¿Hablar en lenguas es del diablo?

"No tenemos ninguna justificación bíblica a partir de 1 Corintios 13 para aseverar que las lenguas son del diablo".

30 DE MAYO DE 2015 · 21:30

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Cuando era recién convertido perdí a un par de buenos amigos creyentes porque les confesé que había hablado en otras lenguas.

En aquellos días era mucho más ingenuo que ahora. Sólo conocía el contexto de mi iglesia local en Belfast. No tenía ni idea de que el mundo cristiano estaba tan dividido sobre el tema de los dones espirituales. Mis amigos me querían convencer de que había estado bajo el poder del maligno cuando hablé en lenguas. La situación provocó una crisis de fe bastante gorda en mi vida. Me preguntaba de forma continua: “¿Sigo siendo un esclavo de Satanás? ¿Estoy poseído por un espíritu diabólico? ¿Soy una marioneta del reino de las tinieblas? ¿De verdad soy salvo?” Fue una experiencia horrenda. ¿Te lo puedes imaginar?

Ya que mis amigos no querían saber nada más acerca del “endemoniado Will Graham”, pasé años sin volver a mencionar el tema de las lenguas a nadie. No quería perder a más amigos ni ser acusado de adorar al diablo. Mis hermanos me habían demostrado de forma indubitable de que 1 Corintios 13:8-13 enseñaba que los dones espirituales ya no eran vigentes. “No puedes hablar en lenguas por el Espíritu –razonaban- ya que 1 Corintios 13 dice que tal don ha cesado”. Así que, puesto que tenía una experiencia personal que no cuadraba con las Escrituras, sabía que estaba muy desviado. Pensé: “Si la Biblia dice una cosa pero mi experiencia dice otra; escojo abrazar lo que dice la Biblia”. Vamos, lo tenía clarísimo.

Bueno, lo tenía clarísimo hasta que un día empecé a estudiar 1 Corintios 13 a fondo. Y me di cuenta de que las cosas no fueron tan claras como mis colegas las habían pintado.

Hoy, entonces, quiero volver a leer este pasaje con ojos objetivos. Para empezar, sería útil citar el pasaje, ¿verdad?

Aquí lo tienes…

1.- Los versículos polémicos

El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era un niño, hablaba como un niño, pensaba como un niño, juzgaba como un niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces, veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

(1 Corintios 13:8-13)

2.- El contexto de 1 Corintios 13

Este capítulo de Corintios está escrito en medio del discurso de Pablo sobre los dones espirituales en 1 Corintios 12 y 14. Pablo toma tiempo para recodarles a los corintios que tienen que ejercer los dones del Espíritu bajo la ley del amor. Muchos hermanos y hermanas de la congregación estaban abusando de sus dones, creando confusión y caos en la iglesia local porque querían darse a conocer como súper ungidos. En palabras del exégeta Gordon Fee, “El problema es con una escatología superespiritualizada, como si las lenguas, el idioma de los ángeles, significaran que ya ellos eran partícipes del estado máximo de existencia espiritual. De ahí el tono polémico subyacente de este pasaje. No se trata de una condena de los dones; lo que Pablo hace es relativizarlos”.[1] Pablo argumenta que sin amor el don no sirve para nada (ver 13:1-3). El ejercicio del don es para la edificación de la iglesia del Señor; no el protagonismo individualista. Por lo tanto, cuando llegamos a nuestro párrafo (vv. 8-13), Pablo quiere enfatizar que el amor es tan importante que durará aun más tiempo que los dones espectaculares que los corintios venían manifestando.

3.- ¿Es “lo perfecto” el canon o la segunda venida?

Es en tal contexto que aparecen nuestros versículos. En cierto sentido, es correcto afirmar que Pablo era cesacionista porque proclamó que los dones del Espíritu –en algún día futuro- cesarían. Y todos concordamos con él. Pero el quid de la cuestión es: ¿cuándo será ese día futuro?

