Cambio Climático ¿o cambio de corazón?

Tras el fracaso de la reunión preparatoria de Lima para frenar el cambio climático, la falta de un compromiso fehaciente en París desnuda la dureza del corazón humano a causa del pecado.

06 DE DICIEMBRE DE 2015 · 07:40

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Más de un empresario suspirará al imaginar lo que podría llegar a hacer con una ínfima parte de las sumas multimillonarias que se invierten en estas reuniones ‘cumbres’. Otros dirán ‘¿por qué no utilizan ese dinero para dar comida y ropa a los pobres?’ Lo cierto es que la falta de logros hace ver a esos dineros como yendo a parar a la montaña de residuos no reciclables.

Pasó en Lima con la reunión preparatoria de esta cumbre y volvió a pasar en París en estos días. Mientras la sociedad occidental siga enlutada solo por una de las tantas masacres perpetradas por grupos terroristas, y los gobernantes del mundo sigan maniatados por ‘cuestiones de Estado’ no se aportarán demasiadas esperanzas de cambio para la situación real que vivimos. Algunas frases que he recogido de distintos medios lo indican:

EE.UU. no sólo reconoce su papel en ese problema, sino que asumirá la responsabilidad para su solución" dijo en la ceremonia inaugural el presidente de EE.UU. Barak Obama. La ilustración –montada por un grupo de denuncia1- explica gráficamente la dificultad que enfrenta el presidente norteamericano para cumplir con sus palabras. Eso revelaría la pose que lo muestra profundamente afectado por la catástrofe que anticipa el truco fotográfico.

Por su parte, Ángela Merkel - canciller de Alemania- una de las voces más escuchadas en la UE, expresó con agudeza femenina: "Necesitamos un pacto ambicioso, inclusivo, justo y vinculante". Puso el dedo en la llaga; ningún mandatario en el poder está dispuesto a bajar la producción nacional contaminante (o detenerla en algunos casos); y menos aún, a exponerse a una justicia internacional con poder para aplicar severas penalizaciones.

El anfitrión del cónclave, François Hollande, caló mucho más hondo. El presidente de Francia, llevando al límite la típica diplomacia francesa espetó: "Las declaraciones de intención no bastarán. Nos hallamos al borde de un punto de ruptura".

 

PARADOJAS DE LA DEMOCRACIA

El sistema económico global imperante actúa en base a políticas aprobadas por los mandatarios de países que se consideran democráticos. De allí se infiere que las ‘medidas democráticamente adoptadas’ que no evitan el uso irrestricto de los recursos no renovables son las causantes del calentamiento global y de los males padecidos por los habitantes y la biosfera terrestre.

Esta paradójica realidad es un insulto liso y llano a la capacidad intelectual y emocional de cualquier individuo con un mínimo de sentido común.

Porque vivir en democracia - en teoría – es gobernar a través de nuestros representantes. Pero, cuando las cosas salen mal y el ‘bien común’ se ve afectado no siempre es por decisiones que apruebe la ciudadanía, sino por fallos de parte de sus representantes. Esto implica que los primeros responsables del cambio climático son los gobernantes de las naciones.

La responsabilidad de los gobernantes es administrar la cosa pública con el poder delegado por los ciudadanos. Pero, la responsabilidad de los ciudadanos es exigirles que ellos cumplan con sus funciones, anteponiendo el bien común a otros intereses.

Lamentablemente, pareciera que –llegado a cierto nivel de bienestar- los hábitos de unos y otros se relajasen; así, mientras los responsables de administrar se distraen detrás de intereses no siempre legítimos o convenientes, los responsables de exigirles mantener una línea de conducta solo se dan por enterados cuando ya es demasiado tarde.

 

CONTRASTES DENTRO DE LA COP21

El gran desafío de la cumbre es limitar el incremento de temperatura a menos de 2°C para 2100, un objetivo muy lejos de haber sido logrado, aun cuando haya un consenso casi global sobre la gravedad del problema.

Laurent Fabius – ministro francés de Relaciones Exteriores- es el presidente de la Cumbre del Clima París. Durante una semana de negociaciones, los encargados de abordar el borrador final del texto tuvieron un perfil técnico; antes de dar lugar a los ministros y a la negociación más política. Al escribir este artículo, los medios indican que Fabius había insistido para que el sábado 5 hubiese un texto para la negociación política, tras la cual se redactará el acuerdo que sustituirá al Protocolo de Kioto de 1997, que resultó a todas luces inocuo.

Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, reconoció el miércoles 2: "Las negociaciones están teniendo sus altos y sus bajos, hay muchas comas que se quitan y muchas que se ponen"2. Ella se limitó a recordar que cada país tiene unas "circunstancias nacionales" particulares que se intenta transmitir a todos los grupos de negociación del texto final.

India –uno de los dos países más poblados del planeta- se acoge al principio de "diferenciación” y mantiene una postura más dura que otros. "Los países desarrollados debieran llevar la principal carga de los esfuerzos -económicos y de mitigación- por ser los principales responsables del cambio climático” proponen los indios.

