El poder transformador de la palabra XXVI

La revista Alétheia que edita la Alianza Evangélica Española ha abordado una infinidad de temas a lo largo de sus 46 números de entrega bianual.

30 DE ABRIL DE 2016 · 09:51

Revista Aletheia.,aletheia
Revista Aletheia.

Otra revista que "cayó en mis manos" un día, fue Alétheia, salida de la Comisión de Teología de la Alianza Evangélica Española. Un hermano (y Anciano) de la iglesia a la que asisto, José Luis Sánchez, me prestó un ejemplar cuando le hablé de un tema sobre el que deseaba profundizar, señalándome unos interesantes artículos. Más tarde me encontré con otro número que contenía artículos que eran el resultado de un curso extraordinario impartido en la Universidad de Salamanca en el año 2007: "Nociones históricas y literarias sobre el protestantismo en la sociedad española", que contó con la colaboración de la Asociación Cultural Evangélica Jorge Borrow. Los artículos, escritos por el presidente y el vicepresidente de dicha asociación se titulaban: "George Borrow y el inicio de la presencia protestante en Salamanca" (Rubén Lugilde Yepes) y "Manuel Azaña y los protestantes" (Timoteo Glasscock). Además, en el mismo número escribía sobre "Unamuno y el protestantismo" el profesor de la Usal, Alfredo P. Alencart. 

Acerca de los orígenes de esta revista nos habló su actual director, Stuart Park, en una entrevista que le hice en Protestante Digital hace un tiempo: "El primer número de Alétheia (que significa ‘Verdad’ en griego) salió en 1992, con don José María Martínez como Director, y don Pedro Puigvert, de quien partió la idea inicial de la revista, como Director Adjunto. En el primer Editorial, titulado ‘A modo de presentación’, se propuso “complementar y actualizar la formación bíblico-teológica de ministros del Evangelio, estudiantes y creyentes en general, deseosos de conocer más a fondo las Sagradas Escrituras y sus implicaciones doctrinales y éticas, así como su proyección histórica”. Se subraya que “dado que el destinatario primordial no es el especialista, el material de publicación, tanto en su contenido como en su estilo, será seleccionado de tal modo que, aun manteniendo un nivel más bien elevado, resulte inteligible y útil para todos sus lectores”. Desde que tomé el relevo como Director en 1996, con Francisco Mira de Director Adjunto, tal ha sido el compromiso de la actual Dirección hasta el día de hoy".

Sobre los temas abordados, señaló: "La revista ha abordado una infinidad de temas a lo largo de sus 46 números de entrega bianual: Escritura, doctrina, ética, historia de la iglesia, hermenéutica, eclesiología, misionología, espiritualidad, pneumatología, educación teológica, biografía, mundo contemporáneo, sociedad civil, Movimiento de Lausana, entre otros muchos. Lo que no hemos enfatizado han sido, paradójicamente, temas exclusivamente “teológicos” en el sentido abstracto del término. Hemos entendido que un enfoque más bien técnico sí es propio para especialistas, si bien hemos publicado excelentes trabajos sobre la Expiación, la Cruz de Cristo, la justificación por la fe, la conversión, Israel entre las naciones, etc. Tampoco hemos prodigado en cuestiones polémicas, respetando la intención original de la revista, aunque no hemos rehuido la publicación de opiniones contrastadas sobre temas controvertidos como la Creación, los Orígenes humanos, el Dios del Antiguo Testamento (la Ira de Dios), la mujer en la iglesia y los dones espirituales, entre otros". Además, mencionó: "Tomamos la determinación de publicar trabajos ‘autóctonos’ siempre que sea posible, y el elenco de autores y autoras es muy amplio. Sobre Ciencia y los Orígenes han escrito científicos españoles; sobre sociología, autores ‘nuestros’ como don Samuel Escobar, y así sucesivamente. El nivel es muy alto, y hay que aprovecharlo. Al mismo tiempo, hemos publicados trabajos de autores extranjeros cuando nos ha parecido oportuno".

Otros nombres de autores con los que me he encontrado son: José de Segovia, Bernard Coster, Pablo González Corcoba, X. Manuel Suárez, José Grau, Pedro Tarquis, Margarita Muñiz, Pablo Martínez Vila, José Antonio Monroy, Stuart Park, Ken Barrett, Oliver Barclay, Luis N. Rivera Pagán, José Hutter, Elizabeth Catherwood, Pedro Puigvert, José Moreno Berrocal, Joana Ortega, James, I. Packer, Chris Wright, Samuel Pérez Millos, James I. Packer, Francisco Mira o Esteban Rodemann.

Más tarde me encontré con un número monográfico dedicado al llamado Compromiso de Ciudad del Cabo (2010), documento que resultó del Tercer Encuentro de Lausana realizado en Sudáfrica en el año 2010. El texto del documento se presentó al completo en el Nº 40 de la revista, en la que inicialmente se puede leer una reflexión del teólogo Samuel Escobar sobre el citado documento. 

