quieres dedicar más tiempo a leer la Biblia?
  • ¿Quiere dedicar más tiempo a la oración?

Sin buenas intenciones como estas, nunca llegarás a ninguna parte en la vida cristiana. Pero, al mismo tiempo, sabemos lo incompletas que son las buenas intenciones en sí mismas. Si lo único que tenemos son buenas intenciones, ese es un comienzo bien pobre. Por eso Pedro pasa a exponernos el siguiente paso.

 

(Continuaremos en próximos artículos.)

(Artículos extraídos y adaptados del librito How do you live the Christian Life, publicado por Ministerios Nuestro Pan Diario en su serie Tiempo de Buscar. Puedes encontrar este y otros libritos sobre diferentes temas en: http://nuestropandiario.org/2009/09/serie-tiempo-de-buscar/

El link para la descarga de este librito en concreto es: http://d38mwqd0l2astu.cloudfront.net/files/2011/01/SS702_VidaCristiana.pdf?7489a8

Si deseas más información, puedes escribirnos a [email protected].

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