Las claves de una fructífera vida en misión

No siempre un buen salario, adelantos tecnológicos, facilidad para movilizarse, predicar a grandes multitudes y gozar de renombre son claves del éxito; también pueden serlo de dolorosos fracasos.

28 DE MAYO DE 2016 · 22:40

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En esta segunda nota veremos la influencia que tuvo y aún tiene William Carey en el mundo 1. De hecho mucho ya se ha escrito. Pero, con el paso de los años, la intensa vida que le tocó sobrellevar a este hombre entregado a Dios, junto a su familia, mueve a más de uno a investigar mejor en los aspectos clave de su fructífera misión a los paganos.

La primera conclusión a la que llego revisando aspectos de la vida de Carey es que las numerosas privaciones y dificultades que debió soportar no solo no lo desanimaron sino que le ayudaron a cumplir plenamente con su deseo de anunciar el Evangelio de Cristo.

Antes que amedrentarse por sus muchas penurias y pensar que Dios le estaba mostrando que había equivocado el camino, esas y muchas otras situaciones límites lo convencieron de estar haciendo la voluntad de Dios.

Dicho de otra manera, William Carey no daría la talla para ser un predicador exitoso de la ‘teología de la prosperidad’ tan en boga hoy en el mundo religioso de élite.

La lista de sus sufrimientos es larga. Peter, su segundo hijo, murió de fiebre; Dorothy, su amada esposa enfermó nuevamente en el año 1795 y de allí nunca recuperó su equilibrio mental. Algunos amigos le aconsejaron internarla; pero, desoyendo tal consejo, William hizo provisión para cuidarla en su casa, donde ella moriría en diciembre de 1807.

 

Los desafíos de un equipo en misión

El primer voluntario que llegó para colaborar en la obra misionera fue John Fountain, en 1796. Esto animó a Carey. El dueño de la plantación donde trabajaban proporcionó una casa para los misioneros, en 1798.

Poco después, en mayo de 1799, Carey recibió una carta de William Ward, un creyente hábil en la impresión de libros, que sería enviado en su apoyo junto a otros más.

Pero, ese mismo mes el dueño de la plantación donde trabajaba Carey anunció que cerraría su negocio debido a severos problemas climáticos y financieros.

Después de servir al Señor en la India por seis años, Carey no había visto tan siquiera un solo genuino convertido. Para colmo, ahora estaba enfrentando el desempleo justo en momentos en que un grupo de misioneros ya venía en camino.

Buscando otro trabajo, Carey se enfrenta con un nuevo impedimento: la legislación del Imperio Británico en esos años no permitía entrar en territorios colonizados a ningún misionero; por lo cual, se les requirió dejar la India. Como estaban en Serampore 2, cuya autoridad era danesa, los funcionarios presionaron a los daneses para que los entregasen y así deportarlos.

Pero los daneses dijeron que no. Cuando pudo, Carey llevó la prensa a Serampore y allí un nuevo capítulo comenzó en la obra misionera en la India.

El famoso trío formado por Carey, Marshman y Ward mantuvo contacto con la Sociedad de amigos que los apoyaba; a ella enviaban cartas e informes que fueron publicados de manera asidua.

Entonces, mucha gente pudo apreciar que por medio de fe y oración unos pocos valientes pudieron apuntar a cosas grandes y lograrlas a base de mucho esfuerzo 3.

A Carey se llama el “padre de las misiones modernas”; pero este es un título que jamás buscó, esperó o se hubiera imaginado le pondrían. Conocedor de las labores de otros fue animado a trabajar sin claudicaciones.

Sus traducciones de las Escrituras, y los frutos en conversiones que comenzaron a sucederse eventualmente, fueron verdaderos imanes para que otros decidieran salir alrededor del mundo para servir al Señor.

Carey nunca dejó de orar para que la Sociedad Bautista enviase misioneros a países de África y a otros continentes; es más, siempre exhortó a que lo hicieran.

 

El equipo como familia en misión

Carey rehusó ser el jefe en Serampore. En su lugar, los cinco misioneros (Carey, Fountain, Brunsdon, Marshman y Ward) hicieron un acuerdo con base bíblica.

Aplicando algo modificada la idea morava 4 de la iglesia de Pentecostés, acordaron vivir como una sola familia. Tenían una caja en común en la que ingresaban los dineros de todos -según las ocupaciones con las que los obtenían -, una mesa común, y un hogar común. Cada uno recibía una pequeña suma como dinero de bolsillo. Lo que sobraba era dedicado al sostenimiento de las viudas y huérfanos y a la propagación del evangelio.