Si leemos el pasaje citado arriba como si nunca hubiéramos escuchado una interpretación cesacionista al respecto, ¿cómo sería la lectura más natural del texto? Cuándo Pablo habla de “cuando venga lo perfecto” (v. 10), ¿de verdad quiere dar a entender que lo perfecto es el canon bíblico? ¿Es esto de lo que nos está hablando el contexto inmediato? Y otra pregunta aun más básica: ¿acaso Pablo sabía que habría un canon neotestamentario?

Volvamos a la pregunta clave: ¿cuándo será este día futuro? Ese día futuro corresponde al v. 12 del texto donde el apóstol recalca que “entonces veremos cara a cara” y “conoceré como fui conocido”. ¿Quiere decir, entonces, que con el cierre del canon bíblico que ahora vemos a Dios cara a cara? ¿Que ahora ya no conocemos oscuramente? ¿Que los que tenemos el canon bíblico en el siglo XXI conocemos a Dios de una forma aun más elevada que el bendito apóstol Pablo? ¿Es así? No conozco a ningún creyente vivo que disfrute de semejantes bendiciones.

¿No sería más lógico entender la frase “cara a cara” dentro de su contexto bíblico como un encuentro con la gloriosa presencia de Dios? ¿No sería más correcto afirmar que “conoceré como fui conocido” será un tiempo cuando nuestro conocimiento de Dios no estará plagado de imperfecciones y nociones caídas? ¿A qué evento, pues, podría Pablo estar refiriéndose? ¡A la segunda venida del Señor! Es un contexto cien por cien escatológico.

La lección que Pablo procura trasmitir es que el amor es tan importante que permanecerá aun después de la consumación de la edad escatológica mientras que los dones espirituales sólo estarán en vigencia hasta la segunda venida. De nuevo, si entendemos el pasaje como refiriéndose al canon, ¿qué clase de argumento estaría presentando Pablo a favor de la supremacía del amor? Digamos, por ejemplo, que 1 Corintios fue redactada en el 55 (más o menos). Pablo, en el 55, nos dice que el amor es tan importante porque perdurará aun después del cierre del canon bíblico. ¿Cuándo cerró el canon? Pues, con el libro de Apocalipsis a finales del primer siglo (o sea, habría una diferencia de 35  o 40 años entre los dos libros). Entonces, volvamos al argumento apostólico. Pablo está diciendo que el amor es lo más importante porque durará más de 35 o 40 años. ¡No tendría sentido alguno! Su argumento sí tendría peso sin embargo si estuviese apelando a la eternidad.

Para añadir a lo antedicho, no nos olvidemos tampoco de que Pablo dice algo bien parecido unos doce capítulos antes en la misma carta. Dice: “De tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo” (1:7-8). Es decir, Pablo entrelaza la vigencia de los dones espirituales hasta la venida del Señor Jesús. No dice: “Que nada os falta en ningún don, esperando el cierre del canon del Nuevo Testamento”. Pablo habla a partir de la perspectiva de la segunda venida y hace exactamente lo mismo en 1 Corintios 13. Los dones de la edad presente desaparecerán cuando vuelva Cristo. Como lo expresó Karl Barth: “Porque el sol sale, todas las luces se apagan”.

4.- Conclusión

La conclusión es inevitable. Pablo quiere darnos a entender que los dones espirituales seguirán vigentes hasta la venida del Señor. Por lo tanto, no tenemos ninguna justificación bíblica a partir de 1 Corintios 13 para aseverar que las lenguas son del diablo. Al contrario, todo apunta a que las lenguas, las profecías y otros carismata siguen con nosotros hasta el fin.

Por lo menos, eso es lo que pensaba nuestro hermano Pablo. Y es por eso que ya no me da vergüenza confesar que he recibido la bendición de hablar en otras lenguas por la soberana gracia del Espíritu de Dios.

Ah, y otra cosa antes de acabar, es por eso que puedo deciros a todos (con mucho alivio) que no estoy poseído por Satanás… ¡menos mal!

 

[1] FEE, Gordon, Primera epístola a los corintios (Nueva Creación: Florida, 1994), p. 727.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Brisa fresca - ¿Hablar en lenguas es del diablo?