Vida de Jesús, por Jorge Dávila

Comprendí el profundo anclaje cristiano de toda la obra literaria de Dávila Vázquez; cuya fusión máxima se encuentra en una poesía diáfana que enaltece el Evangelio

08 DE MARZO DE 2013 · 23:00

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UN POETA ECUATORIANO Narrador premiado (novela y cuento), poeta, dramaturgo, ensayista, crítico de arte, articulista en periódicos, antólogo… Completo mundo literario el de Jorge Dávila Vázquez (Cuenca, Ecuador, 1947), un escritor al que conocí e hice amistad en Quito, durante el III Encuentro Internacional Poesía en Paralelo Cero, que dirige Xavier Oquendo Troncoso, poeta y catedrático de la Universidad Católica de Quito. Allí se me acercó, tras la lectura que hice del poema “De lo siempre amado”, donde homenajeo a Teresa de Cepeda y a esa sublime boda suya con Cristo. Me dijo que le había conmovido dicho texto y que quería tener una copia del mismo. Así fue nuestro primer acercamiento. Tiempo después, tras la entrega del aporte cristiano que tiene la poesía de Bruno Sáenz Andrade (expuesta en este blog), retomamos nuestra amical relación, esta vez de forma epistolar. Entonces, cuando solo conocía un libro de cuentos suyo, pude decirle: “Apreciado Jorge: te supongo por la andina ciudad de Cuenca. Tú mismo eres un narrador que entraña lo cristiano en esos atractivos relatos que escribes. Leí tu libro 'La oveja distinta y otros cuentos', que me entregaste el mismo día que Bruno. Si no te escribí es porque no tengo tu correo. Pero sí decirte que me encantó el todo, y también, ya por la inclusión de lo cristiano, 'Ángel sin misión', 'Abismo', 'La cólera de Aquiles', 'A la sombra de Caín', 'El que vino a José', 'Cuidador', 'Alegretto y finale'. Ahora bien, 'Gaspar' es excelente muestra del mestizaje y del Cristo que llegó a los indígenas.Por lo directo, me quedo con tu prosema 'El de la pasión'. Abrazos con el Amado galileo dentro”. Después recibí su poemario inédito La palabra, el silencio (2004). Así comprendí el profundo anclaje cristiano de toda la obra literaria de Dávila Vázquez; anclaje cuya fusión máxima se encuentra en una poesía diáfana que enaltece el Evangelio. Así comprendí el por qué le había gustado el texto que yo había leído en Quito. Veamos el primer poema de dicho libro, titulado “Dios”, brevísima y trascendente declaración de fe: “Señor:/ No soy Moisés,/ sin embargo/ la zarza ardiente/ aún crepita/ en mi sangre”. PRIMERA ANTOLOGÍA DE POEMAS INÉDITOS Les dejo con seis poemas de temática cristiana. Cristo y sus discípulos, más Pablo y Zaqueo. Amplísima, de varios folios, es la bibliografía de este doctor en Filología por la Universidad de Cuenca y también profesor universitario. Cito sólo algunas de sus obras y reconocimientos: María Joaquina en la vida y en la muerte (novela) y Este mundo es el camino (cuentos), Premio “Aurelio Espinosa Pólit” 1976 y 1980, respectivamente; Los tiempos del olvido (cuentos, premio CCE, 1977); Con gusto a muerte y Espejo Roto (Teatro, premio CCE, 1990); De rumores y sombras (novelas cortas,1991); Cuentos breves y fantásticos y Acerca de los ángeles (ed. Trilingüe,1995); César Dávila Andrade, combate poético y suicidio (ensayo,1998); La vida secreta (novela breve, 1999); Memoria de la poesía (Poesía, 1999), 1999; Piripipao (novela breve, 2000); Historias para volar, Entrañables, Libro de los sueños (Cuentos, Premio Joaquín Gallegos Lara, 2001); Río de la memoria (Poesía, 2004); La luz en el abismo (antología de cuentos, 2004); Árbol aéreo (Poesía, 2008); Temblor de la palabra (antología poética, 2009) o La voz diminuta (Poesía para niños, 2013). Su obra figura en antologías ecuatorianas y de otros países, con textos traducidos al francés, inglés, alemán, portugués, italiano y hebreo. Jorge Dávila Vázquez, un poeta dando testimonio de Cristo, de su vida y de sus señales para todos los tiempos. VIDA DE JESÚS Pasaste por el mundo que te vio como a todos los prodigios: inmutable. Sin embargo la luz después de Ti ya nunca será la simple luz. El pan, el vino la palabra durarán por siglos. Pasaste por el mundo en apariencia sin dejar huella alguna. Y, sin embargo luego de tus días todo es de paradoja y de milagro. Más allá de las explicaciones tontas y televisivas sobre tu muerte que no fue una muerte como todas. Por encima de las negaciones y los gallos que cantan en plena noche desvelados te quedas día a día permaneces. Eres. PANES Y PECES A veces en las tardes fatigado de luchar con un verbo que no era fácil de manejar como una red o un remo, un timón o una vela, navegando en la barca que había visto tantos milagros Pedro volvía a recontar los restos de los panes multiplicados y a recoger la red llena de peces palpitantes. Amigo... murmuraba, en dónde estás amigo nos faltan tus palabras, tus panes de milagro tu multitud de peces, todo nos falta, amigo. Y su viejo corazón de hombre de mar se estremecía. TOMÁS Lo juzgamos y sin embargo se nos parece tanto. Vivimos en el tormento de la duda esperando la llaga del costado las heridas que dejaron los clavos para hundirnos en ellas y gritar con Tomás, conmocionados: “¡Señor mío y Dios mío!” PABLO Cegado en el camino de Damasco no ha de mirar ya nada en el futuro que no sea la cruz del sacrificio y a ese Cristo triunfante que volvió de la muerte. Y la palabra se alza de su pecho, indomable y humana, tocada por el fuego de lo eterno, diáfana, vigorosa, un hontanar de estrellas. JUAN Cuántas veces a la orilla del mar miraron el atardecer. No hablaban mucho. Compartían un pan de amigos, un pez de hermanos asado en el rescoldo y un bocado de vino. Ahora compartían el fin y sus torturas, otra vez en silencio. Juan miraba el sol a través de la cruz ensangrentada. Y el astro como otras tardes, ya lejanas, perdidas de panes y de peces y de vino, tranquilo, se ocultaba en un lago de sangre. ZAQUEO Hoy comeré en tu casa, te dijo. Trepado en el árbol creíste que pasaría sin fijarse en tu pequeño cuerpo de usurero. -Baja, Zaqueo, hoy comeré en tu casa. Y al descender sabías que tu antigua vida cómoda rica hecha de los sudores y los sueños de los pobres, había terminado.

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