La llave de la azotea
21 DE DICIEMBRE DE 2013 · 23:00
Ser presidenta de escalera tiene, entre otros, el inconveniente de que cualquier vecino puede llamar a tu puerta en cualquier momento.
Pero este vecino se ha pasado picando al timbre un sábado a las 8 de la mañana para pedirme la llave de la azotea. Era para darle con la puerta en las narices.
Tendré que hacer copias de esta llave y entregarlas a todos los vecinos para evitar estas situaciones.
No le he reprochado nada porque el pobre está pasando por serios problemas con lo del desahucio.
Pero ¿para qué necesitará ir a estas horas la azotea?
Vaya pinta llevaba. Hace cinco años se quedó sin trabajo y ha ido descuidando su aspecto, hasta parece que el pelo se lo corta él mismo. Sus hijos se desentienden de él y la mujer no aparece por aquí desde hace días.
Pero… ¿la llave de la azotea? ¡Dios mío! Voy corriendo….
—¡¡Alto, vecino!!
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