Bonhoeffer no participó en intento de asesinar a Hitler. Colofon

Dietrich Bonhoeffer era pacífico, pacifista y pacificador.

22 DE AGOSTO DE 2014 · 22:00

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Observaciones, preguntas y desacuerdos de lectores de Protestante Digital acerca de la reseña que hice del libro de Mark Thiessen Nation, Anthony G Siegrist y Daniel P. Umbel (Bonhoeffer the Assassin? Challenging the Myth, Recovering His Call to Peacemaking) me han llevado a escribir el presente colofón. Después de haber leído y releído la obra aludida, y sobre todo el argumento central de la misma consistente en afirmar que Dietrich Bonhoeffer no formó parte de complot alguno para matar a Hitler, he llegado a la conclusión de que los autores demuestran con abundantes datos lo que enuncian desde el título de la obra. El teólogo alemán fue crítico y activo opositor al régimen nazi, y lo que llevó a éste a encarcelarlo fue su involucramiento en acciones para sacar clandestinamente de Alemania a judíos con el fin de salvarles la vida. En el artículo pasado reproduje la aseveración de Thiessen Nation sobre que Larry Rasmussen es el autor del libro en inglés que más ha influido para presentar el tránsito de Bonhoeffer del pacifismo al tiranicidio. El libro de Rasmussen se titula Dietrich Bonhoeffer: Reality and Resistance, y la primera edición es de 1972. La reedición más reciente, del 2005, reproduce sin cambios la de 1972. Rasmussen sostiene que Bonhoeffer dejó atrás el pacifismo y entre 1940 y 1943 se involucró en complots para tratar de acabar con el nazismo mediante el asesinato de su líder. El que Rasmussen sea el más influyente en haber estimulado la proliferación de la imagen de un Bonhoeffer partícipe en intentos de tiranicidio, no significa que haya sido el primero en diseminarla. El pionero de la teoría fue Eberhard Bethge, discípulo, amigo y biógrafo de Bonhoeffer. En el libro de Thiessen Nation tienen lugar observaciones sobre que Bethge no aportó evidencias de su aseveración, sino que basó su afirmación en comentarios informales que le habría hecho Bonhoeffer y en inferencias del mismo Bethge. En un artículo posterior a la publicación de su libro, Mark Thiessen abundó en su cuestionamiento a Bethge en cuanto a fuente confiable para basarse en él sobre la participación de Bonhoeffer en atentados para terminar con la vida de Hitler. Thiessen Nation menciona que dudar de Bethge en tal punto es temerario, y pudiese ser considerado arrogante, porque para muchos la biografía de aquél es la obra toral para conocer la vida y pensamiento del teólogo alemán. Aquí proporciono el link al artículo para que los interesados sopesen las razones de Thiessen Nation al poner en tela de duda la narrativa de Bethge sobre Bonhoeffer como conspirador tiranicida (http://emu.edu/now/anabaptist-nation/2013/11/15/bonhoeffer-the-assassin-indirect-response-to-critiques/). Agradezco a Samuel Escobar por haber llamado mi atención hacia “qué dice Eberhard Bethge amigo y biógrafo de Bonhoeffer”, sobre el controversial tema. Agregó: “creo que su biografía de Bonhoeffer está en castellano”. El ejemplar de Samuel Escobar de la biografía de Bethge debió haber quedado en algún lugar de los muchos en que ha tenido residencia. No recuerda mal, porque en efecto, como anotó Leopoldo Cervantes Ortiz después de que Samuel hizo la pregunta, hay traducción a nuestra lengua del libro de Bethge: Dietrich Bonhoeffer. Teólogo-cristiano-hombre actual, Bilbao, Desclée de Brouwer, 1970. De regreso al tópico Thiessen Nation/Bethge, el primero menciona haber estudiado acuciosamente la sección de la biografía en la que el segundo implicó a Bonhoeffer con atentados a Hitler en marzo de 1943. Hubo dos intentos, uno el 13 de marzo y otro el 21. Ambos fallaron y ni Hitler ni sus custodios directos y militares del primer círculo supieron que tan cerca estuvo el dictador de ser aniquilado. En al artículo anterior proporcioné más información sobre los dos intentonas de magnicidio. Como no fueron descubiertos por las autoridades alemanas nadie resultó arrestado. Mark Thiessen llama la atención a que Bethge infiere la participación de Bonhoeffer en los atentados de marzo de 1943, pero por ningún lado proporciona el biógrafo datos de la implicación, de las conexiones de Bonhoeffer con quienes directamente participaron en los frustrados intentos de acabar con la vida de Hitler. Franz Hildebrandt, de quien Bethge escribió era “el mejor amigo [de Bonhoeffer] y el más afín a él en convicciones”, cuando en 1945 comenzó a circular el señalamiento de involucramiento/complicidad de Bonhoeffer en complots para asesinar a Hitler dijo que estaba seguro tal participación no tuvo lugar. La tesis de la no participación de Bonhoeffer en magnicidio alguno contra Hitler que defiende Thiessen Nation en su libro, no es compartida por quienes están convencidos de lo contrario, es decir, que sí existió tal involucramiento del personaje. Es el caso de Roger E. Olson, consigno el vínculo a su escrito (http://www.patheos.com/blogs/rogereolson/2013/10/was-dietrich-bonhoeffer-a-would-be-assassin-review-of-a-new-book/). También Michael P. DeJonge