El papado en los siglos I y II

A pesar de esta estancia en Roma, no podemos afirmar que Pablo fuera el dirigente de la iglesia en la ciudad, pero tampoco lo fue Pedro.

01 DE MARZO DE 2013 · 23:00

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A pesar de que hasta el siglo IV no se comenzó a utilizar el término de papa, la tradición católica ha defendido que hay una sucesión ininterrumpida desde los inicios del Cristianismo hasta la actualidad. El apóstol San Pablo y el apóstol San Pedro se cree que pasaron algún tiempo en Roma. De la estancia en Roma de Pablo habla el propio libro de Los Hechos de los Apóstoles, cuando comenta que Pablo fue encarcelado y llevado a Roma, tras apelar a César. A pesar de esta estancia en Roma, no podemos afirmar que Pablo fuera el dirigente de la iglesia en la ciudad, pero tampoco lo fue Pedro. La iglesia de Roma fue una congregación perseguida y oculta durante mucho tiempo. Sus reuniones en las catacumbas y las persecuciones del siglo I y II, crearon una iglesia poco organizada y jerarquizada. En el siglo II, hacía el año 189, un africano fue elegido por obispo de Roma, Víctor I. Esta elección nueve años tras la muerte de Marco Aurelio, facilitó que por primera vez el obispo de Roma pudiera ejercer su cargo públicamente. El reinado de Cómodo facilitó la integración de los cristianos en la sociedad y la atenuación de las persecuciones. Marcia, una de las concubinas del emperador, se declaró abiertamente cristiana, lo que facilitó que otras personas importantes de la corte defendieran libremente su fe. El propio emperador Cómodo, usando de su ironía, pronunció la famosa frase: “¡Ay de mí, el cristianismo ha entrado hasta en la corte imperial!”. Víctor I aprovechó este periodo de cierta tolerancia para pedir clemencia por los cristianos enviados a Cerdeña por su fe, para trabajar como esclavos en las minas. El prestigio del papa Víctor I le sirvió para tener el reconocimiento de la iglesia de occidente, que se encontraba peor organizada y desarrollada que la de oriente. El papa Víctor I también tuvo que decidir en la elección para la celebración del día de Pascua, eligiendo al final un domingo para celebrar un día tan señalado de la Cristiandad. A Víctor I le sucedió Ceferino, que tuvo que lidiar con dos hombres de gran talla, pero problemáticos, Calixto, un cristiano liberado de los trabajos forzados por la mujer del emperador Marcia y con el teólogo Hipólito. El papa Calixto, terminó sucediendo a Ceferino y fue el primer obispo de Roma con un poder administrativo real, corría el año 217 y la iglesia romana comenzaba a aumentar su riqueza y poder. El papa logró un entierro digno para los cristianos y más lugares de reunión. Hipólito acusó a Calixto de ser demasiado complaciente con el poder imperial y se autoproclamó jefe absoluto de la iglesia. Calixto no actuó contra su oponente. De esta manera Hipólito fue el primero de los anti papas, que en toda la historia de la iglesia sumaron treinta y seis. El siglo III sería una nueva época de persecución, hablaremos de ese triste periodo en un próximo artículo.

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