Así unidos, los misioneros se consideraban co-iguales, predicaban y dirigían los cultos por turnos. Cada uno era responsable durante un mes de las cuestiones domésticas. Carey fue nombrado tesorero y encargado de la caja de medicinas; Fountain era el bibliotecario. Tres veces al año leían públicamente esta ‘Acta Misionera’:

1. Preservar vivo “un sentido profundo del valor de las almas;” las que aún en multitudes son “inmortales.” 5
2. Esforzarse para entender bien a aquellos entre quienes se trabaja, familiarizándose con sus modos de pensar y sentir.
3. Evitar todo lo que aumente la preocupación nativa en contra del evangelio, todas las palabras y actos descuidados, y toda aspereza deben erradicarse en la predicación, pues las verdaderas conquistas del evangelio son producidas por el amor.
4. No pensar que el secreto de ser útil consiste en quedar bien ante los demás, sino en estar alerta y usar todas las oportunidades de hacer el bien. 6
5. Hacer de “Cristo” el tema de la predicación; su amor, sólo él, puede ganar a las almas. No hay esperanzas sin un ministerio basado en el amor. 7
6. Conquistar la confianza del pueblo.
7. Cuidar a los conversos con paciencia y ternura; las plantas nuevas serán nutridas con afecto especial en los climas más adversos a su desarrollo.
8. Animar a los nuevos para dar a conocer el evangelio a sus compatriotas. Los ministros nativos difunden mejor el conocimiento de la salvación en todas partes, forman iglesias, saben escoger pastores y diáconos de entre sus propios compatriotas, siempre con apoyo de los misioneros veteranos.
9. Trabajar con todas las fuerzas para traducir la Biblia en los distintos idiomas de la India; hacer circular las traducciones; y establecer escuelas gratuitas para los nativos.
10. Ser constantes en oración y en el cultivo de la vida de relación personal con Dios; para ser idóneos en toda buena obra.
11. Consagrarse sin reserva a esta causa gloriosa; no pensar que nuestro tiempo, dones, fuerza, familia, o aun la ropa que usamos, nos pertenecen. Santifiquemos todo a Dios y a su causa. ¡Oh, que nos santifique él a nosotros para su obra! 8

El equipo misionero sacó de la mente de cada uno el atesorar un solo céntimo para ellos o sus hijos. Tomó conciencia que abandonar la resolución tomada en Serampore respecto de los negocios seculares transformaría su misión en una causa perdida. Sabían que, de volver atrás, un espíritu mundano, disputas y toda obra mala sobrevendrían sobre ellos. Cada uno cuidó de sí mismo para no ser causa de tropiezo a los demás. 9

 

Los frutos de Dios al trabajo misionero

Mientras trabajaban en la traducción del Nuevo Testamento al bengalí, página por página, predicaron el evangelio. El 28 de diciembre de 1800 bautizaron a Krishna Pal, carpintero, el primer hombre convertido del hinduismo que confesó a Cristo y pidió bautismo; las primicias de la cosecha que esperaban.

El 5 de marzo de 1801 la primera copia encuadernada del Nuevo Testamento en bengalí fue presentada en un culto especial de acción de gracias. Carey había trabajado por más de 7 años para ver esa meta realizada.

En abril de ese año, Carey fue invitado a ocupar la posición de profesor de bengalí en un nuevo colegio llamado Fort William College en Calcuta. Gran Bretaña estaba haciendo unas reformas, entre ellas la de proveer buena educación para formar buenos líderes en el futuro. Sin embargo, como Carey no era anglicano no le llamaron “profesor” sino “tutor” para evitar problemas.

Pronto, pusieron a Carey a enseñar sánscrito. Continuó en esa posición por 30 años. Eso le dio oportunidad de trabajar en idiomas, al punto que antes de morir había traducido la Biblia completa en 6 idiomas, casi toda la Biblia en otros 3, el Nuevo Testamento en 21 idiomas y porciones del Nuevo Testamento en otros 5 idiomas.

Krishna Pal, y otros que recibieron a Jesucristo fueron enseñados; viendo sus dones, fueron enviados a predicar a otros. Las puertas se abrieron. Los misioneros en Serampore establecieron un centro de idiomas, para salir de allí a predicar hasta los fines de la tierra.

