Nicanor Parra a todo 100

07 DE SEPTIEMBRE DE 2014 · 05:05

Nicanor Parra.,
Nicanor Parra.

Alguna vez, la Universidad de Concepción patrocinó la candidatura al Premio Nobel de Literatura del poeta aliqueño Nicanor Parra, que por estos días está siendo agasajado a troche y moche por la hazaña de haber llegado a los 100 años de vida con sus facultades mentales a 100.

Su comentario más parriano con ocasión de su candidatura al más alto galardón al que puede aspirar alguien aquí en la tierra fue: «La Universidad de Chile pudo haber sido la patrocinadora en lugar de la de Concepción pero por razones adivinadas aunque no expuestas “no quiso pisar el palito”», agregando que «el Premio Nobel no le hace mal a nadie».

Melsy Navarrete, escritora, licenciada en Educación y miembro fundadora de ALEC, sirvió algunos años como profesora en el colegio de San Fabián de Alico, pueblito típicamente chileno enclavado en la pre cordillera andina. Hacia allá tenía que viajar desde la ciudad de Chillán en autobuses sufridos pero invencibles que hacían tronar sus motores por caminos agrestes que subían y bajaban cuestas hasta llegar a destino.

«Hacia fines de noviembre, aunque en años lluviosos el fenómeno se retrasa un mes más o menos» rememora Melsy,1 «crecen las cerezas en los árboles que están en las calles del pueblo que es muy pintoresco, y cualquiera puede estirar su brazo y tomar de la fruta sin que nadie se moleste. Pero si algún chico se sube y pretende desmantelar el cerezo, los vecinos que viven frente al árbol, y que hacen de guardianes o custodios, corretean a los intrusos. El pueblo está flanqueado por enormes montañas, tiene pocos habitantes (no más de 1000 aprox), y para el lado que se le mire, es hermoso. En la plaza reina un silencio que solo es interrumpido por la salida de estudiantes del único liceo a la hora de la tarde, y a veces aún suele pasar alguna carreta tirada por bueyes por la calle principal. Queda a 70 km de distancia de Chillán, la capital de la provincia de Ñuble, enclavado al pie de la Cordillera de Los Andes. Posee un microclima, y aunque está en plena cordillera, tiene más días de sol que Chillán o San Carlos, distante 50 km, su localidad vecina más cercana».

Allí nació Nicanor y —aunque no hay unanimidad en el detalle— también su hermana, la eterna Violeta. Tierra tan pródiga no podía menos que dar gente tan granada —al decir de Alonso de Ercilla y Zúñiga en La Araucana— como los hermanos Parra.2

Nicanor Parra es único —y absolutamente merecedor del Nobel— en su estilo, en su forma de ver la vida, en su creación literaria, en su desparpajo para decir las cosas por su nombre, en su originalidad poética, en su grandeza cimentada en la modestia y en la riqueza de su numen; en su menosprecio de los que van tras el dinero y la fama. En sus salidas siempre ingeniosas y a contrapelo —lo que lo ha hecho blanco de críticas por parte de los «formalistas» de cuello y corbata y que en poesía defienden la rima consonante y en música el ritmo cuatro por cuatro—ha dicho, por ejemplo: «Tengo planes para después de mi muerte: resucitar»; «Creo que moriré de poesía».

De entre su cuantiosa producción, entresacamos, de Hojas de Parra y Poemas y antipoemas) dos de sus creaciones que corroboran lo que decimos de él en las líneas antepuestas:

 

El Premio Nobel de Lectura

 

El Premio Nobel de Lectura
me lo debieran dar a mí
que soy el lector ideal
y leo todo lo que pillo:

 

leo los nombres de las calles
y los letreros luminosos
y las murallas de los baños
y las nuevas listas de precios

 

y las noticias policiales
y los pronósticos del Derby
y las patentes de los autos
para un sujeto como yo
la palabra es algo sagrado

 

señores miembros del jurado
qué ganaría con mentirles
soy un lector empedernido
me leo todo - no me salto
ni los avisos económicos

 

claro que ahora leo poco
no dispongo de mucho tiempo
pero caramba que he leído

 

por eso pido que me den
el Premio Nobel de Lectura
a la brevedad imposible.

 

 

Autorretrato

 

Considerad, muchachos,
Este gabán de fraile mendicante:
Soy profesor en un liceo obscuro,
He perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
Hago cuarenta horas semanales).
¿Qué les dice mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué les sugieren estos zapatos de cura
Que envejecieron sin arte ni parte.

 

En materia de ojos, a tres metros
No reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? -¡Nada!
Me los he arruinado haciendo clases:
La mala luz, el sol,
La venenosa luna miserable.
Y todo ¡para qué!
Para ganar un pan imperdonable
Duro como la cara del burgués
Y con olor y con sabor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres
Si nos dan una muerte de animales!

 

Por el exceso de trabajo, a veces
Veo formas extrañas en el aire,
Oigo carreras locas,
Risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
Y estas mejillas blancas de cadáver,
Estos escasos pelos que me quedan.
¡Estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
Joven, lleno de bellos ideales
Soñé fundiendo el cobre
Y limando las caras del diamante:
Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.

De Poemas y antipoemas (Santiago, Nascimento,1954)

 

Colofón: Por todo lo dicho anteriormente, nos declaramos —en materia poética— parrianos más que nerudianos aunque Don Pablo sigue siendo el gran poeta de Chile.

 

......

 

1 En Chile, el invierno se da el lujo de pre comenzar a finales de febrero y emprender la retirada a principios de septiembre. El otoño, amigo inseparable del invierno, se encarga de la Obertura mientras su colega afina los violines para, en dúo con los vientos y sin que se le queden atrás las maderas y menos aun las percusiones, arranque entre junio y julio con su Concerto Grossi que no Parra de mojar a medio mundo y, en agosto, llevarse a unos cuantos. A propósito, acaba de partir un pariente lejano que vivía en Ramadilla, Provincia de Arauco. Había dejado los pelos en los alambres saliendo airoso del implacable agosto; sin embargo, cuando ya se creía al otro lado, zas que agosto estiró la mano y lo agarró de los pelos para llevárselo el 3 de septiembre.

2 Aprovechamos la ocasión para pasar este comercial: “Chile, fértil provincia, y señalada/ en la región antártica famosa,/ de remotas naciones respetada/ por fuerte, principal y poderosa,/ la gente que produce es tan granada,/ tan soberbia, gallarda y belicosa,/ que no ha sido por rey jamás regida,/ ni a extranjero dominio sometida. (Canto I en el cual D. Alonso declara el asiento y la descripción de la Provincia de Chile y Estado de Arauco, con las costumbres y modos de guerra que los naturales tienen; y asimismo trata en suma la entrada y conquista que los españoles hicieron hasta que Arauco se comenzó a rebelar.)

 

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