Déficits éticos: una autocrítica

Algunos pensamientos respecto a ciertos fallos en nuestra conducta ética en general, según observo a lo largo de los años, con esta breve autocrítica.

09 DE AGOSTO DE 2015 · 20:00

,guitarra, cuerda rota

Veamos algunas definiciones sobre la ética:

La ética es una guía que muestra el correcto comportamiento del ser humano en determinadas situaciones, este comportamiento es regido por las costumbres y leyes de la sociedad donde se habita, y siempre se busca el no dañar o lastimar  a otra persona.

Por otra parte la ética cristiana, o si se prefiere la ética bíblica, esta gobernada por los valores divinos acerca de la vida, las buenas costumbres y las correctas relaciones entre personas e instituciones en general.

Pero sin querer entrar en profundidad sobre la cuestión, simplificare algunos de mis pensamientos con respecto a nuestra conducta ética en general, según vengo observando a lo largo de los años, y lo haré con esta brevísima autocrítica.

Por ejemplo observo que los creyentes no siempre somos lo consecuentes que se espera de nosotros en el trabajo, tanto en nuestra profesionalidad como en nuestra transparencia legal.

Otro de los aspectos en los que observo un fuerte déficit en nuestro comportamiento, es en la falta de cumplimiento respecto a nuestros compromisos en general, tanto con las personas como con nuestras propias comunidades locales, el incumplimiento de nuestra palabra y de nuestros compromisos más elementales son realmente alarmantes.

Otra de nuestras carencias que observo muchas veces, es la falta de sensibilidad hacía las necesidades reales de la gente que nos rodea en nuestros vecindarios, barrios y ciudades, incluido la falta de interés hacía las necesidades más perentorias de nuestros hermanos más cercanos; se trataría de tomarnos un verdadero interés sobre lo que le pasa a la gente y olvidarnos bastante más de nosotros mismos.

Otro déficit ético que lamento sinceramente es la falta de interés y posicionamiento ante cuestiones como el aborto y otros pecados sociales que casi nadie denuncia por miedo al que dirán o por pura indiferencia (y esto es grave).

Y por supuesto a esto se le une la falta de propuestas y posibles alternativas por nuestra parte hacía diversas cuestiones sociales, bioéticas y antropológicas que pervierten el orden natural y preocupan a la ciudadanía.

Actitudes como la honestidad en nuestras relaciones sociales, la amabilidad hacía nuestros semejantes, la solidaridad, la generosidad, el amor demostrativo, el respeto mutuo y la amistad sincera más allá de ser clasistas, son algunas entre otras cuestiones, de las más destacables a considerar.

Por supuesto que también existen infinidad de honrosas excepciones entre nosotros gracias a Dios.

Nuestra predicación evangelistica y nuestros planteamientos bíblicos y teológicos tienen que estar avalados tanto por nuestras actitudes  como por nuestras aptitudes hacia todos sin excepción y no solamente por nuestra retórica.

La mentira, la difamación, la venganza, la malicia y la hipocresía no son propias de quienes proclamamos ser hombres y mujeres nacidos/as de nuevo.

Al escribir esta breve reflexión no estoy pensando en nadie en particular, pero si que estoy tratando de provocar una profunda y seria reflexión acerca de nosotros mismos para que seamos capaces con la ayuda del Señor de mejorar nuestros caminos y ser más veraces, además de auténticos en nuestros comportamientos personales.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - Déficits éticos: una autocrítica