Celebración de la Navidad

Una primera antología navideña.

14 DE DICIEMBRE DE 2013 · 23:00

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Ichtus, de Miguel Elías.

Cierto que la Navidad del primer Jesús constituye un hito histórico: desde entonces el mundo trocó hasta el viejo calendario. Y cierto también es que tal acontecimiento -de la Carnalidad del Verbo- relumbra en el corazón de todos los creyentes. Aquí, sin mayores preámbulos, les presento algunos textos que dejan un testimonio de alabanza y respeto al Niño-Dios. Cada poema tiene su singular impronta; será el lector quien sepa acogerlo en su corazón. RESPLANDOR DEL SER Para la adoración no traje oro. (Aquí muestro mis manos despojadas) Para la adoración no traje mirra. (¿Quién cargaría tanta ciencia amarga?) Para la adoración traje un grano de incienso: mi corazón ardiendo en alabanzas. Rosario Castellanos (México, 1925 – Israel, 1974) *** EL NIÑO Del prado azul verdadero por el Amor descarriado ved sin mácula al Cordero, que para nos ha tomado forma de niño dormido sobre el heno recostado. En sueños ha sonreído aunque en sueños ha soñado cómo será escarnecido su cuerpito hoy sonrosado. Ved cómo se despereza su gracia llena de hoyuelos, y por Él desde los cielos la Natividad empieza. Eduardo González Lanuza (España, 1900 – Argentina, 1984) *** EL NIÑO VA A NACER El Niño va a nacer. El mundo entero cuando lo espera con afán prolijo se conmueve, y tan hondo regocijo domeña el potro de su instinto fiero. Y pide que, cual vivido lucero -en la urbe, en el barrio, en el cortijo, en el hogar de todos- nazca el Hijo de la humilde Mujer del carpintero. El nacerá, al universal conjuro, -no en Belén en el establo oscuro sino en el propio corazón humano, ostentando otra vez con gracia ingente, una estrella de amor sobre la frente y un haz de resplandores en la mano. Arquímides Jiménez (Costa Rica) *** NAVIDAD EN BELÉN A medianoche furiosa lluvia oscurece el valle, las colinas. Un niño sin baúles ni abalorios en cuna de palmas y martirios. Afuera la soledad, el viento... los pastores custodian las estrellas. Amor al desamor como la espuma o la sombra de una sonrisa puerto. Dios con nosotros. ¡Qué difícil desarraigar nostalgias en tiempos de olivos y cipreses! Matías Rafide (Chile, 1929) *** PESEBRE El niño en la paja es carne de cielo; le mece la Madre con hondo desvelo. Su piel nos anuncia por rara blancura un alba de ensueños a cada amargura. (¿Qué mágico viento besó los trigales y aromas esparce sobre sus pañales?) La brisa que pasa le borda la cuna con hilos de niebla y agujas de luna. Florece un capullo y un pájaro canta como si tuviera de flor la garganta. (Porque aquella noche ese niño era la primera estrella que la sombra diera). En niño en la paja es carne de cielo; le mece la Madre con dulce desvelo. Su voz, flor de llanto, se deshoja en una canción de silencios brizando la cuna. Ilka Sanches (Brasil) *** VILLANCICO Entre el día y la noche, la de la alba sería ¿quién nos salvará? En el cielo y la tierra, veinticuatro del día ¿quién nos salvará? En el mar, en el monte sólo la noche fría ¿quién nos salvará? Entre el sol y la luna una estrella venía quién nos salvará? Espuma sobre nácar, vientre de la azucena, ya resplandecía. Tú nos salvarás, criatura soberana. Ernesto Mejía Sánchez (Nicaragua, 1923 – México, 1985)

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