Gracias a la generosidad de Stuart Park y Francisco Mira, en el número 46 también se publicaron entrevistas que, bajo la cobertura de P+D, hice a quince educadores teológicos de España, que mucho tuvo que ver con mi lectura del Documento del Compromiso de Ciudad del Cabo tanto en Alétheia como en la Guía de Estudio sobre tal documento, editada por Andamio.  En realidad, lo mejor es el análisis y las conclusiones que el teólogo Samuel Escobar realizó sobre el contenido de las entrevistas, además de dos excelentes artículos suyos abordando el tema en cuestión. Voy a tomarme la licencia de citar una reseña que sobre este número dedicado a la Educación Teológica realizó Eliseo Casal, la cual resume con exactitud el contenido de este número de Alétheia:

"Revista Alétheia n. 46 2/2014

(91 pág. Monográfico sobre la Educación Teológica)

Este número de la revista Alétheia gira alrededor del tema de la Educación teológica. Está compuesto por tres artículos principales, los dos primeros escritos por el conocido y apreciado Dr. Samuel Escobar y el tercero comentado por el mismo. Sobre este tercer artículo, que tiene características especiales, encontramos una presentación al mismo de Jacqueline Alencar, colaboradora de Protestante Digital, quien entrevistó a diversos educadores teológicos y de cuyo trabajo se sirve el citado artículo. La revista cierra con su habitual sección bibliográfica.

Antes de abordar el contenido de estos artículos quisiera hacer notar que el tema, aunque situado en el marco de la educación formal, tiene relación directa con la iglesia y todos sus ministerios formativos. Los principios y conceptos son útiles para cualquier persona interesada en la labor educativa de la iglesia. 

En el artículo que introduce la revista, Samuel Escobar trata sobre la necesidad de mentores como un elemento indispensable en la formación de los nuevos líderes, que deben añadir a su formación reglada la formación práctica de la mano de aquellos que están actualmente en el liderazgo. Este planteamiento cuenta con dos referencias históricas, Eric Lund, sueco, que trabajó en la extensión del evangelio principalmente en el campo bautista y Ernesto Trenchard, inglés, que llevó a cabo su labor dentro de las Asambleas de Hermanos, aunque no exclusivamente. Ambos ejercieron de mentores y desarrollaron una importante labor formativa y literaria. Los ejemplos de estos misioneros que hicieron de precursores en esta labor proveen de una experiencia práctica y significativa en la historia del evangelio en España. El artículo continúa con la descripción de la labor del mentor definida con brevedad y profundidad, y finaliza con la labor del pastor como mentor y los desafíos que ello supone. De esta manera los ejemplos, definición, importancia y retos del mentorado son puestos a la consideración del lector retándolo a tomar en cuenta esta labor. 

En el segundo artículo «Educación Teológica y Vocación Pastoral», el autor parte de su propia experiencia, tanto en el ámbito de la formación – la académica en el campo de la educación, y la teológica como educación no formal – como en el ministerial, donde ha trabajado en grupos con GBU o FTL.  Desde esta perspectiva nos propone una educación que tome en cuenta tanto la importancia de los modelos, personas a quienes imitar y con quienes establecer una relación personal, como el deseo de comunicar el conocimiento de forma intencional y asequible en un nivel pastoral. Como él mismo define: personas  «de alto nivel académico y profesional y al mismo tiempo capaces de enseñar y escribir intencionalmente, de manera asequible, en un nivel pastoral».

En las siguientes páginas desgrana el proceso de esta formación. Comienza con el análisis de la crisis de vocaciones apuntando a un modelo, experimentado en Perú, con una visión poco atractiva del ministerio pastoral, un programa con  énfasis sobre la teoría y falta de práctica y un currículo enfocado más en la predicación que en la labor pastoral en sí. Contrasta esto con un modelo americano más enfocado a la praxis pastoral y la educación de campo.

 

En los puntos siguientes desarrolla los elementos necesarios de la educación teológica para la vocación pastoral bajo los apartados: clarificar la vocación pastoral, formar a la persona para la práctica de la vocación y la renovación del ministerio. En este último apartado aborda los modelos históricos del ministerio cristiano, el ministerio pastoral con talante misionero, la renovación del ministerio, la renovación de la estructura del ministerio y la renovación de la vida espiritual del ministro. Cierra el artículo recordando la historia de Samuel y la necesidad de orar tanto por «Samueles» como por «Anas».

Destacaría la capacidad de síntesis de los temas relevantes y el corazón pastoral que late tras este artículo como se refleja en su comentario: «Solo una formación ministerial entendida como formación del carácter de las personas puede ayudar a quienes se inician en el ministerio cuando tienen que enfrentar las crisis propias del servicio a Cristo en esta época posmoderna».

En estos dos primeros artículos el enfoque es más en la labor dentro del contexto eclesial. Cualquier persona dentro del ministerio de enseñanza en cualquier nivel sacará provechosas lecciones sobre la tarea de preparar a otros y cuáles son los elementos a tener en cuenta. 

