El Señor Jesús viene pronto

En estas últimas semanas me he sentido impelido a escudriñar de nuevo todo lo concerniente al retorno de nuestro bendito Señor.

25 DE ENERO DE 2015 · 09:50

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Quizás para algunos pueda parecer un tanto retórico o un tópico muy nuestro, me estoy refiriendo al tema de la segunda venida del Señor Jesús o, como otros la describen con el nombre de la gran parusía.

En ciertas épocas se ha hablado mucho de este impresionante tema que, sin duda, es uno de los más esperanzadores de la fe cristiana. El Señor vuelve a por nosotros, los creyentes nacidos de nuevo y, mientras tanto (durante siete años, entiéndase la semana setenta de Daniel), se van a producir en cascada una serie de acontecimientos estremecedores y absolutamente determinantes para la humanidad que apuntarán definitivamente hacia el final de la historia humana. Considero que esta cuestión no es una mera moda escatológica que cíclicamente promueven algunos predicadores escapistas respecto de las muchas miserias humanas y de los poderes infernales que nos acechan continuamente. Tampoco ha desaprovechado la oportunidad de esta llamativa cuestión la industria cinematográfica, para adornarla de un gran sensacionalismo.

En estas últimas semanas me he sentido impelido a escudriñar de nuevo todo lo concerniente al retorno de nuestro bendito Señor. Por unos momentos, quiero traer a vuestra consideración la inminente venida del Señor Jesús a por su Iglesia. He observado en todos los escritores del Nuevo Testamento un enorme sentimiento escatológico. Todos ellos, sin excepción, pensaban que el retorno del Señor se iba a producir en su misma generación y este sentido de alerta espiritual los mantenía expectantes y guardándose en santidad, tal como les exhorta el apóstol Pedro en su segunda carta universal a los creyentes de aquel tiempo.

También Santiago, el mismo hermano de Jesús, insta a sus contemporáneos a mantener la paciencia, porque la venida del Señor le parecía muy cercana. El apóstol Pablo asimismo estaba sorbido de un gran sentimiento escatológico, claramente reflejado en su literatura epistolar. Juan, el apóstol, nos habla de la venida del Señor y nos ofrece una clave muy reveladora, diciéndonos que "esta esperanza en Él, nos purifica"; sin duda se está refiriendo a la esperanza de nuestro encuentro con el Señor. ¿Acaso el Espíritu Santo pretendía engañar a nuestros hermanos de la antigüedad con falsas expectativas? ¡Ni mucho menos! (Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso). He descubierto que quienes viven a la luz de la eternidad y sumergidos en la poderosa corriente de la Vida en el Espíritu, son poseídos por una arrebatadora sensación de que "el Esposo (Jesús) viene a por su Esposa (la Iglesia) en cualquier momento" y el profundo deseo del reencuentro con su Amado Señor, les producía esta bendita sensación escatológica.

Nosotros tenemos una mirada mucho más amplia y más completa que el mismo profeta Daniel y que el visionario Juan, en Patmos. Por la pura gracia del Señor disponemos de una panorámica del cuadro completo, a través de la revelación profética de todas las Escrituras acerca del final de los tiempos. Por lo tanto, podemos decir a ciencia cierta y viendo las señales de las hojas de la higuera que "el verano está muy cerca" y que el día del Señor está a las puertas.

Estoy escribiendo y, sobre la marcha, mi teclado se ha dislocado por momentos. Podría seguir hablando de un tema tan maravilloso como este, pero lo voy a dejar aquí por hoy. Saludos cordiales a todos y… ¡Maranata!

 

1ª Tesalonicenses 4: 15-17

2ª Pedro 3: 11-14

Santiago 5: 7-8

1ª Corintios 15: 51-52

1ª Juan 2: 28, 3: 2-3

Mateo 24: 32-33

1ª Corintios 16:22

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - El Señor Jesús viene pronto