Señales y desgracias del fin del mundo (y 2)

Cuarto y último análisis del capítulo 24 del Evangelio según San Mateo. Solo en y por medio del Señor Jesucristo se cumplirán las profecías del fin. Él prometió estar con nosotros hasta el fin del mundo (1).

05 DE OCTUBRE DE 2013 · 22:00

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Por razones de espacio en nuestra anterior solo comentamos cinco de los nueve párrafos en que dividimos la tercera sección del capítulo que comentamos. Trataremos en esta nota los cuatro restantes para dar fin a la serie. Parafraseando las instrucciones que el Señor glorificado le diera a Juan en la visión apocalíptica, podemos decir que las señales profetizadas por Jesucristo se están cumpliendo en las cosas “que has visto” y enlas que son”. Resta aún por verificar el cumplimiento de las señales en un número de cosas “que han de ser después de estas”(2). Ya afirmamos que cualesquiera sean las intenciones y consecuencias de las acciones humanas – provengan de quien fuere, en ignorancia o conocimiento de las Escrituras, favoreciendo o perjudicando a los seguidores de Cristo, a la población en general o al medio ambiente - nunca podrán retrasar, adelantar o detener el kairos(3) del Dios Soberano en el que creemos. Este concepto es clave al analizar los acontecimientos mundiales ocurridos en casi dos mil años de historia desde las dos diásporas de judíos provocadas por los romanos (4) hasta nuestros días. Por su importancia, la creación del estado de Israel, y las consecuencias de las decisiones de sus gobernantes en las relaciones internacionales de las últimas décadas ameritan un análisis aparte, pues son hechos controversiales que generan sentimientos encontrados; además, porque no es el objetivo de esta serie profundizarlos (5). Se lee o escucha por estos días de algunos que no aceptan que las desgracias mundiales sean sólo señales. Las citan como hechos del final profetizado, pero dejan de lado la realidad invisible. Prefieren ser testigos de los fenómenos y no del Señor que los permite y controla. Saber por el capricho de saber condiciona la posibilidad de creer y significa perder la oportunidad de tener fe para entrar en contacto con lo sobrenatural. Viene bien recordar lo que el propio Señor les advierte a los religiosos y políticos de su época: “Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis! La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue”.(6) Es necesario analizar esto de la única señal concedida por Jesús a aquella ‘generación mala y adúltera’.En tiempos del imperio asirio el profeta Jonás fue enviado por Dios a anunciar Su juicio sobre Nínive, la inmensa ciudad asentada junto al Tigris. Renuente al principio, al punto de huir para no cumplir con la misión, Jonás se convertiría en paradigma del plan de salvación que Dios ejecutaría en la persona de su Hijo, Jesucristo. Devuelto a la playa por el gran pez que lo había tragado, el profeta obedece y va a anunciar el mensaje de Dios a los ninivitas. Lo sorprendente es que, mientras decenas de miles de paganos se arrepentían de sus numerosos pecados en la ciudad, Jonás se instalara en lo alto para ver el final que él imaginaba. Se enojó porque esperaba ver en acción al castigo de Dios, no a Su perdón (7). Si leímos detenidamente el libro y las citas que el NT hace sobre el profeta, deberíamos preguntarnos si los creyentes en Cristo no actuamos a veces como Jonás. No puede ponerse en duda que, como miembros de Su iglesia (congregación, asamblea, gente apartada del sistema mundano), hemos sido escogidos para ser guardadores y mensajeros de la gracia redentora; y que esta tiene un tiempo limitado pasado el cual vendrá el juicio final de Dios. De ahí a que, desde el púlpito u ordenador, lleguemos a dar la falsa idea de que conocemos los tiempos de Dios y los asociemos con algunos hechos notorios hay un muy largo trecho; tan largo como el que va de la verdad al engaño. Nadie tiene adquirido el derecho a esperar que Dios ejecute sus juicios en una fecha dada, y así confirmar sus arbitrarios vaticinios. Algunos llegan a pregonarlos aduciendo que han tenido un sueño o una revelación especial. Eso no es propio del Evangelio de la gracia enseñado por Jesucristo y sus apóstoles (8). Ocurre que si se nos diera a conocer por anticipado y con fechas ‘las cosas que han de ser después de