La última parte contiene un resumen del trabajo previo de Jacqueline Alencar. Este trabajo ha sido publicado previamente en Protestante Digital, entre marzo y junio de 2014. Se trata de una serie de entrevistas que parten del documento de Ciudad del Cabo en su apartado de la educación teológica y la misión, para profundizar en la situación actual de la educación teológica en España. Es, pues, una excelente aportación y base para un trabajo más profundo.

Las respuesta de estas entrevistas realizadas a quince educadores son resumidas y ordenadas para el análisis por Samuel Escobar que compendia lo esencial de las mismas y realiza breves pero importantes consideraciones. La amplitud de la participación en las encuestas tanto respecto a los quince entrevistados, nueve españoles y seis misioneros, como su ámbito geográfico con seis comunidades representadas suponen un cuadro bastante completo de la realidad actual de la educación teológica en nuestro país. Los temas extractados en el artículo, a partir de las preguntas (entre paréntesis el número de la pregunta), son:

     ( 5) Diagnóstico de la situación.

     (1) Propósito de la enseñanza y educación teológica. En el que se destaca el carácter formativo de las personas y la intención misional de la educación. 

     (9) La centralidad de la Biblia. 

     (3) Educación teológica y el sacerdocio universal. 

     (4) Educación teológica en perspectiva misional. 

     (8) Relación con las iglesias. 

     (12) Perspectivas. 

Este último artículo nos descubre las coincidencias de opinión de los entrevistados sobre algunos temas como el diagnóstico de la situación en nuestras iglesias, con un nivel de formación bíblica baja; el propósito de la enseñanza y educación teológica en la que se destaca el carácter formativo de las personas y la intención misional de la educación o la necesaria relación entre las instituciones educativas y las iglesias. En otros casos las respuestas muestran la diversidad en el campo teológico, como en la pregunta sobre la centralidad de la Biblia. Y, finalmente, en otras se abordan los retos de futuro y las dificultades que se enfrentan en la actualidad, de esto trata el apartado de perspectivas. 

Hay que agradecer a Jacqueline tanto la iniciativa como todo el trabajo realizado en las encuestas, y a Samuel la tarea de organización y síntesis permitiendo tener a mano una valiosa herramienta para el estudio, reflexión y proyección de futuro". 

 

El poder transformador de la palabra XXVI

Otro descubrimiento valioso para mí fue un artículo sobre Dietrich Bonhoeffer  escrito por José María Martínez en el número 7 de Alétheia.  Se titula: "Bonhoeffer, 50 años después", publicado con motivo del 50 aniversario de la muerte del teólogo alemán. Me gustaría citar un fragmento del artículo: 

EL PRECIO DE LA GRACIA

Bonhoeffer fue pronto consciente de la facilidad con que las más grandes verdades bíblicas pueden ser pervertidas. Particular interés mostró en destacar el verdadero significado de la doctrina de la gracia, que tan fácilmente puede conducir a extremos opuestos: el legalismo o el antinomianismo. Las consecuencias de estos errores siempre han sido nefastas en la historia de la Iglesia. Sobre esta cuestión escribió Bonhoeffer páginas brillantísimas delineando magistralmente los contornos de la «gracia barata» y de la «gracia cara». He aquí algunos de sus párrafos más sobresalientes:

La gracia barata es el enemigo mortal de nuestra Iglesia. Hoy combatimos en favor de la gracia cara.

La gracia barata es la gracia considerada como una mercancía que hay que liquidar, es el perdón malbaratado, el consuelo malbaratado, el sacramento malbaratado, es la gracia como almacén inagotable de la Iglesia, de donde la cogen unas manos inconsideradas para distribuirla sin vacilación ni límites; es la gracia sin precio, que no cuesta nada (...)

La gracia barata es la gracia como doctrina, como principio, como sistema, es el perdón de los pecados considerado como una verdad universal, es el amor de Dios interpretado como idea cristiana de Dios. Quien la afirma posee ya el perdón de sus pecados. La Iglesia de esta doctrina de la gracia participa ya de esta gracia por su misma doctrina. En esta Iglesia, el mundo encuentra un velo barato para cubrir sus pecados, de los que no se arrepiente y de los que no desea liberarse. Por eso, la gracia barata es la negación de la palabra viva de Dios, es la negación de la encarnación del Verbo de Dios.

La gracia barata es la justificación del pecado y no del pecador. Puesto que la gracia lo hace todo por sí sola, las cosas deben quedar como antes. 'Todas nuestras obras son vanas' [...]".

En otros números me encontré con interesantes artículos sobre misionología, el ministerio de la mujer, el mentorado, el Movimiento de Lausana, diseño inteligente, la participación de los evangélicos en la vida pública, la identidad evangélica, escatología, Inquisición y exilio, etc. También emotivos reconocimientos a Juan Solé, José Grau...

En  el último número, es decir, el 48, está dedicado al 400 aniversario de la publicación de la Segunda Parte de "El ingenioso don Quijote de la Mancha", en 1615. Podéis leer interesantísimos artículos: "Locura y realidad en El Quijote" (David Estrada Herrero); "Menonitas holandeses, primeros ilustradores del 'Quijote" (Frances Luttikhuizen); y "El Quijote' y la Biblia: teología en 'Don Quijote" (José Moreno Berrocal).

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