¿Qué es el hombre?

Estructura y tectónica de la personalidad en el Nuevo Testamento (I)

12 DE SEPTIEMBRE DE 2015 · 21:00

,persona, sombra

En el Nuevo Testamento se trata ampliamente, y de una manera muy especial, el problema de la tectónica de la Personalidad.

Los autores novotestamentarios que más han aportado sobre el tema, que nos ocupa en este capítulo, son Pablo, Lucas, Juan y Mateo.

Es necesario destacar que el apóstol Pablo y el médico, historiador y evangelista Lucas tenían una gran influencia de la cultura griega. Eran, sin duda, grandes helenistas; también se ve la influencia del helenismo en el apóstol Juan, pero, en mi criterio, en menor cuantía.

El denominado Evangelio de Lucas está escrito en un griego tan exquisito, que está considerado como uno de los tratados más bellos gestados en esa lengua, y constituye una joya de la literatura universal.

Para hablar de la estructura de la Personalidad en el Nuevo Testamento, se emplean diversos términos que, nos recuerdan la enseñanza viejo testamentaria; véase por ejemplo la enseñanza de Salomón en el libro de Proverbios, donde hablando de la esfera de la intimidad anímica, noética y pneumática utiliza el término CORAZÓN para referirse a la esfera más profunda del ser humano: “Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Prov. 4:23).

Aquí el autor de Proverbios nos enseña dos verdades, fundamentales, para entender la economía biofisiológica del hombre (en sentido genérico) y el centro dinámico del funcionamiento anímico-pneumático ubicado en lo más profundo de la esfera de nuestra intimidad, y que regula todo lo que se deviene (pensamientos, sentimientos, impulsos instintivos) en “el fondo del ser” y controla todas las actividades de nuestra vida.

Sobre la estructura o tectónica de la Personalidad se ha escrito mucho y se seguirá escribiendo más. En mi experiencia, en el campo cristiano, he ido comprobando a lo largo de los años como muchos creyentes hablan del alma, del espíritu y del cuerpo con escaso conocimiento de la significación psicológica y teológica que estos tres estratos de la personalidad significan en su realidad inmanente y trascendente.

Es frecuente escuchar en alocuciones y predicaciones, o leer en tratados de teología, que el hombre es un ser tripartito, creado a imagen y semejanza de un Trino Dios. Esta concepción dicotomizada del ser humano no puede ser admitida, por mí, ni científica, ni teológicamente.

El hombre es una UNIDAD psicosomática y Dios es UNO en el que hay Varios (Elohim).

No obstante hoy sigue pendiente un gran interrogante, que se traduce en esta pregunta trascendental: ¿qué es el hombre?

Se han dado muchas respuestas desde campos de estudio y investigación muy diversos.

Desde mi punto de vista destaco tres que me parecen de la mayor relevancia:

  • El hombre es una incógnita
  • El hombre es una carga para si mismo y
  • El hombre es Imagen y semejanza de Dios

Estas ideas las continuaremos analizando en los siguientes artículos.

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