Origen medioambiental de la crisis en Siria

No se puede decir que la sequía fue la causante de la situación, pero desde luego es un factor importante.

10 DE OCTUBRE DE 2015 · 16:50

Desierto en Siria. / Wikipedia,siria
Desierto en Siria. / Wikipedia

Es muy fácil pensar que la crisis de los refugiados en Siria y los países colindantes, que ahora finalmente nos está afectando, tiene su origen simplemente en los conflictos étnicos y políticos de esta parte del oriente Medio. Los medios de comunicación nos bombardean con imágenes, primero del conflicto y de la barbarie de Dáesh/ISIS, para luego olvidarse un poco de esto, aunque siguen cayendo ciudades y provocando aun mas exiliados, con imágenes de los que llegan a Europa después de un largo calvario por varios países.

 

Mapa de situación de Siria.

Siria se caracteriza principalmente por estepa (55% del territorio, llamado Al Badía), llanuras semi áridas con lluvias infrecuentes e impredecibles, principalmente para uso ganadero. En los últimos años el gobierno de Assad invirtió enormemente en la modernización y mecanización de la agricultura y la ganadería, cavando miles de pozos para acceder a las aguas subterráneas. Poco a poco está explotación insostenible hizo que el nivel freático retrocediera, y en consecuencia los ríos llevaban menos agua. Esto sin hablar de la reducción del caudal del Eufrates por el incremento del uso del agua de este río en Turquía.

En nuestro mundo las crisis medioambientales no aparecen en los medios de comunicación hasta que la situación se vuelve catastrófica: solo falta recordar la gran sequía de la región del Sahel en África occidental de 1968 a 1973. En Oriente medio, el interés mediático se centraba en el conflicto armado, las armas de destrucción masiva, y la primavera árabe, y Siria era considerada por los analistas de riesgo internacionales como un país con pocas probabilidades de tener una revuelta interior. Los expertos se centraban en los problemas urbanos relacionados con el sectarismo y las diferencias étnicas.

En las últimas décadas el régimen Sirio invirtió millones de dólares en la modernización y mecanización de la agricultura, transformando gran parte de la zona semi-árida de El Badía en campos de maíz y algodón, mediante subsidios a granjeros y la excavación de miles de pozos para suplir la demanda de estos productos de alta demanda de agua. De 135,000 pozos en 1999 se llegó a la cifra de 213,000 en 2007. Lo mismo pasó con la ganadería, con un incremento de 2.6 millones en 1950 a 10-12 millones en 1999. La presión sobre los recursos hidrológicos se aumentó aun mas con un crecimiento rápido de población (hasta hace poco 2,6% al año). Este tipo de incremento del uso de aguas subterráneas ya ha producido grandes problemas en otras partes del mundo. Las aguas suelen ser ´fósiles’, recargándose durante años lluviosos, y el nivel freático baja rápidamente, los ríos se secan y la desertificación se acentúa. Esta cambio dramático en el equilibrio entre la demanda y la provisión de agua creaba una delicada situación con poco margen para sostener cambios. Y son varios factores medioambientales, políticos y sociales que desencadenaron el desastre.

Desde 2006 a 2011 una gran parte de Siria experimentó la peor sequía en siglos. Las lluvias fuero inferiores a las necesarias para la agricultura de secano, y los acuíferos estaban muy bajos. El 85% de los animales murieron y de 2 a 3 millones de agricultores se vieron en la pobreza extrema en cuestión de meses. Pero no tuvieron ninguna ayuda del gobierno sirio. El partido Ba’ath vino al poder prometiendo una redistribución de las tierra, con mucho apoyo popular, pero en el nuevo milenio las alianzas con las poderosas familias de las ciudades, las prácticas de los empresarios corruptos y los favores en la jerarquía militar excluyeron a las masas agrícolas, que se vieron obligados a emigrar a las grandes ciudades, cambiando la pobreza rural por la urbana. Las ciudades, ya abarrotadas de pobres, con cientos de miles de refugiados palestinos e iraquíes, ya no daban para más, con la ausencia de trabajo y las infraestructuras deficientes. La chispa que incendió la revuelta contra Assad empezó en Daraa, una de las ciudades llenas de agricultores de Al Badía.

No se puede decir que la sequía fue la causante de la situación, peor desde luego es un factor importante.

Cuando el egoísmo, la injusticia y la falta de solidaridad campan a su anchas, las diferencias sociales en regiones como el Oriente Medio, donde el agua es un recurso esencial, se incrementan rápidamente, creando inestabilidad social y política. Durante años los países de esta region han sufrido conflictos causados por los intereses convergentes de paises con un alto consumo energético por sus abundante recursos de energía fósil. Pero los analistas estan diciendo hoy que son los conflictos sobre el agua que son las causas pricipales de la inestabilidad social y política, el conflicto abierto entre los paises vecinos, y el desplazamiento masivo de las personas. 

Las repercusiones de la crisis en Siria ahora no se limitan a los estados colindantes. La idea de la 'tierra prometida' de Europa se empieza a cuestionar seriamente, posiblemente por primera vez en décadas, por una crisis que cuestiona sus valores, su unidad y la estabilidad y comodidad que sus habitantes han asumido como suyos tan fácilmente. Los problemas de los Sirios siempre han sido nuestros problemas. En un mundo globalizado, lo que ocurre en una parte del mundo tiene repercusiones serias en otras regiones. 

Una respuesta cristiana debe siempre reflejar los valores de un reino que es mayor que los de este mundo. El amor, la compasión, la solidaridad, el sacrificio y la confianza en el Rey de un Reino eternal, cuyas promesas no fallan, y quien tiene los destinos de las naciones en Sus manos, son los valores que Su pueblo deberan demostrar en estos tiempos de crisis. Un ejemplo es la bienvenida y la acción activa de ayuda a los refugiados Sirios. Los cristianos no deber ser arrastrados por la forma de pensar actual, la de miedo y atrincheramiento que prevalece en las sociedades europeas, que sólo miden y valoran los cambios sociales políticos según les afecte la comodidad que puedan ganar o perder a corto plazo. El reto de los discípulos de Jesucristo en Europa hoy es de tomar en serio las palabras y la visión del mundo que tenía Jesús. ¿Estamos dispuestos a ser consecuentes con las palabras de nuestro Maestro, Señor y Salvador?

Va en ello nuestro testimonio como pueblo de Dios. Las palabras de Gandhi valen tanto para hoy como para su tiempo: 

"Admiro vuestro Cristo: no me gustan vuestros cristianos. Vuestros cristianos son tan diferentes a Cristo". 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Te(c)ología - Origen medioambiental de la crisis en Siria