estas’ nuestros sentidos atrofiados por el pecado no podrían resistirlo(9). Porque vivimos en un sistema perverso y alienante; debemos prepararnos hoy y cada día para el día final. Este es el motivo por el cual el Señor dio estas (y no otras) señales a sus discípulos, y a nosotros. Notemos que no se las dio a los judíos porque ellos lo rechazaron como Mesías. El velo que Dios puso sobre los ojos de los israelitas, aún les impide ver la verdad (10). Aparte de su inmenso valor profético respecto de la obra de Cristo en la cruz y su resurrección, la historia del profeta Jonás nos revela que no podemos conocer todos los caminos de Dios; que nuestros pensamientosquedan humillados frente a Sus pensamientos, pues su Plan es el único que armoniza justicia con misericordia. Esto llevó al apóstol Pablo a exclamar: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”(11) VI. “MUCHOS FALSOS PROFETAS SE LEVANTARÁN, Y ENGAÑARÁN A MUCHOS”(12) Este anuncio complementa el efectuado por el Señor en los versículos 3 y 4. Jesús estuvo estrechamente vinculado a una gran cantidad de profecías del AT desde antes de nacer. Pongámonos en el contexto histórico de su tiempo. Después de haber padecido el extenso exilio en Babilonia y de llegar diezmados a Judea para padecer el yugo romano, en el pueblo había unos pocos judíos piadosos que diferenciaban entre adivinación, predicción y profecía. Cuando los magos de oriente sorprenden a Herodes con su visita en Jerusalén, el rey consulta de inmediato a los principales sacerdotes del templo y a los escribas del pueblo acerca de dónde habría de nacer el Cristo: Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.” (13) Las señales, obra y enseñanzas de Jesús cumplen al pie de la letra todas las profecías del AT, tanto en lo general como en los detalles. El NT da testimonio de ello y de las que aún restan por cumplirse. Este es un tema sobre el que se ha escrito abundantemente como para citar solo alguna referencia. Haríamos bien en refrescarlo de tiempo en tiempo yendo directamente a las citas bíblicas con ayuda de la Concordancia electrónica. En la introducción citamos la relación entre la profecía de Jonás y Jesús. Ahora es Jesús quien pregunta a sus discípulos por la opinión que la gente tenía de él: Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.(14) Un rasgo característico es que no hubo profeta acepto en su tierra; lejos de arrepentirse y cambiar de actitud ante el mensaje profético, los israelitas, salvo excepciones, persiguieron y mataron a los enviados de Dios. ¿La razón?: no se reconocían pecadores, ni aceptaban que nadie se lo enrostrase; creían que por ser su pueblo Dios estaba obligado a perdonarles sus reiteradas infidelidades y a proveerles una salida a los problemas que provocaban. Esa contumacia, rasgo típico del ser humano que vive auto engañado, la exhibe Israel a lo largo de su historia. La Ley que Dios le envía por medio de Moisés obró como un espejo que reflejaba, sin dobleces, toda su maldad. Por eso, Dios habrá de juzgar según sus obras a todos los contumaces que rechazan a Jesús, sean o no judíos (15). Jesús amplía lo que ya había dicho al advertirles a sus discípulos sobre estar preparados para cuando vinieran los engañadores. Un engañador es aquella persona que pone en duda lo que aceptamos como verdadero y aspira a que lo cambiemos por sus mentiras. Los apóstoles de Jesucristo advirtieron reiteradamente sobre este flagelo(16). Israel sabía bien que los profetas eran llamados y enviados por Dios para hablar en Su nombre. Jesús aquí indica que los falsos profetas aparecerían cuando nadie los esperase. No dice ‘Dios levantará’ sino ‘se levantarán’. Esta es la gran diferencia: Dios levanta a sus profetas; los falsos profetas se levantan por su propia cuenta. Los engañadores pueden operar tanto externa como internamente en una comunidad. Trabajan desde el exterior como si fueran aspiradoras. Exhiben lo último de moda para que los de adentro se vean anticuados, sientan la necesidad de ‘aggiornarse’ y salgan a probar si es mejor que lo que tienen. Desde el interior lo hacen como inyectores a presión; fuerzan las Escrituras, las interpretan a conveniencia y las instilan como doctrinas. Dividen a la comunidad en facciones porque trabajan duro y con gran habilidad proponiendo ideas exitosas. Entonces, con actitud muy democrática, operan