¿Qué es el Evangelio?

Un análisis del Evangelio apostólico.

24 DE ENERO DE 2016 · 15:55

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Si queremos que nuestra definición del Evangelio sea correcta, tenemos que aferrarnos a la doctrina apostólica de la iglesia primitiva.

En 1 Corintios 15:3-5 Pablo cita una tradición oral cristiana para explicarnos en términos sencillos de qué se trata el anuncio del Evangelio. El credo primitivo se divide en cuatro frases. Aquí está:

#1: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;

#2: Que fue sepultado,

#3: Que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;

#4: Que apareció a Cefas, y después a los doce.

Si te fijas cuidadosamente en el credo, las líneas 2 y 4 sirven para respaldar lo declarado en las líneas 1 y 3 respectivamente. Vamos a estudiar el contenido del Evangelio línea por línea.

Línea #1: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras

Decir que Cristo ha muerto es una afirmación histórica. No obstante, confesar que Cristo murió por nuestros pecados es una aseveración doctrinal. Gracias a la iluminación del Espíritu Santo, la iglesia era capaz de entender que Dios había cumplido su propósito salvador a través del ministerio de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios.

La muerte de Jesús fue mucho más que un mero ejemplo de amor. Fue una obra expiatoria, vicaria, sustitutiva. Cristo estaba haciendo algo más importante que ofrecernos un mero patrón ético para seguir.

Las Escrituras del Antiguo Pacto revelaron que el Mesías, el Cristo se tenía que dar en sacrifico por los pecados de su pueblo. Desde los días de Abel en adelante, los siervos de Dios entendieron la importancia del sacrifico por el pecado en la adoración a Dios. Pensemos en el cordero pascual o en todo el sistema levítico o en el capítulo 53 de Isaías.

El Antiguo Testamento profetizó que el Siervo del Señor sería herido por nuestras rebeliones y molido por nuestros pecados. Pablo se unió a la confesión de la iglesia primitiva diciendo que aquél Siervo era Jesús el Cristo.

Línea #2: Que fue sepultado

La segunda línea del credo sirve para explicar su primera línea. Cristo murió. Es cierto. Debido a su muerte, fue sepultado. ¿Por qué la iglesia primitiva tuvo que recalcar la sepultura física de Jesús? Porque es la prueba de que Cristo murió corporal y físicamente.

Algunos en Corinto creían que la muerte y la resurrección se trataron de asuntos puramente espirituales; no obstante, la ortodoxia aclaró que la muerte de Jesús fue algo real, histórico, verifico. Después de su muerte literal en la cruz, Jesús fue sepultado literalmente.

Línea #3: Que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras

Puesto que la segunda línea resalta la naturaleza real y corporal de la muerte del Señor, la tercera línea se tiene que interpretar de manera física también. Un cadáver real resucita de manera real.

De hecho, una gran parte del resto del capítulo 15 de 1 Corintios está dedicada a defender la noción de que Jesús resucitó histórica y literalmente. “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe” (v. 14).

A diferencia de las primeras dos líneas del credo primitivo, esta tercera línea no está escrita en el pasado simple sino en el pasivo perfecto, es decir, “ha sido resucitado”. La implicación, entonces, es que Jesús sigue vivo. Y gracias a otros escritos paulinos sabemos que Él que resucitó al Hijo fue el Padre por medio del poder del Espíritu.

La confesión cristiana apunta que la resurrección también fue profetizada por el Antiguo Testamento. Dos pasajes ampliamente citados por los apóstoles fueron Salmo 16:10 –“Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción”- y Salmo 110:1- “El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que pongo a tus enemigos por estrado de tus pies”.

En cuanto a la referencia al “tercer día” es posible que la iglesia recién nacida tuviese en mente Oseas 6:2 –“Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de Él”- o Jonás 1:17 –“Estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches”. Jesús mismo había aludido al tercer día a lo largo de su ministerio terrenal (Juan 2:19).

Línea #4: Que apareció a Cefas, y después a los doce

La cuarta línea del credo sirve para dar más información tocante a la tercera. La resurrección no fue algo meramente espiritual en el sentido de que Jesús apareció en los corazones los apóstoles de una forma simbólica y existencial, sino que realmente resucitó y así apareció a los doce de una manera contundente, real, literal y física.

Tales apariciones convencieron a los discípulos de que aquél que fue crucificado había sido resucitado. Sin la resurrección de Jesús, ¿cómo hubieran sabido que el Padre había vindicado a su Hijo?

Así que por medio de la resurrección, los apóstoles cobraron ánimo para predicar las buenas noticias a los cuatro vientos, derramando su propia sangre en el proceso. Los discípulos sabían que Jesús estaba indudablemente vivo.

Conclusión

Todo lo antedicho sirve para demostrar que el Evangelio es, en última instancia, algo que sucede extra-nos, esto es, fuera de nosotros. Se centra en lo que Dios hizo a través de su Hijo.

Es cierto que el elemento subjetivo está incluido en la proclamación apostólica ya que Jesús garantiza el perdón de nuestros pecados y nuestra justificación mediante su muerte y resurrección, no obstante, el Evangelio es acerca de lo que Dios ha hecho por nosotros.

Por eso haríamos bien en tener cuidado con la típica frase que oímos hoy día sobre: “Hay que vivir el Evangelio”. No podemos vivir ni el Evangelio porque el Evangelio se centra en lo que hizo Cristo. Sólo Cristo vivió el Evangelio.

El momento en que nos olvidamos de que el Evangelio se trata de Él y su obra, nos caemos en el humanismo y convertimos el Evangelio en ética, la cual no es Evangelio sino un no-Evangelio.

Así que, ¿qué es el Evangelio? Contestan Pablo y la iglesia primitiva:

#1: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;

#2: Que fue sepultado,

#3: Que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;

#4: Que apareció a Cefas, y después a los doce.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Brisa fresca - ¿Qué es el Evangelio?