Diluvio de arañas y deliciosa lluvia de café

En ocasiones las más profundas bendiciones, las más preciosas y preciadas lluvias caídas del cielo sobre nuestras vidas vendrán envueltas en un papel que no nos va a gustar demasiado.

01 DE FEBRERO DE 2015 · 08:45

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Hace algún tiempo leí algo que nunca había sabido; parece ser que en algunos lugares llueven, con más frecuencia de lo que nos podemos imaginar, cosas tan aparentemente repugnantes como peces, renacuajos y hasta arañas.

Al parecer, sobre ciertas regiones de Japón han diluviado renacuajos, En la ciudad australiana de Lajamaranu, han llovido peces y lo peor, al menos para mi…. Sobre el cerro argentino de San Bernardo, han llovido arañas.

Recordáis aquello de Juan Luis Guerra…"Ojalá qué llueva café en el campo"?. Bueno, eso es una preciosa frase poética y deliciosa en un país como la República Dominicana. El maravilloso café, símbolo de riqueza y bendición en aquel bellísimo y precioso país, es una maravilla de petición, sueño y miles de cosas… Os confieso que me encanta el café y como decía el amado siervo del Señor D. David Morse, que pasó tantos años sirviendo al Señor en el altiplano de Perú….. El café… Como sus siglas: C…aliente, A….margo, F…uerte y E…speso. ¿Quién no se pone las pilas con una maravillosa taza de café del bueno bien calentito y todo lo que os he dicho?

Una cosa es el maravilloso y encantador sueño de la canción del estupendo dominicano y otra muy distinta que un día, así…. Nos lluevan peces. Os imagináis??..... En mi maravillosa tierra gallega llueve mucho, pero una deliciosa lluvia fina (orballo) que nos moja mucho, pero suave y deliciosamente. Nos mantiene hidratados y permite que todo a nuestro alrededor sea verde, verde y más que verde…. En todas sus maravillosas tonalidades. Pero, que podríamos sentir si alguna vez nos llovieran peces??…. Mmmmmmmm…. Creo que yo comenzaría a gritar del susto. Y qué me decís de los renacuajos??..... Pues creo que todavía peor….. Fetos asquerosos de rana!!.... No quiero ni imaginármelo!!. Pero…… Qué me decís de la lluvia de arañas??, os ha sucedido alguna vez??. Creo que si a mi me pasara algo parecido comenzaría a saltar, gritar, intentar escapar de aquel horror, no sé….. Conociéndome a mi misma creo que reaccionaría como una auténtica histérica. Y es que creo que resultaría realmente muy desagradable para cualquiera que se pudiera encontrar en una situación de esa índole.

Parece ser que los científicos y los entendidos en la materia no logran averiguar el porqué de esta clase de fenómenos, pero si saben algo a ciencia cierta y es que todo esto tiene algo que ver con el viento. Cuando leí esto, me tuvo esta cabecita mía, que no para de dar vueltas pensando y pensando durante muchos, pero que muchos días… Diluvio de arañas??.... Por favor!!.... Mi pelo!!... Mi pelo enredado por más que asquerosas arañas!!

Pero el saber que el viento tiene que ver, no sé de que modo con todo esto, todavía me dio más que pensar y comencé a meditar en el viento del Espíritu Divino y en las bendiciones de mi Señor para mi vida, cuando vienen disfrazadas en forma de lluvia de peces, renacuajos o arañas.

Qué llueva café??... Reconozco que eso me atrae un montón y me imagino a mi misma con los pies descalzos, en un país tremendamente cálido, bailando sobre la hierba, dejando que lloviera café, maravilloso café sobre mi.

Cuántas veces pensamos que las lluvias tempranas y tardías, promesa de bendición del Señor sobre nuestras vidas, tienen que ser sí o sí maravillosas, cálidas y hermosas como el café!! No es cierto?? Pero en ocasiones el Espíritu de Dios sopla sobre nosotros de la manera que Él quiere y derrama, hasta que sobreabunde, peces, renacuajos y arañas y…….. Nos enfadamos y le preguntamos a nuestro Dios mil porqués. Cuando en realidad todas esas cosas y fenómenos que nos desquician por momentos, son simplemente lluvias de la bendición del Padre sobre nosotros. Bendiciones enmascaradas, bendiciones disfrazadas de dolor, de sufrimiento, de no comprender absolutamente nada. Pero bendiciones, al final de todo bendiciones de parte de nuestro Dios.

Recordáis los peces, renacuajos y arañas de Job??.....indigencia, pobreza, muerte, enfermedad, el desprecio de los más íntimos; hasta el aliento de su propia mujer le llegó a ser extraño. ……. Peces… Renacuajos….. Arañas…….

Me encanta como cuando Job ya no puede con más, no sé de donde saca las fuerzas, pero grita a voz en cuello: “YO SÉ QUE MI REDENTOR VIVE Y AL FIN ME LAVANTARÁ SOBRE EL POLVO”. Fue reconocer eso y comenzar a cambiar toda la situación.

Están lloviendo toda clase de cosas de lo más repugnante en tu vida y lo menos que puedes es identificarlas con la bendición de tu Dios??. No lo olvides nunca, en ocasiones las más profundas bendiciones, las más preciosas y preciadas lluvias caídas del cielo sobre nuestras vidas vendrán envueltas en un papel que no nos va a gustar demasiado, no lo vamos a comprender y nos vamos a hacer mil preguntas. Sólo el hijo de Dios que vive muy cerca de Su presencia, va a saber interpretar todo lo que le “llueve” de parte de su Dios y no abrir el paraguas, simplemente dejar que se derrame lo que Dios envía sobre él. Si es delicioso café, nos alegraremos cantaremos y bailaremos bajo la maravillosa lluvia, pero si son peces, renacuajos, arañas o lo que caiga, intentemos vivir tan cerca de Dios que podamos vislumbrar debajo de ese envoltorio tan duro, lo más maravilloso de parte del Señor para nuestras vidas…… Precisas lluvias de la más maravillosa bendición del cielo qué hará que sobreabunde la preciada Gracia de Dios sobre nosotros y podamos decir como Job, “DE OÍDAS TE HABÍA OÍDO, MÁS AHORA MIS OJOS TE VEN”?? Di al igual que Spurgeon: “Las promesas de Dios son inmutables. Él ha firmado, confirmado, y sellado cada una de ellas”.

 

Derrama sobre mi, mí Señor, preciosas bendiciones,

Me da igual que sean peces, renacuajos, arañas o delicioso café.

Sólo quiero mirar al cielo y dejar que mi rostro se empape,

De todo lo que sobre mi tú quieras traer.

 

Perdóname por las veces que no he entendido nada,

y me he preguntado el porqué de tu intrigante hacer,

perdóname por ser tan poco confiada

y perder las delicias de Tu amor muy dentro de mi ser.

 

Hoy vengo a ti ardiente y anhelante ante Tus plantas,

pidiendo que llueva de todo sobre mi.

No me importa el color, el envoltorio o el aroma,

Sólo quiero que desciendas sobre mi.

Beatriz Garrido.

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