hasta conseguir los votos que los promuevan a los puestos de liderazgo. Allí ya están a un paso de que sus seguidores los unjan como ‘apóstoles’ y ‘profetas’. La lista con nombres y enseñanzas de esos falsos profetas desde el siglo I hasta nuestros días es demasiado larga para incluirla en esta nota. El lector puede entrar en internet y si tiene interés en saber quién es el que habla la Palabra de Dios y quien el que la tergiversa deberá tener mucho cuidado en el análisis. El arma principal del falso profeta es la sutileza. Por tal motivo, es necesario afirmarse primero en la fe, escudriñar siempre las Escrituras para conocer bien el propósito del Señor revelado a nosotros por el Espíritu. Solo así estaremos en condiciones de detectar a los lobos disfrazados de ovejas (17). Mientras esto ocurre en las iglesias, en el mundo la plaga de agoreros, adivinos, hechiceros y brujos hacen su agosto gracias a los desesperados que vagan sin luz. El espíritu de engaño ya ha permeado toda la sociedad y los medios de comunicación. El Señor advirtió que esto ocurriría para que nos sirviera como señal. VII. “POR HABERSE MULTIPLICADO LA MALDAD, EL AMOR DE MUCHOS SE ENFRIARÁ.”(18) El mundo secular al que vino Jesús no era distinto al nuestro. Las circunstancias históricas eran muy diferentes a la actual globalización, pero la condición del individuo y los males estructurales de la sociedad no han cambiado mucho. El sector alto de la sociedad vivía de manera egoísta, mezquinamente. Los funcionarios, religiosos y ricos no permitían que nadie les hiciese ver que vivían engañados y engañando. Eran seres auto complacientes y auto suficientes; presumían de tener todo resuelto, dando órdenes y recibiendo loas. ¿No ocurre hoy lo mismo? Me preguntaba cuál factor elegiría como desencadenante de la multiplicación de la maldad que anticipaba Jesús, y que padecemos. Llegué a la conclusión que el amor al dinero ha sido el principal detonante. El apóstol Pablo le escribe a Timoteo una verdad imposible de refutar (negritas mías): “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”(19) Basta con pasear nuestra vista por los cuadros comparativos que determinan las condiciones de vida de los países del planeta, para comprobar la vergonzante disparidad que hay entre ricos y pobres. Esta realidad, graficada con un abismo que se agranda año tras año, está causada por el dinero convertido en un poderoso dios. Mientras la riqueza del mundo se concentra en pocas manos, la pobreza aumenta y afecta a más gente (20). El Evangelio afirma que amar a alguien o a algo más que a Dios es caer en adulterio espiritual, propio del pecador cuyo corazón no está rendido a los pies del Señor Jesucristo(21). Es un sentimiento que acarrea pérdida de equilibrio e integridad, injusticias, desilusiones, sufrimientos, desconsuelo, esterilidad, enfermedades, temores y muerte. Jesús nos habla del amor verdadero a los que creemos que Dios es amor (22).

Me gusta la frase ‘creer es sólo amar, y nada puede y debe ser creído sino el amor’ del suizo Hans Urs von Balthasar (23). El Señor dice que se enfriará el verdadero amor, el amor que proviene del Padre por su criatura y creación, que es derramado en sus hijos e hijas para que se extienda y cubra la tierra (24). De tal amor nadie ni nada podrá separarnos jamás, si confiamos en Él en todo tiempo (25).

Entonces: ¿Por qué, en muchos, habrá de enfriarse este maravilloso amor? Por causa de la maldad.

No puedo negar que siento dolor cuando personas allegadas me rechazan una y otra vez alguna acción o simple frase nacida del amor en el Señor. Mi voluntad es probada pues ningún rechazo debe enfriar mi amor. Con amor y paciencia el Señor me hace volver en razón; me confirma que ni yo ni mis sentimientos podemos cambiar al otro. El Señor me reconforta diciéndome que lo que no puedo hacer Él sí puede. Que lo que Él comienza por mí lo terminará, aunque yo no lo vea. Él tiene muchos siervos fieles en todas partes. Nuestro amor no se enfriará si permanecemos en Su amor y lo expresamos de muchas maneras los unos a los otros (26). VIII. “MAS EL QUE PERSEVERE HASTA EL FIN, ÉSTE SERÁ SALVO.”