Tanto Figueres como Fabius han aplaudido que el cambio climático haya entrado en "la agenda política internacional", intentando dar un viso positivo al cónclave en el día inaugural.

Pese a este intento optimista los compromisos que han presentado los 185 países que apoyan el acuerdo no son suficientes para que la temperatura no suba una media de dos grados respecto a los niveles preindustriales a finales de este siglo. En caso contrario rondaría los tres grados.  ¿Cómo se interpreta esta consideración de los expertos? Veamos la gráfica que lo explica:

 

Cambio Climático ¿o cambio de corazón?

Si ya estamos teniendo deshielos en los dos polos, constante desforestación, drástica reducción de reservas de agua dulce con incrementos de la salada, aumento de áreas desérticas, creciente migración humana de las áreas rurales a las urbanas, conflictos armados en países de Oriente y Occidente, y masas de refugiados huyendo de la guerra, con ser optimistas no es suficiente.

Desde la ECO 92 en Río de Janeiro, de la que participé con mucho optimismo, hasta la COP21 en París han pasado 33 años; más de 3 décadas en las que, a pesar de las advertencias y compromisos, lejos de avanzar positivamente hemos retrocedido sin pausa ni remordimientos.

De todos modos me parce interesante la lectura que hace de esta reunión la periodista Luisa Corradini en su artículo ‘Las diez metas que deben alcanzarse para no volver a defraudar’3.

 

CAMBIAR EL CORAZÓN ES PRIORITARIO

Queda demostrado, una vez más, que por buenas que sean sus intenciones y por más que se esfuercen el hombre y la mujer sin Cristo nunca darán en el blanco a causa del pecado4.

La condición pecaminosa del ser humano contagia todo aquello que haga. No estar bien con Dios, el Diseñador del Plan Perfecto y ejecutor de la maravillosa Creación (visible e invisible), es no estar bien con uno mismo ni bien con los demás5.

Se hace necesario un cambio radical del ser y este cambio no puede ser auto gestionado. Es necesario una acción externa que transforme nuestra interioridad y nos haga tomar conciencia de nuestro rol de administradores del mayor de los bienes: la vida. Vida expresada en todo lo que somos y nos rodea de una manera maravillosa, diversa y multiforme.

Los humanos somos inmensamente ricos pero vivimos generando pobreza por negarnos a cambiar para mejor por medio del único camino: el propuesto generosamente por Dios6.

Jesucristo no vino a condenarnos sino a rescatarnos de la condenación que acarrea el pecado: separación eterna de Dios. El sistema pecaminoso que reina en el mundo lima toda posibilidad de tomar conciencia de la realidad que nos somete y esclaviza.

Por ello, el apóstol Pablo advierte y alienta a los creyentes de Roma de esta manera:

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” 7

En buena hora que haya acciones colectivas para enfrentar los males terrenales, que son cada vez más numerosos y letales. Pero, sería mejor ver en ese incomparable campo de misión a la iglesia de Jesucristo comprometida con el prójimo necesitado y con el medio que nos sustenta.

A la gente bien intencionada que pone lo mejor de sí para cooperar debemos ayudar para evitar que caiga en el desaliento al comprobar lo insuficiente de sus esfuerzos. Debemos identificarnos con ellos siendo empáticos como Cristo hizo con nosotros.

Evitemos ir con un sermón de púlpito para hacerles socios de nuestro ‘club’. Tengamos con ellos el gesto práctico del buen samaritano que invirtió tiempo y dinero por el extranjero en necesidad8.

Ruego al Señor para que nos haga verdaderos agentes de cambio en un mundo rodeado de peligros cada vez mayores; que sensibilice nuestros corazones al punto de arrepentirnos por buscar nuestra propia felicidad, sin tomar en cuenta la felicidad del otro y de la otra. Que cada mañana sea realidad la promesa divina aplicable a los antiguos y contemporáneos:

Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.” 9

 

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Notas

01. http://www.eeehhh.org/

02. http://internacional.elpais.com/internacional/2015/12/02/actualidad/1449065156_751298.html

03. http://www.lanacion.com.ar/1850256-las-10-metas-que-deben-alcanzarse-para-no-volver-a-defraudar

04. Pecado, en griego ‘hamartia’, significa ‘fallo de la meta, no dar en el blanco’. Los escritores griegos solían utilizar la forma verbal hamartán? con respecto al lancero que erraba su blanco y, por implicación, aludía al concepto de vivir al margen de un código moral o intelectual tenido por meta ideal, debido a una actitud errónea, consciente o inconscientemente. En tal caso la hamartia o pecado suele ser una desmesura o hibridez de algo que realizado armoniosamente es correcto. En hebreo la palabra común para "pecado" es jattá?th, que también significa “errar” en el sentido de no alcanzar una meta, camino, objetivo o blanco exacto. Ver Jueces 20:16; Job 5:24; Proverbios 8:35,36.

05. Pablo explica en detalle esta condición humana en Romanos 1 y 2.

06. Hebreos 1:1-4; Juan 14:6.

07. Romanos 12:2.

08. Lucas 10:30-35.

09. Ezequiel 36:26.

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