Fernando De Ornelas: “En Portugal marqué el gol de mi vida”

“La vida de un jugador profesional cristiano es difícil porque son muchos los desafíos a los que te tienes que enfrentar”.

24 DE ENERO DE 2014 · 23:00

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Fernando de Ornelas, junto a Radamel Falcao.

Fernando De Ornelas es pastor de la iglesia misionera Moflata MisjonsKirke de Skien, en Noruega. De hecho, y como dato curioso, es el primer pastor extranjero de la organización noruega Iglesia del Pacto, la Covenant Church presente en Estados Unidos. Pero De Ornelas es más conocido por el trabajo que desarrolló antes de entrar en el mundo pastoral. Una profesión que le llevó por medio mundo. La mayoría de los niños sueñan con llegar a ser futbolistas algún día, jugar en los mejores equipos, y a la vez tener mucha fama y dinero. Fernando cumplió ese sueño de pequeño y su bagaje no es corto: completó casi 17 temporadas en el fútbol profesional. Inglaterra o Escocia son los países más importantes donde la afición ha celebrado sus goles, pero en Noruega fue donde el delantero venezolano se asentó a nivel personal y familiar. CON FAMA PERO VACÍO “Mi vida empezó como futbolista a los nueve años”, comenta De Ornelas. A pesar de vivir en Venezuela, un país donde hace unos años predominaba el beisbol por encima del fútbol, Fernando fue poco a poco creciendo como jugador, empezó a sentir la pasión por el deporte, y finalmente debutó en la liga profesional venezolana a los 17 años. “A los cuatro o cinco años de debutar, llegó al banquillo de mi equipo un entrenador brasilero”. De Ornelas, que había comenzado con buen pie su carrera futbolística, acabó de explotar con este entrenador, y un año después se fue con él a un equipo de Hong Kong. Esa fue la primera experiencia profesional fuera de Venezuela, y Fernando tuvo que adaptarse a un nuevo estilo de vida. “Fui para allá solo y empecé a experimentar una nueva cultura, un nuevo idioma, lo que es vivir sin los padres… aunque fue una linda aventura”. Después de su etapa en Hong Kong, se le abrieron las puertas para jugar en Inglaterra, el país del fútbol. Ahí vistió los colores del Crystal Palace y, poco después, llegó la oportunidad de defender una de las camisetas más famosas del mundo: las rayas verdes y blancas del Celtic de Glasgow. Pero en Escocia, De Ornelas no solo marcó goles. Fue ahí donde conoció a Andreina, la que es hoy su esposa. Después de un tiempo de noviazgo muy corto, Fernando se casó con esa chica, pero empezaron a tener problemas porque “realmente cuando nos conocimos fue después de casarnos”. Celos, desentendimientos, no conocerse mutuamente… hasta que, después de su etapa en Glasgow, el delantero volvió a Venezuela. Es ahí donde su matrimonio sufrió cambios. “Llegamos al punto de vivir separados: ella vivía en casa de sus padres y yo en casa de mis padres”. Los problemas también se extendieron no solo entre ellos, sino entre las dos familias. EL GOL DE SU VIDA Pasado el tiempo, Fernando y Andreina decidieron darse una oportunidad mutuamente. Al delantero le llegó una oferta para volver a jugar en Inglaterra, esta vez para jugar con el Queens Park Rangers, y decidió trasladarse ahí. “Empezamos a vivir solos, sin ningún tipo contacto con nuestras familias”. Después de volver al país del fútbol, De Ornelas fichó por el Marítimo de Madeira, en Portugal. Ahí es donde la vida del matrimonio haría un cambio radical. “He marcado muchos goles durante mi carrera, pero en Portugal marcamos, tanto mi esposa como yo, los goles de nuestras vidas”. Fue en el Marítimo donde Fernando y Andreina conocieron a Dios y entregaron sus vidas a Él. “Él ahora es la roca en nuestras vidas, el fundamento de nuestra familia”. De Ornelas admite que sus vidas cambiaron radicalmente. Al principio, fue un tiempo difícil porque estaban “recién nacidos” y las cosas no fueron para bien, sino que comenzaron a empeorar, “pero como dice la Palabra, todas las cosas nos ayudan a bien a todos aquellos que creen en el Señor”. Poco a poco, el matrimonio comenzó a caminar en fe y Dios les fue mostrando el camino, “nos fue direccionando a través del Espíritu Santo”. “La vida de un jugador profesional cristiano es difícil porque son muchos los desafíos a los que te tienes que enfrentar”. La vida del deportista profesional está ligada a vicios, fama, dinero, cosas que no concuerdan con la Palabra de Dios y que van en contra de los valores cristianos. “El fútbol te puede ofrecer muchas cosas como alcohol o cigarros. Yo pasé por todo eso pero nunca me llenó el vació que tenía. Ese vacío lo llenó Dios con paz, alegría, amor y gozo”. LA MISIÓN EN NORUEGA Después