A la guerra ¿de nuevo?

Como cristiano sufro ante tanta muerte. Pero también porque nuestro presidente, que prometió una política internacional diferente, sigue con la misma modalidad del presidente anterior.

07 DE SEPTIEMBRE DE 2013 · 22:00

,
Hemos seguido las noticias de la guerra civil en Siria con mucho dolor. Las noticias de más de 100,000 muertos y millones desplazados nos ha confrontado con la disposición humana de matar a otros por el poder. Nos confronta la opción entre una dictadura brutal y fuerzas islámicas que amenazan a las minorías particularmente a los cristianos sirios. El mundo se ha visto paralizado ante este desastre. La situación cambió con el uso de armas químicas. El presidente Obama declaró que su uso sería una “línea roja” que demandaría respuesta bélico. Sin embargo, son pocos los países que quieren entrar en el asunto y el presidente Obama ahora se ve en una situación donde posiblemente no cuente ni con el apoyo del congreso de EEUU. Las dudas surgen a varios niveles. Muchos dudan de EEUU siendo que este mismo país aseguró que Irak tenía armas nucleares como justificación de esa guerra. Los estadounidenses están cansados de tanta inversión en guerras y quieren ver a EEUU invertir en las necesidades nacionales. Y son muchos los que dudan de que el presidente tenga un plan para lidiar con las posibles consecuencias de una acción limitada. Como cristiano sufro ante tanta muerte. Pero también sufro porque nuestro presidente, que prometió una política internacional diferente, ahora sigue con la misma modalidad del presidente anterior. Parece que nuestro país está atado a una política donde la respuesta militar siempre parece ser la única solución posible para la política exterior estadounidense. Y ya podemos anticipar el resultado de cualquier “acción limitada”. Las guerras en Irak y Afganistán nos han dejado con una deuda nacional impagable. Sin embargo, seguimos determinados a vernos como la fuerza policíaca del mundo.Así que podemos anticipar que el presidente Obama se “vea obligado” a tomar acción para defender “su palabra”. Estados Unidos sigue siendo el país que produce más armas que todo el resto el mundo en conjunto. Pero la industria de las armas tiene tanto impacto sobre la economía nacional que nadie se atreve a decir “basta”. Así que, seguimos tratando de lidiar con los problemas del mundo con las armas y seguimos fracasando en el intento. Lloro por mi país porque se que estamos atados a la guerra y a las armas. Oro por los que sufren en Siria y en tanto otro lugar. Pero también oro por nuestros líderes para que pongan sus esfuerzos en soluciones no bélicas. Que el Señor nos de un corazón atento al sufrimiento de otros en todo el mundo, no sólo Siria, y a un compromiso de ser agentes de paz y reconciliación. Nuestro mundo sigue necesitando pacificadores y el Señor los llama hijos de Dios. Ese es el tipo de hijo de Dios que deseo ser yo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Caminando con el pueblo - A la guerra ¿de nuevo?