No te rindas

El pesimista se desanima al primer obstáculo o culpa a otros de su fracaso. El optimista, ante el mismo futuro que el pesimista, persevera hasta conseguir el objetivo.

02 DE FEBRERO DE 2013 · 23:00

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No te rindas, por Enrique Rojas. Ediciones Planeta, Temas de Hoy, Madrid, 318 páginas. Enrique Rojas es Catedrático de Psicología Médica, Director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas de Madrid, está considerado como psiquiatra humanista que ha trabajado sobre temas clínicos tales como la depresión, la ansiedad, los trastornos de la personalidad y psicológicos y otros relacionados con el sentido de la existencia. Es autor de estos libros: AMIGOS, ADIOS, DEPRESIÓN, ¿QUIÉN ERES?, LA ILUSIÓN DE VIVIR, LA CONQUISTA DE LA VOLUNTAD, LA ANSIEDAD, EL AMOR INTELIGENTE, REMEDIOS PARA EL DESAMOR y EL HOMBRE LIGHT. NO TE RINDAS está organizado en doce grandes temas –uno para cada mes del año- que giran en torno a estas importantes materias: Del amor de alta velocidad al de larga duración. Dejar de ser hijos para poder ser padres. Los amigos: nuestra familia espiritual. Todo lo que nos hace infelices. La dicha se administra. La alegría es un sol que sale todos los días. Crecer más allá de nuestros límites. Nuestros maestros cotidianos. La cosecha de la sabiduría. En un artículo publicado en el diario EL MUNDO para presentar su libro, Rojas explica que tomó el título de una frase pronunciada por el que fue primer ministro de Inglaterra, Tony Blair, “Never don´t give up”, nunca te rindas. “Pretendo –añade Rojas- adentrarme en los pasadizos de los principales temas de la vida humana, incentivando a los lectores para que no se den por vencidos y sigan luchando hacia adelante, a pesar de las dificultades, reveses y sinsabores. Se trata de un almanaque para crecerse ante las adversidades, para navegar en los rápidos de la vida sin hundirse”. Este libro de Rojas, espléndido y de escritura sutil, nada tartamuda, entreabre puertas en el cerebro, penetra hasta lo hondo de la personalidad, expone los graves problemas psíquicos que tiene el hombre de hoy y le da un empujón hacia el optimismo, hacia la superación y la búsqueda de la alegría. Citando a los estoicos, aquella escuela filosófica nacida 300 años antes de la venida de Cristo, Enrique Rojas sostiene que una persona feliz es aquella que no se deja perturbar por los problemas diarios. Decía Séneca: “es feliz el que tiene un juicio recto; es feliz el que está contento con las circunstancias presentes, sean las que fueran, y es amigo de lo que tiene; es feliz aquél para quien la razón es lo que da valor a todas las cosas de su vida”. El pesimista se desanima ante el primer obstáculo y se da por vencido o culpa a otros de su fracaso. El optimista, que tiene ante si el mismo futuro que el pesimista, persevera e insiste hasta conseguir el objetivo propuesto. “Un optimista jamás se rinde”, es la máxima de Enrique Rojas. En un test al final del libro dedicado a la superación de la personalidad, Rojas plantea preguntas que quieren provocar una sacudida interna, un despertar a las realidades que vivimos. -¿Se conoce a sí mismo? -¿Tiene seguridad en sí mismo? -¿Sabe escuchar? -¿Sabe aceptar las críticas? -¿Respeta a los demás? -¿Es una persona egoísta? -¿Le agrada conocer gente nueva? -¿Cómo se desenvuelve en ambientes desconocidos? -La soledad, ¿es su amiga o enemiga? A todo esto, ¿cómo podemos evitar rendirnos cuando vivimos en un mundo que ha trastornado todas las reglas de comportamiento humano? ¿Cómo evitar rendirnos cuando los mismos gobiernos nos empujan al abismo? ¿Cómo evitar rendirnos viviendo, como vivimos, en una sociedad egoísta, yoista, donde sólo impera el dinero y el sálvese quien pueda? ¿Cómo no rendirnos en momentos en que demandamos ayuda y nos responden con el egoísta “ese es tu problema? El autor del libro, psiquiatra de prestigio, acostumbrado al enfrentamiento diario con personas en trance de estrellar el Documento Nacional de Identidad contra el muro de la esquina y decir adiós a una vida difícil, dolorosa, da algunos consejos para evitar la rendición. No te rindasporque cada obstáculo lleva consigo un aprendizaje. No te rindasporque las adversidades pueden ser vencidas, salir reforzado y seguir adelante. No te rindas, antes aprende de los errores y las pruebas que la vida va poniendo en tu camino. No te rindas, confía en el día a día la fuerza de tu vida: albergar ilusiones. Manejar proyectos. Sentirse vivo y enfrentarse a cualquier golpe dañino de la fortuna. Italo Calvino pronosticó para el milenio que iba a comenzar el año 2001 “levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad”. Enrique Rojas es menos eufórico. Ve unos años tristes, amargos, muy problemáticos. Pero no se instala en la noche. Contempla el brillo de las estrellas y nos dice que la luz es posible, que no desmayemos, que no nos rindamos. La salida del túnel está en el amor. Amor de alta velocidad, “el amor –escribe- da sentido a nuestra vida y nos llena de energía” para no caer con el corazón hundido mirando los charcos. Cita a Platón: “No hay ser humano, por cobarde que sea, que no pueda convertirse en héroe por amor”. El amor nos mantendrá enérgicos y activos hasta el final de nuestros años. Entre la madera y el cristal de la mesa sobre la que me apoyo al escribir tengo numerosos papelitos con citas de lecturas diarias que me han llamado la atención. Una de ellas, pequeño poema escrito por no sé quién, dice así: NUNCA TE DETENGAS La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años, pero lo importante no cambia. Tu fuerza, tu convicción, no tienen edad. Tu espíritu es el plumero de cualquier telaraña. Detrás de cada línea de llegada hay una línea de partida. Detrás de cada logro, hay otro desafío. Mientras que estés vivo, siéntete vivo. Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas. Sigue adelante cuando todos abandonan. No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que en vez de lástima te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa bastón. Pero eso sí… ¡Nunca te detengas!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El punto en la palabra - No te rindas