del paso por el Marítimo de Madeira, Fernando se trasladó a China, Alemania y Chipre, hasta que acabó llegando a Noruega. Fue en ese país donde De Ornelas tuvo “mi mejor periodo como futbolista”. En Chipre, el delantero era una pieza fundamental de su equipo, pero cuando llegó al país escandinavo, ese papel de estrella cambió por completo. “Me tomó seis meses poder empezar a jugar en el equipo frecuentemente”. Pero en esos momentos difíciles a nivel deportivo, tanto Fernando como su esposa aprovecharon para proclamar la Palabra de Dios. “Él nos había traído de tan lejos con un propósito, el de predicar por medio del fútbol”. “El púlpito era la cancha”, y es ahí donde De Ornelas hablaba sobre Dios. Pasado el periodo de adaptación, Fernando empezó a jugar. “Como delantero, nosotros vivimos de los goles, y en ese tiempo empecé a marcar”. El jugador venezolano acabó como máximo goleador en la primera y en la segunda temporada del equipo. Gracias a la fama del fútbol, a De Ornelas se le abrieron las puertas a nivel ministerial con los jóvenes para contar su testimonio, para predicar. “Era un jugador disciplinado, rápido, luchador, soñador”. El delantero venezolano siempre da las gracias a Dios porque uno de sus grandes sueños se cumplió: jugar la Copa América con su selección. Fernando tampoco esconde sus prioridades sobre en quién se fijó como jugador. “Siempre tuve a Ronaldo como referente”. “Gracias a Dios se hizo la gran obra, tanto en lo profesional como en lo ministerial, aquí en la ciudad”. Fernando está agradecido porque cuando se le nombra, lo primero que lo comunica la gente es con Jesucristo porque “siempre he puesto al Señor como fundamento de mi vida privada y también profesional”. Pero después de cuatro años intensos en Noruega, la familia De Ornelas volvió a Venezuela pensandoque los planes de Dios estaban ahí. No fue así, y en 2009 regresaron de nuevo al país escandinavo, esta vez sin el fútbol profesional de por medio. EL SALTO AL PÚLPITO DE LA IGLESIA En esta segunda etapa, Fernando inició una nueva vida. Empezó a trabajar como asistente en una guardería de niños durante tres años, aunque al mismo tiempo se puso a entrenar a un equipo de la Cuarta División noruega. “Con el equipo quedamos campeones y subimos a Tercera”. De Ornelas aprovechó para sacarse la carrera de entrenador de la UEFA. Pero un día, el Señor abrió las puertas para ir a trabajar en una iglesia. Fernando tiró su curriculum y “para la gloria de Dios ahora soy el primer pastor extranjero de nuestra organización, la Iglesia del Pacto”. De Ornelas trabaja de martes a domingo en su iglesia. Él ve a Dios como su compañero, su amigo, su papá. “Como dice la Palabra, Él vive dentro de mí: nosotros somos templos del Espíritu Santo”. Fernando siente que el Señor está cada día con él, y cada día aprende cosas nuevas. El delantero, al ser preguntado por la persona más influyente hasta el momento en su vida cristiana, no quiere destacar solo a una, sino a muchas. “Joel Calderón es mi pastor y padre espiritual, y ahora está en Alemania”. De Ornelas comenta que Calderón ha influido mucho en el crecimiento espiritual de las vidas tanto de su esposa como de la suya. También destaca al jugador que le presentó el evangelio en el Marítimo de Madeira, Paulo Sergio. “Él fue quien Dios usó como instrumento para presentarme el evangelio”. La familia De Ornelas está asentada y muy contenta en Noruega. “Aquí, por parte de esa paz que Dios transmite, fue donde nos dimos cuenta que es donde Él nos quiere”. Fernando ha fundado El Gol de tu Vida, que se basa en “mostrar a cada joven que tiene la oportunidad de marcar el gol de su vida ya sea bien jugando al fútbol, al baloncesto, o cualquier deporte”. De Ornelas desea que cada persona tenga la opción de tomar la decisión de su vida. El delantero quiere presentar a Jesucristo como la esperanza a los problemas, “porque Él viene y dice que si nosotros confesamos con nuestros labios y creemos con nuestros corazones que Jesús es el Señor, somos salvos”. Fernando y otros jugadores de fútbol que han marcado el gol de su vida, como son las estrellas mundiales Edison Cavani, Kaká o Radamel Falcao, pueden testificar a los jóvenes. Ellos pueden explicar qué ha marcado esa decisión de marcar el gol de su vida, de entregarse a Jesucristo, y no verlo como una religión sino tenerlo a Él como una persona para poder hablar y conversar, para tener una relación personal. De Ornelas predicó desde el césped, ahora lo hace desde el púlpito. Pero vaya donde vaya, y haga lo que haga, él hablará sobre Dios. Porque él ha marcado el gol de su vida.

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