Kim Phuc, cicatrices y el rosa mosqueta de mi Dios

El bisturí de Dios duele, pero limpia, sana y nos permite mirar las cictarices del pasado sin dolor ni raíces de amargura.

16 DE AGOSTO DE 2015 · 18:00

La reconocida foto del napalm durante la Guerra de Vietnam. Kim Phuc en el centro de la imagen. Foto: Emilio Labrador (Flickr,CC),Kim Phuc
La reconocida foto del napalm durante la Guerra de Vietnam. Kim Phuc en el centro de la imagen. Foto: Emilio Labrador (Flickr,CC)

“Si me preguntasen por lo más difícil que he tenido que hacer… Sin duda alguna ha sido perdonar”. Kim Phuc.

Hace exactamente un mes que me tuvieron que operar de una apendicitis aguda y bien complicada; enseguida me diagnosticaron, porqué aquello venía de tiempo y ya estaba demasiado mal…. No voy a hablar nada de lo que no sea mi campo; pero el caso es que el problema fue importante y todo tardó en ir pasando, mucho más de lo que pensé en un principio y el informe final…… Mejor lo dejamos……

La primera vez que me vi la cicatriz, el drenaje y todo lo demás pensé, esto está de dos días, pero creo que el cirujano hizo un excelente trabajo. Luego no me la volví a ver más hasta que me sacaron los puntos al cabo de dos semanas. Cuando ya en mi casa me vi por segunda vez aquella cicatriz sin puntos frente al espejo, creí que me daba algo!! Era morada muuuuy oscura y muy ancha y pensé… Madre mía!! Comencé a echarle Aceite de Rosa Mosqueta de buena calidad cada día y varias veces y hoy, cuando fui a mi médico y me vio la cicatriz por primera vez me dijo, esto está genial,!! Mira que color rosado!! Te quedará simplemente una línea muy fina. La verdad que esas entre otras palabras fueron como un alivio muy grande a todo un mes de muchas cosas, después de mucho tiempo atrás sintiéndome mal.

Durante todo lo que me sucedió, pude experimentar la Paz de mi Dios al control de mi vida, en absolutamente todo, hasta en algo tan carente de importancia al lado de otras cosas como podía ser la cicatriz.

Llevo muchos días pensando en cicatrices, cicatrices curadas, cicatrices limpias, cicatrices sanadas sólo por fuera…….. Y el Señor trajo a mi corazón con mucha fuerza la preciosa historia bien conocida por todos!!  La de aquella niñita de nueve años que vivía muy cerca de Saigón, en plena guerra del Vietnam, en 1972, cuando un piloto americano hizo caer una horrible bomba de Napalm sobre su aldea.

La foto de la pequeña Kim Phuc, recorrió el mundo entero, desnuda, corriendo entre gritos y lagrimas por el terrible dolor de las quemaduras del Napalm, como de gasolina debajo de su delicada piel.

El fotógrafo que estaba cubriendo el reportaje, quien sería mundialmente conocido, Nick Uf, llevó a Kim a un hospital. Tardó catorce años en recuperarse y tuvo que pasar por diecisiete operaciones.

Cuando creció quiso estudiar medicina, pero por dos veces se lo denegaron, si podía! Pero mientras le dejaran experimentar con ella misma. No puedo ni imaginar el dolor que llevaba por dentro, en una ocasión dijo: “Si me preguntaran por lo más difícil que he tenido que hacer sin duda alguna ha sido perdonar. Perdonar a los que mataron a mi familia, a los que incendiaron mi país, perdonar a quienes se empeñaron en utilizarme sin importarles mi vida personal. La primera vez que leí las palabras de Jesús ‘ama a tus enemigos’ ni lo entendí ni sabía cómo hacerlo”.

Después de muchos años, en 1996, la Fundación para la memoria de los Veteranos del Vietnam, la invitó a Washington y allí conoció al piloto que vació las bombas sobre la aldea de Kim. Por esas cosas de mi Señor, los dos habían conocido el Amor de Dios y cuando coincidieron, el piloto no podía con la carga de conciencia que había llevado por tantos años, se abrazó a Kim y sólo sabía repetir…… ¡Perdón! Perdón!! Lo siento!! Lo siento!!......... Ella, bañada en lágrimas de recuerdos y de profundo perdón repetía….. Todo está bien!!... Todo está bien!!...

En este tiempo pasado muy difícil para mi, venían a mi mente las cicatrices, las heridas sin sanar, las cicatrices que aún supuran y duelen y miles de cosas parecidas. Por supuesto que mi cicatriz no puede compararse con las de Kim!! Pero yo también conozco demasiado bien lo que duelen las cicatrices del alma, son mucho peores que las del cuerpo y depende solamente de nosotros en que terminen.

Si dejamos que Dios utilice su bisturí que duele, pero que limpia y sana, podremos mirar las cicatrices de nuestro pasado sin rencor, sin dolor, sin raíces de amargura….. Y cada vez que, inevitablemente las veamos de nuevo, no serán más que un recordatorio de la Obra de Dios en nuestras vidas. Si no lo hacemos así, nos perseguirán y nos destruirán por el resto de nuestras vidas y seremos un absoluto cero a la izquierda en cualquier cosa que queramos hacer para Dios.

Siempre me encantaron las palabras, que son una promesa del profeta Joel en su capítulo 2,versículo 25:

 “Y OS RESTITUIRÉ LOS AÑOS QUE COMIÓ LA ORUGA, EL SALTÓN, EL REVOLTÓN Y LA LANGOSTA.….”

Deseas que Dios haga eso con tus heridas y con tus cicatrices??.... Déjale que te trate con todo el mimo del Universo y te llene de su Aceite de Rosa Mosqueta especial……. SANARÁ TUS HERIDAS Y TE RESTAURARÁ.

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