tiene objeciones, las que dio a conocer en la revista The Christian Century (http://www.christiancentury.org/reviews/2013-10/bonhoeffer-assassin-mark-thiessen-nationanthony-g-siegrist-and-daniel-p-umbel). A los dos ha respondido Mark Thiessen. A Olson en el blog Anabaptist Nation (http://emu.edu/now/anabaptist-nation/2013/10/19/bonhoeffer-the-assassin-response-to-roger-olsens-critical-review/), y a DeJonge en los comentarios reproducidos al final de la reseña publicada en The Christian Century, y cuyo link ya he proporcionado. Para mí Thiessen Nation está en lo cierto, al sostener que la supuesta participación de Bonhoeffer en operativo alguno de magnicidio se basa en alusiones vagas, inferencias y hasta especulaciones, pero no en datos precisos, concisos y macizos. La popular biografía de Eric Metaxas sobre Dietrich Bonhoeffer (edición en inglés del 2010, y en castellano del 2012) sigue la línea de involucrar al teólogo germano en complots para ejecutar a Hitler. Sobre tal obra en conjunto y la óptica del autor para presentar a Bonhoeffer como un evangélico puro (en el sentido que le da el evangelicalismo conservador norteamericano), reproduzco la frase inicial de la reseña que le dedicó al mismo Victoria J. Barnett, editora general de las obras completas de Bonhoeffer en inglés: “[el de Metaxas] es un malo y defectuoso libro”. Barnett, reconocida estudiosa de la obra de Bonhoeffer, señala que Metaxas muestra escaso conocimiento del contexto eclesial, teológico e histórico en el que vivió el teólogo germano, lo cual le lleva a la simplificación de cuestiones que son complejas, incurre en anacronismos y a una mala interpretación del pensamiento de Bonhoeffer. De manera fulminante Barnett afirma que el libro de Metaxas es “una larga retacería de citas directas tomadas de las obras completas de Bonhoeffer en inglés, la biografía de Bethge y las cartas de amor [a su novia]… tiene un buen número de errores”. A Metaxas no le va mejor en los comentarios que a su libro hicieron Richard Weikart (http://www.csustan.edu/history/metaxass-counterfeit-bonhoeffer) y Nancy Lukens (http://sojo.net/magazine/2011/02/agenda-driven-biography). Weikart apunta varios errores históricos, y comenta que Metaxas hace dudar de su credibilidad como investigador en temas históricos cuando afirma que Bonn se localiza en Suiza. Si alguien, agrego, busca una fuente con autoridad en la cual basarse para sostener que Bonhoeffer sí formó parte de quienes atentaron contra Hitler, más vale que no recurra a Metaxas porque él solamente reproduce lo que otros han inferido sobre el tópico. En los artículos anteriores de este serie me referí en varias ocasiones a Bonhoeffer como pacifista y/o pacificador, ¿acaso no es lo mismo? No, son semejantes pero tienen significados distintos. Me ayudó a entender la distinción entre los vocablos David Solá cuando de visita en México predicó sobre Mateo 5:9 en la iglesia donde soy copastor. “Bienaventurados los pacificadores”, se lee en la traducción Reina-Valera (“los que trabajan por la paz”, en la Biblia del Peregrino América Latina y la Nueva Versión Internacional). Resumo lo que escuché en la predicación de David Solá sobre el versículo mencionado. Una persona pacífica es alguien que tiene como conducta personal ser tranquilo, quien no provoca luchas ni discordias. Un o una pacifista va un poco más allá, es partidario/a de que los demás mantengan relaciones pacíficas entre sí, que no se agredan sino que aprendan a vivir con sus diferencias. Un pacificador es un activista de la paz, se involucra para construir vías y procedimientos que terminen con los enfrentamientos violentos, busca la paz como resultado de la justicia, se empeña en lograr la reconciliación de los enfrentados. Dietrich Bonhoeffer era pacífico, pacifista y pacificador. Él escribió en 1937 acerca de Mateo 5:8 lo siguiente: “El seguidor de Jesús está llamado a la paz. Cuando Jesús los llamó, encontraron su paz. Jesús es su paz. Con esto renuncian a la fuerza y la rebelión. Estas nunca han servido para nada en las cosas de Cristo. Su Reino es un reino de paz, y la comunidad de Cristo se saluda con el beso de la paz. Los discípulos de Cristo mantienen la paz, prefiriendo sufrir a ocasionar dolor a otro, conservan la comunidad cuando otro la rompe, renuncian a imponerse y soportan en silencio el odio y la injusticia. De este modo vencen el mal con el bien y son creadores de paz divina en medio de un mundo de odio y guerra. Pero nunca será más grande su paz que cuando se encuentren pacíficamente con el mal y estén dispuestos a sufrir. Los pacíficos llevaran la cruz con su Señor; porque en la cruz se crea la paz. Por haber sido insertados de este modo en la obra pacificadora de Cristo, por haber sido llamados a colaborar con el Hijo de Dios, serán llamados hijos de Dios” (El precio de la gracia. El seguimiento, Ediciones Sígueme, Salamanca, 2007, pp. 75-76). Bonhoeffer confrontó decididamente el mal del régimen nazi, lo hizo de forma no violenta y en concordancia con el Evangelio de paz. Pagó con su vida y nos legó un ejemplo que anima y reta hoy.

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