Tras la muerte de Dorothy, Carey contrajo matrimonio con Charlotte Rumohr, integrante de una conocida familia danesa; aunque físicamente débil, tenía buena vida espiritual y conocía idiomas. Ambos se profesaban mucho amor y se gozaron al ver a sus hijos sirviendo al Señor.

Pero, la obra recibió un golpe fuerte en el año 1812, cuando un fuego destruyó mucho del edificio principal en Serampore. Valiosos manuscritos, diccionarios y gramáticas de Carey se perdieron. Tuvo que comenzar de nuevo todo los trabajos quemados en el incendio.

En 1813 el parlamento de Inglaterra ordenó se permitiera la entrada de misioneros y que no se estorbasen sus labores. Carey y sus compañeros comenzaron una escuela para educar a los indios, especialmente los hijos de los creyentes para el futuro de la obra cristiana. Junto con el progreso y las bendiciones llegaron problemas entre los mismos misioneros y con la Sociedad.

Había aquellos que querían controlar y dirigir. Algunos de los nuevos misioneros no estaban preparados para vivir como Carey y sus compañeros. Hubo conflictos, y Carey buscó la manera pacífica de resolverlos.

En 1821, Charlotte falleció. Al año siguiente fallecieron Krishna Pal y Felix, el hijo mayor de Carey, con 37 años de edad. En 1823 el veterano misionero Ward dejó al famoso “trio de Serampore”. En 1825 Carey se enteró de la muerte de Ryland.

Grace Hughes fue la tercera esposa de Carey. Desde 1823 hasta que Dios llamó a William a Su presencia, ella le acompañó fiel y amorosamente.

Carey alcanzó a ver algunos de los muchos frutos que Dios envió tras su obra sin par. El Evangelio llegó a muchas regiones de la India, lo mismo que las Escrituras. Socialmente, Carey y otros influyeron decididamente para que los ingleses prohibieran el sacrificio de bebés en el río 10, y el quemar a las viudas vivas con el cuerpo de sus esposos fallecidos. Carey opuso gran resistencia a la esclavitud, que uno de sus contemporáneos logró finalmente abolir 11.

Pero sobre todo reconoció que solo Dios puede rescatar a los pecadores, por medio de la predicación del evangelio de Jesucristo y la obra soberana del Espíritu Santo.

En días en que se escuchan muchas quejas por comodidades recientemente perdidas y por otras aún no conseguidas, y que la clase política hace campaña prometiendo lo que seguramente no podrá cumplir, leer acerca de hombres y mujeres como los nombrados en esta mini serie nos llama a reflexionar seriamente acerca de nuestros principios y prioridades.

El Señor nos ayude a humillarnos y arrepentirnos si creemos que nuestra conversión no incluye el llamado a vivir en misión, y que esta es exclusiva de algunos pocos ‘escogidos’. Si nos sabemos perdonados entreguemos nuestras vidas, talentos y bienes terrenales a Él. Alcancemos la buena noticia a todos, allegados, vecinos y familiares. Si lo hacemos de corazón y perseverando, Él nos sorprenderá con frutos dignos de Su gloria.


 

Notas

Ilustración: escuchando una prédica cristiana en algún sitio de la India, el segundo país más poblado del planeta.

01. http://protestantedigital.com/magacin/39423/Lo_creamos_o_no_Dios_siempre_obra_lo_imposible

02. Serampore es una ciudad del este de la India en la región conocida como Bengala.

03. Jeremías 33:3.

04. Los moravos fueron pioneros en las misiones protestantes nacionales y extranjeras; buscaban la renovación de la cristiandad europea y la evangelización del mundo no cristiano.

05. Mateo 10:28.

06. 2ª Tesalonicenses 3:13.

07. 1ª Juan 4:8.

08. Hebreos 12:14.

09. Romanos 14:13; 16:17; 1ª Corintios 8:13; 10:32; 2ª Corintios 6:3; 1ª Juan 2:10.

10. Ritual impuesto a las mujeres estériles que se comprometían a cumplir con ese voto si su dios le diera un hijo.

11. William Wilberforce (1759-1833) político, filántropo y abolicionista inglés, quien siendo miembro del Parlamento Británico, lideró una campaña en contra de la esclavitud.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - Las claves de una fructífera vida en misión