(27) La perseverancia es una virtud si está aplicada para el logro de fines nobles. Juan Pablo II, quizás en sintonía con John Bunyan, dio este ejemplo: "La vida cristiana (…) exige tener la mirada fija en la meta, en las realidades últimas y, al mismo tiempo, comprometerse en las realidades 'penúltimas' (…) para que la vida cristiana sea como una gran peregrinación hacia la casa del Padre". (28) La figura del peregrino es la de alguien que persevera en su camino; que no hace planes para esta tierra; su meta es demasiado importante para distraerse con las tentaciones que le ofrecen a la vera del camino. Prefiere estar atento a las señales que le ayuden a no extraviarse. Estas son las ‘realidades penúltimas’, señales que sirven para confirmar que la meta está cada vez más cerca. Pero, para los incrédulos, todo esto está oculto pues viven sofocados en los negocios y placeres de este mundo. Hay quienes enseñan doctrinas contrarias a la perseverancia de los santos; dicen que la salvación es condicional; que en cualquier momento el creyente puede dejar de tener fe y perder su salvación. A ellos les responden las Escrituras que afirman que la salvación pertenece al Señor, que nosotros somos salvos por pura gracia, no por nuestras buenas obras, sino por medio de la fe que nos provee Dios con Su palabra. Otro gran tema, si los hay. Desde el momento que nacimos de nuevo por la obra del Espíritu Santo vamos creciendo en una nueva vida: Cristo en nosotros. Aprendemos cada día algo nuevo respecto de nuestra salvación eterna cuando oramos, estudiamos la Palabra y servimos en espíritu de adoración a Dios. Persevera sólo aquél que aprecia el regalo recibido, que valora el coste pagado por Dios en su Hijo Jesucristo, y que lleva el mensaje a otros para que le reciban por fe, sean bautizados y discipulados a fin de que ellos se sumen a la misión evangelizadora del mundo. Quien vive en misión sabe que Jesucristo prometió estar junto a él. Perseveramos porque ya somos salvos, estamos siendo salvados y seremos salvos por la eternidad. De otro modo: ¿En qué debería perseverar el que no es salvo? IX. “Y SERÁ PREDICADO ESTE EVANGELIO DEL REINO EN TODO EL MUNDO, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (29) "Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra angustia de las gentes, perplejas a causa del bramido del mar y de las olas; desmayándose los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque los poderes de los cielos serán conmovidos. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca." (30) La profecía de nuestro Señor asocia el anuncio de la Buena Nueva en todo el mundo como la única condición necesaria para que llegue el fin del mundo. Después de las desgracias penúltimas Dios eligió esta señal llena de gracia para alegrar el corazón de los que esperamos al Señor y nos preparamos para la Parusía. El Evangelio sigue avanzando y salvando a los pecadores en la mayoría de los países. Esta obra es llevada a cabo por los llamados a distribuir biblias y porciones impresas en distintos idiomas y a convivir con miembros de otras culturas para presentar a Cristo. Los medios masivos de comunicación como internet facilitan la penetración del mensaje de manera rápida. Aunque haya sitios aun por evangelizar el proceso está en su tramo final. Como el rayo cruza el cielo antes del trueno, así será el paso de la evangelización al fin de los tiempos. Entonces, los que no oyeron a los mensajeros de la paz, oirán a los mensajeros de la guerra. El pueblo de Dios en la tierra no debe temer a los tiempos de turbulencia y maldad pues es mensajero de la buena nueva de salvación. Lo que espera a los que rechazan esa buena noticia es mucho peor que las desgracias que se abaten hoy sobre la tierra; por eso es que Jesús las calificó como principio de dolores. Debemos aceptar todo lo que el Señor nos envíe; no obstante, si ello implica sufrir nunca está demás orar para no caer en el desánimo que paraliza y anula. Hay un consuelo: por amor a los elegidos esos días serán acortados (31). El corazón que confía en Dios no pasa por temores, se mantiene en paz; porque el Señor le infunde aliento: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.”