Difundir la novedad de Dios

“No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.” Hechos 18:9,10.

21 DE NOVIEMBRE DE 2015 · 14:20

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Cerramos con esta nota la serie “Investigación + Desarrollo + Innovación” (I+D+i). En la anterior sobre ‘desarrollo’ anunciábamos esta tercera nota acerca de ‘innovación’. Allí decíamos:

“El desarrollo del creyente en Jesucristo es una etapa de permanente perfeccionamiento. Está bien descrita en todo el Evangelio como consecuencia del nuevo nacimiento.

Al recibir a Jesucristo, una persona cambia su visión del mundo que le rodea. Ya no lo ve como lo veía antes y como lo sigue viendo la inmensa mayoría de la gente. Ahora ve con los ojos de una nueva persona a la que Jesucristo le muestra la realidad por medio de la verdad.” 1

 

¿Qué significa ‘innovar’?

A pesar de vivir en un mundo cambiante, la tendencia entre los humanos es a ser conservadores. La mayoría – en general - descree de los que hablan de las bondades del cambio. Los que no hacen nada por cambiar absolutamente nada, y los que sólo aceptan un cambio después de tomar muchas precauciones son los que viven aferrados a lo que obtienen en base a trabajo y ahorro. Ellos creen en ‘más vale pájaro en mano que cien volando’ que en ‘renovarse es vivir’.

Pasa que la palabra ‘innovar’ está bajo sospecha a causa de quienes la usan con doble intención. No puede zafar que se la asocie a promesas que nunca se cumplen.

Sin embargo, la realidad es muy distinta para los líderes del consumismo. A la hora de desarrollar y hacer apetecibles sus productos las corporaciones industriales y comerciales contratan a los mejores innovadores para revertir esa tendencia natural seduciendo a los consumidores. Este tema se enfoca y explica muy claramente en ‘sobre saber innovar y saber comunicar’ 2. Allí se afirma que no basta con tener algo nuevo y valioso si no se lo sabe anunciar.

Por nuestra parte, para averiguar qué es ‘innovar’ veamos cuáles son ocho de sus sinónimos: renovar, mejorar, crear, descubrir, inventar, perfeccionar, reformar, progresar. El antónimo de innovar es conservar 3.

De modo que en nuestra rica lengua castellana todo lo que está ligado a innovación refiere a una actividad proactiva. Ocurre igual en nuestro caso, pues venimos considerando el desarrollo como algo vital ligado al proceso basado en la investigación responsable.

 

¿Es necesario innovar?

A pesar de la tendencia natural humana ya descrita, nos guste o no hay otras fuerzas en puja en el mundo actual:

1. Los ricos invierten dinero en la innovación para conservar e incrementar su riqueza; mientras:

2. Los pobres esperan ser ayudados con nuevas medidas del Estado de Bienestar.

Se hace necesario advertir que el rol del Estado no es el de eliminar a los ricos para que haya menos pobres. La tarea de los gobiernos es la de distribuir mejor la riqueza para que lo que se produce en exceso eleve la condición de vida de los que menos tienen.

Una de las mejores iniciativas que se están llevando a cabo en muchos países es la de crear departamentos de investigación de Ciencia y Tecnología en institutos de enseñanza superior. UNESCO tiene programas de apoyo a las universidades que los soliciten.

Por otra parte, ya se están creando numerosas ONG sin propósito de lucro que desde la ciudadanía aportan proyectos de innovación en el marco de asistencia financiera del Parlamento de la Unión Europea 4.

Sin embargo, junto con la innovación se hace necesario educar para el buen uso de los inventos. Lo que ocurre a diario y deja secuelas de destrucción, sangre y luto, es prueba de que muchos utilizan las invenciones para el mal.

 

El Evangelio es la innovación de Dios

No obstante su estrecha relación con la Ley, los profetas y las promesas mesiánicas del AT, el Evangelio presentado a la humanidad adquiere el carácter de innovación. Adoptando el nombre Buena Nueva 5 del AT se lo cita cinco veces en el Nuevo.

En su Preeminencia Dios ya tenía prefijado los tiempos y sazones 6. Sin embargo, a los seres humanos nos cuesta aceptar que somos responsables de nuestros actos y de las consecuencias de nuestras decisiones. En esta tensión real que existe entre lo que Dios es y lo que nosotros somos, más de una vez achacamos a Dios por nuestras desventuras negando con nuestro olvido todo lo bueno que recibimos a diario de Él.

No obstante, hay una obra que jamás nadie pudo, puede ni podrá repetir; es la muerte expiatoria de Jesús, en la cruz del Calvario. Gracias a ella:

La mayor buena nueva que puede recibir todo ser humano es que Jesucristo hizo posible la redención del pecador y del sistema de pecado que llamamos ‘mundo’.

