Antonio Cruz: “La ciencia actual señala a Dios”

El doctor Cruz habla sobre ciencia, fe y Nuevo Ateismo con Will Graham.

22 DE NOVIEMBRE DE 2014 · 22:00

Antonio Cruz.,
Antonio Cruz.

 

¡Buenos días a todos!

A ver si adivinas quién es…

Es doctor en Biología.

Es doctor en Teología.

Ha descubierto numerosas especies de crustáceos isópodos.

Es autor de muchos libros.

Escribe en Protestante digital.

Es uno de los apologetas más respetados en Europa.

Y una pista más…

Nació en Jaén.

¿De quién estoy hablando? ¡Del Dr. Antonio Cruz, por supuesto! (Sólo hacía falta leer el título del artículo).

Esta semana he tenido la oportunidad de hacerle una entrevista exclusiva sobre la ciencia y la fe. Hoy, compartiré la primera parte de la entrevista en la cual Cruz habla sobre sus experiencias recientes en los Estados Unidos y Sudamérica, la supuesta omnipotencia de la ciencia y el Nuevo ateísmo.

La semana que viene –en la segunda parte- hablaremos sobre las huellas de Dios en el mundo, la importancia de la apologética y los desafíos del cristianismo actual (entre otras cosas).

¡A disfrutar! Ahora te paso con el hermano Cruz.

Will Graham (WG): Antes que nada Dr. Cruz, ¿qué tal sus experiencias recientes por los EEUU y Sudamérica?

Antonio Cruz (AC): Muy bien. En Charlotte (Carolina del Norte) pudimos participar con dos ponencias en la 21ª Conferencia Nacional de Apologética cristiana que se viene realizando anualmente. Fue un gran privilegio poder dialogar sobre estos temas con científicos de la talla del Dr. Michael J. Behe. Mientras que en Latinoamérica estuvimos primero impartiendo un seminario sobre la necesidad de la formación teológica del líder cristiano, en Paraguay, durante la celebración del 50º Aniversario del Instituto Bíblico de Asunción, con los hermanos menonitas. Y, a finales de octubre, colaboramos también en el Primer Congreso de Apologética de Colombia, que se celebró en la iglesia evangélica Casa sobre la Roca de Bogotá. Una congregación formada por unos doce mil miembros que pastorea el doctor Darío Silva.

Octubre ha sido para nosotros un mes de muchos viajes, pero siempre es un privilegio poder compartir con los hermanos y colaborar en sus respectivos ministerios. Ellos dicen que salen muy beneficiados aunque, en realidad, el beneficio es mutuo ya que en cada evento nos contagian con su entusiasmo y fervor cristiano.

WG: Me alegro mucho, hermano. Pues, tengo algunas preguntas que me gustaría hacerle y creo que serían de gran interés para el pueblo evangélico en España. Son preguntas que me han hecho una y otra vez (sobre todo los jóvenes). Aquí está la primera: ¿es verdad que la ciencia es omnipotente y que ha probado la no existencia de Dios?

AC: Desde luego que no. La ciencia es una construcción humana para descubrir cómo es el mundo físico que nos rodea y nos constituye y, aunque ha hecho posible el gran progreso que hemos alcanzado, no es ni mucho menos omnipotente. El método científico no puede aplicarse a realidades que trascienden lo físico y pertenecen al ámbito de lo espiritual. Es un grave error pensar que la ciencia puede probar que Dios no existe porque sea imposible medirlo, pesarlo u observarlo directamente mediante cualquier artilugio fabricado por el hombre. De la misma manera que los sentimientos humanos, como el amor, el odio, la envidia o el perdón sincero no pueden ser detectados por ninguna máquina al servicio de la ciencia, y eso no significa que no sean reales, tampoco la existencia de la divinidad es susceptible de verificación o refutación científica. Sin embargo, múltiples descubrimientos del mundo físico realizados en las últimas décadas sugieren la necesidad de una inteligencia previa, externa a la materialidad y temporalidad del universo, que sea la causa de tanta información y sofisticada complejidad como existe en todos los niveles del cosmos.

Desde luego, la ciencia es incapaz de decir absolutamente nada acerca de la identidad de tal inteligencia. Pero en la filosofía y, sobre todo, en la teología si pueden encontrarse argumentos lógicos a favor de la idea de que únicamente Dios puede ser esa mente sabia que está detrás de todo lo creado. En mi opinión, la ciencia actual abre de par en par las puertas a la necesidad de un Dios creador como el que se describe en la Biblia.

WG: Entonces, si le entiendo bien, usted piensa que es posible ser científico y creyente a la vez, ¿verdad?

AC: Por supuesto. La inmensa mayoría de los pioneros de la ciencia fueron creyentes convencidos de que la naturaleza era ordenada porque el Creador la había hecho así y, por tanto, podía ser investigada metódicamente por la razón humana. Muchos de ellos entendieron el universo como la otra revelación de Dios, distinta a la escritural. La idea popular contemporánea que asume que todo científico que se precie debe ser ateo o agnóstico porque el método de la ciencia así lo exige, es un mito moderno que no responde a la realidad.

Actualmente existen muchos científicos relevantes que trabajan en diferentes áreas de la investigación científica que se definen a sí mismos como creyentes. De la misma manera, durante todo el pasado siglo XX hubo grandes figuras del pensamiento humano, algunas de las cuales fueron galardonadas con el premio Nobel como Einstein, Pasteur, Penzias, Collins, etc., que aceptaron la realidad de un Dios creador. Por tanto, sí es perfectamente posible ser científico y creyente al mismo tiempo.

WG: Ya que estamos hablando sobre la ciencia y la fe ¿qué opina usted sobre el Nuevo ateísmo? (Para nuestros lectores: con Nuevo ateísmo nos referimos a los escritos de los cuatro ‘jinetes’ del pensamiento ateo contemporáneo, a saber, Richard Dawkins, el ya difunto Christopher Hitchens, Sam Harris y Daniel Dennett).

AC: Pues que prácticamente no tiene casi nada de “nuevo”. Se puede considerar nuevo porque se da en la actualidad pero no porque sus argumentos lo sean. Se trata de un movimiento que rechaza la existencia de Dios en base a unos razonamientos trasnochados que, en muchos casos, hace ya bastantes años que fueron abandonados por los filósofos ateos. Por ejemplo, concebir a Dios como una hipótesis que puede ser verificada por la ciencia para concluir que éste no existe, -como hace Richard Dawkins- constituye una equivocación filosófica tan grande que cualquier estudiante de filosofía la rechazaría inmediatamente. El Nuevo ateísmo intenta negar a Dios pero lo hace mediante argumentos débiles que no están bien fundamentados. Esto demuestra que sus valedores no conocen suficientemente los ámbitos de la filosofía y, mucho menos aún, de la teología.

Sus razonamientos carecen de la solidez de los pensadores ateos clásicos como Nietzsche, Camus, Sartre o Russell y, desde luego, no comprometen las conciencias como lo hicieron ellos. Desde esta perspectiva, los creyentes no deberían temer las propuestas del Nuevo ateísmo porque carecen de la suficiente fundamentación y hace tiempo ya que fueron refutadas. Aunque eso sí, son como cantos de sirena que pueden atrapar a ciertos jóvenes o personas inexpertas que no han profundizado lo suficiente en tales planteamientos.

WG: Muchas gracias por esas aportaciones tan útiles, hermano Cruz. Nos dan dado mucho qué pensar. Seguiremos la semana que viene, si el Señor quiere.

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