Razones por las que nos damos por vencidos

Hay esperanza para aquellos que luchan con la oscuridad de la depresión.

24 DE DICIEMBRE DE 2015 · 14:51

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No hay duda de que las tendencias naturales o las realidades biológicas pueden influir en las razones por las que nos damos por vencidos frente a la desesperación. Sin descartar el papel que puedan desempeñar estos factores, consideremos las razones que están bajo nuestro control; razones que pueden incluso alterar los factores que están más allá de nuestro control. 

La negativa a vivir con una esperanza retrasada. Notamos anteriormente que la esperanza retrasada (el deseo no cumplido) es dolorosa. Es «tormento del corazón» (Proverbios 13:2). O sea, que, si abandonamos la esperanza, no tenemos que sentir el dolor cuando el deseo no se cumple. De esta manera, darse por vencido es una indicación de que rehusamos vivir con el dolor del deseo no cumplido. 

Para la mayoría de las personas es difícil aceptar que la carga de la depresión a menudo es más fácil de sobrellevar que el dolor de la esperanza retrasada. Sin embargo, después de reflexionar cuidadosamente, muchos admiten que es verdad. Como dijera una mujer: «Quiero ser feliz y sentir paz en mi vida. Ya he tenido suficiente infelicidad y, sin embargo, parece que parte de mí en realidad la disfruta. Me siento muy confundida en mi interior». Con el tiempo, esta mujer se dio cuenta de que prefería darse por vencida y no tener esperanza en el futuro porque tenía miedo de vivir con esperanza; a saber, la frágil esperanza de ser amada, la cual, no estaba segura de si alguna vez se haría realidad. 

A decir verdad, no es cuestión de preferencia, es cuestión de control. Aunque las personas deprimidas por lo general se sienten descontroladas en muchas maneras, sí tienen cierto control sobre cuánto dolor sienten. Más que nada, la gente que se da por vencida y se deprime está decidida a vivir con la menor cantidad posible de sufrimiento, sobre todo el dolor de la esperanza retrasada. Darse por vencida la ayuda a evitar sentir la clase de dolor y vacuidad que solo el cielo puede eliminar. 

Esperanzas mal cifradas. Las personas se dan por vencidas para amortiguar el dolor de la esperanza retrasada. Pero también puede que se den por vencidas por creer que la vida no tiene sentido sin aquello que han perdido o que tal vez nunca alcancen. Ven poca o ninguna razón para amar, trabajar o seguir participando en la vida si no pueden estar con una persona en particular, o si no pueden participar en una actividad específica, o lograr determinada meta. Por eso se retiran a un estado de aturdimiento autoimpuesto. 

Muchas personas que luchan con la depresión se desesperan porque cifran sus mayores esperanzas de significación y gozo en los lugares errados, tales como un novio o una novia, un empleo, un matrimonio más feliz o una casa. Esencialmente, cifran sus esperanzas en un dios falso que hacen ellos mismos, uno que nunca va a poder satisfacer sus almas (Salmo 115:3-8).

Y, cuando estos dioses falsos o ilusiones de realización parecen irremediablemente perdidos, fuera de su alcance o indiferentes a sus necesidades, la tendencia es a desistir de la vida. 

Por terribles que puedan ser las consecuencias de darse por vencido, hay esperanza para aquellos que luchan con la oscuridad de la depresión. Contrario a los dioses falsos que no pueden darnos guía, el Dios de la Biblia nos ha provisto de una luz de esperanza que penetra la noche más oscura y nos guía hasta los albores del cielo. 

 

(Continuaremos en próximos artículos.)

 

(Artículos extraídos y adaptados del librito Cuando se pierde la esperanza, de Jeff Olson, publicado por Ministerios Nuestro Pan Diario en su serie Tiempo de Buscar. Puedes encontrar este y otros libritos sobre diferentes temas en: http://nuestropandiario.org/2009/09/serie-tiempo-de-buscar/

Si deseas más información, puedes escribirnos a [email protected].

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Intimidad con Dios - Razones por las que nos damos por vencidos