Hay una serie de testimonios elocuentes acerca de este hecho innovador real y único. Cuando el ángel anuncia al anciano Zacarías que su mujer Elisabet daría a luz a un niño le dice:

Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.” 7

El mismo evangelista Lucas refiere que ese niño nació, creció y se transformó en el precursor del Mesías, porque Juan “anunciaba las buenas nuevas al pueblo.” 8 La buena noticia era que llegaba el innovador en persona que habría de cumplir con todo lo que de él se había dicho y – salvo excepciones- no había sido creído por el pueblo.

Cuando Jesús lee las Escrituras en la sinagoga, hace suya la profecía de Isaías antes citada:

El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” - y deja atónitos a sus oyentes, tanto que - “los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?” 9

Pablo les recuerda a los creyentes de Roma el cántico que alaba los pies de quienes anuncian las Buenas Nuevas 10. Lo hace para enfatizar que la predicación del Evangelio de Jesucristo es la nueva manera de permitir que el Espíritu opere en los oyentes para arrepentimiento, confesión de pecados y salvación que es el ‘nuevo nacimiento’ 11.

El Apóstol a los gentiles les recuerda a los creyentes que se congregaban en Éfeso que el Hijo de Dios vino a este mundo a traer las buenas nuevas de paz 12. En un mundo en permanente conflicto como el actual escuchar hablar de paz resulta toda una innovación.

 

La innovación que hace nuevas personas

La Buena Nueva de Jesucristo es un mensaje milenario, pero su gran virtud radica en que resulta totalmente nuevo en la persona que la recibe. Los sabios, entendidos y religiosos de este mundo no pueden entender cómo opera Dios a través de Jesucristo. Solo el Espíritu abre los oídos de la persona que oye la Buena Nueva y le concede la gracia de la fe que les permite nacer de nuevo13.

Esta operación se entiende mejor con la figura que nos dio Jesús cuando enseñó:

Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservan.” 14

La Buena Nueva es el vino nunca antes saboreado; y para saborearlo con deleite tiene que estar conservado en el sitio adecuado: en una nueva persona. Pablo lo define sin dejar lugar a dudas:

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 15

 

El coste de ser mensajero de la Buena Nueva

No cualquiera entiende el enorme coste de la mayor innovación de la Historia: la muerte de Jesucristo en la cruz.

La herejía de la prosperidad es la falsificación de la ‘buena nueva’. Se multiplican las iglesias que la predican porque han descubierto que eso es lo que la gente desea oír.

Mientras crece el número de los convertidos en mercadería por los líderes ambiciosos, decrece el de los que están preparados para aceptar el desafío de ser fieles a la verdad. Uno de esos valientes, Pablo, dijo:

Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.

Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.

No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” 16

Investiguemos las Escrituras siempre, en oración y esperanza; la Palabra viva de Dios es la única que desarrolla al creyente. El Señor nos santifica pues desea motivarnos como sal de la tierra y luz del mundo para anunciar la Buena Nueva de salvación a nuestros vecinos.

No hay mejor innovación que compartir con otros el don preciado del perdón de pecados recibido. Salgamos pues del confort del ‘no innovar’ y rechacemos toda falsa imitación disfrazada de ‘próspera innovación’, para vivir conforme al Propósito de Dios.

 

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Notas

Ilustración: http://foromarketing.com/saber-innovar-y-saber-comunicar

01. http://protestantedigital.com/magacin/37873/El_duro_camino_del_desarrollo

02. Se puede leer en el enlace de la ilustración.

03. http://www.wordreference.com/sinonimos/innovar

04. Para informarse entrar al sitio oficial: http://cordis.europa.eu/home_es.html

05. Gálatas 3:8; Hebreos 4:2, 6. En el AT se cita ‘buenas nuevas’ once veces: 1ª Samuel 31:9; 2ª Samuel 4:10; 18:25, 27; 1ª Reyes 1:42; 2ª Reyes 7:9; Salmos 68:11; Proverbios 15:30; 25:25; Isaías 61:1; Nahúm 1:15.

06. Hechos 1:7. Comparar con Job 24:1; Salmos 31:15; 74:2; Isaías 37:26; Daniel 2:21; Miqueas 7:20; Habacuc 3:2.

07. Lucas 1:19.

08. Ibíd. 3:18b.

09. Ibíd. 4:18, 20b-22.

10. Romanos 10:15, en referencia a Isaías 52:7-10.

11. El nuevo nacimiento es enseñado por Jesús a Nicodemo, en Juan 3:1-21.

12. Efesios 2:17.

13. Romanos 10:17.

14. Lucas 5:37,38. También Mateo 9:17; Marcos 2:22.

15. 2ª Corintios 5:17.

16. Filipenses 3:7-14.

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