(32) Pablo también nos anima a confiar en paz:“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (33). Amén. En la próxima D.M. abordaremos el tema ‘Prosperidad y Evangelio’; hasta entonces con la paz del Señor. ----------------------------------------------------------------------------------------------------- NOTAS 1. Mateo 28:20 2. Apocalipsis 1:19 3. Vocablo griego que significa ‘tiempo indeterminado durante el cual algo importante sucede’; en la teología cristiana se usa para referir el ‘tiempo en que Dios lleva a cabo cualquiera de Sus obras’ 4. El primer exilio había sido bajo el imperio babilónico; el segundo exilio se produjo en el año 70d. C. cuando Tito, antes de ser declarado emperador romano, quemó Jerusalén y destruyó el segundo templo, con la muerte de más de un millón de judíos. El tercero fue la expulsión de un mayor número de judíos tras aplastar los romanos la rebelión de Bar Kojbaen el año 135d. C. Desde entonces, en casi dos mil años, los judíos se dispersaron por todo el imperio romano y posteriormente se fueron radicando en casi todos los países del mundo. Algunos historiadores debaten el origen de los actuales pobladores judíos de Israel que incluye a askenazis (alemanes), sefaradíes (ibéricos), mizrajíes (norte africanos) y a otras comunidades. Los autores cubren todos los espectros posibles y, como es obvio, no siempre coincidiendo entre ellos: Rachel M. Solomin, Yom Tov Assís, Arthur Koestler, Kevin Alan Brook, particularmente estos dos últimos con su teoría sobre los jázaros. Puede interesar al lector en inglés: ‘Who is a Jew? Questions of Ethnicity, Religion, and Identity’ by Michael L. Brown, Ph.D. En Romanos 9:1-8 Pablo nos brinda una respuesta para dar a los que preguntan honestamente quiénes son los verdaderos israelitas 5. Agradezco los comentarios que llegan en facebook, los que voy respondiendo dentro de mis posibilidades. Por ellos percibo posiciones tomadas muy fuertes que necesitan exponerse para que se haga la luz. Lejos de ser un experto en lo que escribo, considero que todos tenemos acceso a uno o más aspectos de la verdad. Espero que el día que iniciemos ese tema, generemos un diálogo genuino con opiniones que surjan con sinceridad y respeto; como para edificarnos unos a otros; que es el objetivo de ’agentes de cambio’ 6. Mateo 16:3; Lucas 12:56 compárese con 2ª Timoteo 3:1-5 7. Recomiendo la lectura del corto libro del profeta Jonás y comparar con Mateo 12:39-41; 16:17; Lucas 11:29-32 8. Mateo 24:36, 44, 50; 25:13; Marcos 13:32; Lucas 12:40, 46; 21:34; comparar con Juan 12:48; Romanos 2:5, 16; 13:12; 9. Eclesiastés 3:11 10. 2ª Corintios 3:14-16 11. Romanos 11:33 12. Mateo 24:11 13. Ibíd. 2:5,6, en referencia a Miqueas 5:2 14. Mateo 16:14 15. Romanos 1:18-32; 2:1-29; 3:1-31; 16. 1ª Timoteo 4:1; 2ª Timoteo 3:13; Tito 1:10; 2ª Juan 1:7; comparar con Salmos 5:6; 55:23; Isaías 9:16; Jeremías 9:6 17. Mateo 7:15; 10:16; Lucas 10:3; Hechos 20:29, compárese con Ezequiel 22:26-28 y Sofonías 3:1-4 18. Mateo 24:12 19. 1ª Timoteo 6:10; comparar con Mateo 6:24; 13:22; Marcos 4:19; 10:23-24; Lucas 8:14; 16:13; 18:24;1ª Timoteo 6: 17-19 20. Encuentro interesante leer o escuchar algunas opiniones fundamentadas del analista internacional católico romano Alberto Villasana; por ejemplo en ‘Escatología’, menciona allí (ex cursus) el tema ‘Gobierno Mundial’ en una apretada síntesis. Puede servir de bosquejo pensando en el estudio más extenso que el lector desee hacer a fin de conocer el papel que juegan los judíos (banqueros y financistas en particular) en los últimos tiempos previos a la venida del Señor Jesucristo 21. Jeremías 17: 9-10, compárese con Salmos 51:10; 1ª Timoteo 1:5; 2ª Timoteo 2:22 22. 1ª Juan 4:8,16 23. Importante teólogo católico romano (1905-1988), tanto él como Karl Rhaner influyeron en el Concilio Vaticano II; una frase suya da una idea de su pensamiento: “El poder económico, cultural, comunicativo y político para evangelizar, supone traicionar a la misión de la Iglesia. Las comunidades que anhelan ocupar posiciones de poder para ayudar así a la Iglesia, en realidad la adulteran, ocultan el rostro salvador del crucificado y la alegría que nace de la sencillez de quien acoge al Espíritu.” 24. 1ª Corintios 13:4, 8, 13; Romanos 5:5b; 12:10; 1ª Corintios 16:14; 1ª Pedro 1:22; Filipenses 1:9; 2ª Corintios 13:11; Gálatas 5:13, 22; Efesios 3:17-19 25. Romanos 8:38,39 26. Filipenses 1:6, comparar con Judas 1:20-21 27. Mateo 24:13 28. Karol Józef Wojtyła (1920 – 2005), en ‘Catequesis sobre escatología’ (11-8-99); J. Bunyan es el autor de ‘El regreso del peregrino’ 29. Mateo 24:14 30. Lucas 21:25-27 31. Mateo 24:22 32. Apocalipsis 22:12 33. 2ª Timoteo 4:8

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