¿Dios de guerra o de paz?

Desde la Guerra Fría EEUU tuvo once presidentes, 6 republicanos y 5 demócratas. Todos ellos se han declarado cristianos.

08 DE MARZO DE 2015 · 11:40

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Todos los presidentes ejercieron la fuerza a tono con su posición de líderes de la primera potencia mundial. No obstante, las presiones partidarias les marcan profundas diferencias en temas de guerra y de paz. Los primeros tienden más a los conflictos armados; los segundos a los acuerdos de paz.

 

UNA VISIÓN DEL LADO CRISTIANO

Hace bastantes años, y después de que nuestros objetivos nos llevasen a tomar distintos caminos, fui gratamente sorprendido por la visita de un querido hermano en Cristo. Compañero de ruta en la juventud se había hecho ciudadano norteamericano. Nos vimos en días sucesivos intentando compartir lo ocurrido en nuestras vidas ‘desde la última vez que nos vimos’. En la animada charla no faltaron recuerdos que nos hicieran reír o mudar nuestro rostro en tristeza. Lo que más me impactó fue su convicción de que EEUU es el país elegido por Dios para poner orden en el mundo, y que sus presidentes –si eran republicanos- lo lograrían mejor que los demócratas porque estos ‘tienen a comunistas en sus filas’.

Ante mi desconcierto, me explicó que en EEUU la mayoría de fundamentalistas evangélicos votan por los republicanos porque actúan con fuerza en defensa del estilo de vida norteamericano. Hoy, repasando aquella charla, hice una pequeña investigación cuyo resultado pareciera darle la razón a mi viejo amigo1.

Comprobable o no, lo que él me compartía no dista mucho de lo que ocurre en nuestros días cuando muchos opinan que el cristiano tiene derecho a tomar las armas para defenderse. En resumen: que para unos Dios es el autor de las guerras y para otros Dios es el autor de la paz.

Recuerdo aquí la famosa frase que leí tantas veces al pasar frente a la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Rosario: ‘Hicieron un desierto y le llamaron paz.’ 2

Finalizábamos nuestra nota anterior sobre “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”3 con estas reflexiones:

“‘Pacificadores’ no es lo mismo que ‘pacifistas’. Un bienaventurado vivo no es igual a un bienaventurado muerto. Ser hijos de Dios no es lo mismo que ser hijos de este mundo. Pidamos sabiduría de lo Alto para entender de qué estamos hablando.” 4

 

UNA VISIÓN DEL LADO MUSULMÁN

Habíamos citado de la Enciclopedia de la Política5 de Borja Cevallos lo que este autor entiende por ‘guerra santa’. Basta con pasar revista histórica a las guerras impulsadas por las religiones para que nos encontremos con ambiciones humanas escondidas detrás de aquella denominación.

El autor ecuatoriano citado resume que en la década de los 90, los integristas islámicos denominados ‘Hermandad Musulmana’ en Egipto, “desataron una salvaje persecución contra los turistas extranjeros, que fueron masacrados a mansalva en los vestíbulos de los hoteles o en los buses que los transportaban. Estos integristas fueron los mismos que en octubre de 1981 asesinaron al presidente Anwar el-Sadat por haber firmado en 1978 el tratado de paz con Israel.”

La orgía de sangre fue continuada por el ‘Frente Islámico de Salvación’ sembrando de cadáveres de inocentes civiles el territorio argelino; los líderes del Partido Bharatiya Janata, de extrema derecha, concretaron la demolición de la mezquita construida en el siglo XVI en el presunto sitio de nacimiento del dios Rama, en la India. A los tres mil muertos, en su mayoría musulmanes, le siguieron 317 inocentes muertos en una cadena de explosiones en Bombay.

La guerra santa para las fracciones fanatizadas y sangrientas no tiene límites ni reconoce fronteras.

Parece confirmarse en este tiempo lo predicho por el profesor Samuel P. Huntington (1927-2008), en un artículo publicado en 1993 en la revista Foreign Affairs’, titulado “The Clash of Civilizations”6 en el que este investigador anticipaba que las guerras llegarían a ser luchas entre civilizaciones y no entre Estados.

El mundo será moldeado en gran parte por la interacción entre las siete u ocho principales civilizaciones (…) los más importantes conflictos del futuro ocurrirán a lo largo de las líneas de demarcación cultural que poseen estas civilizaciones”. Con base a tal hipótesis vaticina el profesor de Harvard que “la próxima guerra mundial, si la hubiera, será una guerra entre civilizaciones”7.

Mirando al futuro se puede vislumbrar que se intensificará la confrontación que se ha iniciado ya entre la civilización capitalista occidental y la civilización islámica.

 

LLAMADOS A SER PACIFICADORES

En primer lugar, ser pacificador no es haberse diplomado tras cursar una carrera universitaria. No se puede calificar de profesión al don de pacificar. Pacifica toda persona nacida del Espíritu Santo, llamada por Dios para salvación en Cristo Jesús8. Recordemos: las bienaventuranzas son características exclusivas de toda nueva criatura. Los que tienen al Hijo y por ello tienen vida eterna son pacificadores por consecuencia. Nadie ganará el cielo por el hecho de ocuparse en actividades pacifistas.

En segundo lugar, la persona que pacifica puede hacerlo porque ha recibido la paz de Cristo. Jesús estaba despidiéndose de sus discípulos y viendo que estos estaban cayendo en la incertidumbre respecto del futuro y tenían temor les dijo: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” 9

En tercer lugar, ¿Están excluidas las mujeres de las bienaventuranzas?

La pregunta no es ociosa. Responde a mi deseo de salvar un problema gramatical que presentan las bienaventuranzas en su versión castellana: el texto siempre comienza con el adjetivo ‘bienaventurados’, plural del masculino ‘bienaventurado’. No faltará quien piense que se refiere a varones solamente.

Conocí y aún conozco mujeres de Dios a quienes admiro por su enorme capacidad de acercar a las partes beligerantes, lograr que expongan sus diferencias, que se respeten mutuamente y establezcan bases firmes para deponer toda futura confrontación. Esas mujeres encajan perfectamente en la categoría de ‘bienaventuradas’. Y por ser pacificadoras ellas serán llamadas ‘hijas de Dios’.

Para no entrar en cuestiones gramaticales del griego y sus traducciones, podemos afirmar que todas las bienaventuranzas están dirigidas a los que somos “uno en Cristo Jesús”. Esta es suficiente razón como para aceptar que estando en Él “ya no hay varón ni mujer” como magistralmente enseña el apóstol Pablo esta verdad evangélica10.

Salvo error u omisión ‘paz’ se cita 312 veces en el AT y 97 en el NT. ¿Habrá alguna persona a la que le interese saber si la palabra guerra se menciona más veces que paz en la Biblia? Para este autor Dios es un Dios de paz. También está plenamente convencido de que Dios permite las guerras de la misma manera que permite otras calamidades, pues ellas son consecuencia del estado de esclavitud en el pecado en que Él sometió Su creación, para manifestarnos Su gracia en la persona de Jesucristo, nuestra paz11.

Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan.

Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.”12

Una de las declaraciones supremas de la Palabra de Dios es esta:

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”13

Y esta otra verdad debiera mortificar nuestra carnalidad, consolarnos y apaciguarnos cada día:

El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” 14

En nuestra próxima entrega analizaremos juntos qué significa ser hijos/hijas de Dios. Será hasta entonces si el Señor lo permite.

 

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Notas

Ilustración: James Earl ‘Jimmy’ Carter, presidente de EEUU por el partido demócrata (1977-1981) tras la firma del Tratado de Paz entre Egipto e Israel en Camp David (1978); en la foto con Anwar el-Sadat y Menájem Beguin que recibieron el Premio Nobel de la Paz (1978) mientras que Carter lo recibió en 2002 por su defensa de los DDHH y su rol de mediador en la resolución pacífica de conflictos internacionales. Carter y esposa son miembros de una iglesia bautista.

01. Siete conflictos internacionales fueron iniciados por presidentes republicanos: Guerra de Vietnam (1960-1975) Nixon-Ford; Invasión de Bahía de Cochinos en Cuba o de Playa Girón (1961) Nixon; Invasión de la isla de Granada (1983) Reagan; Invasión de Panamá, abducción y encarcelamiento de Noriega en EEUU (1989) Bush; Primera Guerra del Golfo Pérsico con coalición internacional (1990-1991) Bush; Invasión de Afganistán tras los atentados terroristas del 11-S (2001- presente) Bush Jr.; Invasión de Irak (2003-presente) Bush Jr. Tres conflictos internacionales con intervención de presidentes demócratas: Bosnia Herzegovina, ex territorio de Yugoslavia (1995-1996) Clinton; Kosovo para poner fin al enfrentamiento entre serbios y kosovares (1998-1999) Clinton; Acción militar en Libia junto a una coalición internacional que terminó con el régimen del coronel Muammar Gaddafi (2011) Obama.

02. Publio Cornelio Tácito (56-117) refiriéndose a la ‘pax romana’ tras la destrucción de Cartago a manos del Imperio.

03. Mateo 5:9.

04. Ver Evangelio vs Doctrina de hombres (XXI), ‘Agentes de Cambio’ del 01/03/2015.

05. Fondo De Cultura Económica (Mexico), 2012; ISBN: 9786071608789.

06. Foreign Affairs, Vol. 72 Nº 3, en inglés: http://www.hks.harvard.edu/fs/pnorris/Acrobat/Huntington_Clash.pdf

07. Ibíd. 06. Los ataques terroristas se dan en todo el mundo. Nueva York, Buenos Aires, París, Copenhague dan testimonio de ello. La agitación integrista en Egipto, Argelia, Irán, Pakistán, Afganistán, Cachemira, Turquía, Libia, Chad, Níger, Nigeria, Mauritania, Etiopía, Sudán, Malí, Túnez, Somalia, Kenia, Uganda, Mozambique, Tanzania, Marruecos, Yemen, Omán, Siria, Irak, Bosnia, Bulgaria, Azerbaiyán, Uzbekistán, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Bangladesh, Indonesia, Malasia, Sri Lanka y varios otros países se ha desatado para forzar a sus gobiernos a asumir actitudes beligerantes contra Occidente.

08. Juan 3:3-8.

09. Juan 14:26,27.

10. Gálatas 3:28.

11. Efesios 2:14.

12. Romanos 3:10-18.

13. Ibíd. 5:1.

14. Filipenses 4:5b-7.

Importante: las negritas en los textos son énfasis del autor.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - ¿Dios de guerra o de paz?