Aterradora ignorancia ¿y qué? (2)

¿Y no es ignorancia que para el hombre moderno, el bien y el mal absoluto dependan de lo que hace la mayoría? ¿Que el onceno mandamiento es “no te dejarás atrapar”?

26 DE ENERO DE 2013 · 23:00

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Las palabras son gastadas. Los números están gastados. Muchas veces sólo sirven para atenuar los aspectos más trágicos de la realidad. Solo sirven para alejar, a fuerza de repetirse, para que nos las creamos, la aterradora ignorancia, que es a pesar de “verlo todo, saberlo todo” la princesa de los tiempos y del mundo presente. Mencionaba en mi anterior Desde el corazónel auge del conocimiento tecnológico que poseemos hoy, terminando mi artículo con ¿Y qué?, pues de qué sirve que sepamos tanto y seamos gigantes en conocimientos si seguimos siendo pigmeos en justicia, moral y riqueza interior?. Más de tres mil ochocientos millones de personas pasan hambre en el mundo. El 20% de la población mundial es hoy, pese al mal trance de su economía, ciento cincuenta veces más rica. Éstos deben ser los listillos ante el 80% restante. Con lo que una pequeña parte de la Humanidad despilfarramos o tiramos o comemos en demasía, podría alimentarse toda entera .Donde esta nuestra sabiduría? Los conflictos y odios étnicos arden por doquier: no solo en lo que hemos dado en llamar, con maldita arrogancia, Tercer Mundo, sino en la misma Europa. Quizá este momento de crisis económica y de recesión no parezca el mejor para hablar de la desdicha de las hambrunas, de las guerras eufemísticamente llamadas conflictos bélicos. De la enfermedad y de la muerte del tristemente llamado Tercer Mundo. Desde el Corazón no obstante, se me antoja un buen momento ideal para reflexionar -teniéndolas bien cerca- sobre la insolidaridad, la injusticia y la corrupción. ¿Dónde está nuestra sabiduría?, cierto que sabemos mucho y lo vemos todo, así que nuestros problemas surgen de un tolerable bienestar e inteligencia, tan extraño a otros seres humanos que clama al cielo. ¿Qué significan, pongo por caso, la cooperación, donde las necesidades son lo único común para millones; la seguridad ciudadana, donde hay policías en lugar de maestros, cárceles en lugar de hospitales, intemperie en lugar de viviendas para todos; la inviolabilidad de los domicilios, donde abundan los desahucios y los atracos; el paro, donde cada vez es más imposible encontrar trabajo; democracia, cuando los portavoces del pueblo se doblegan a la disciplina del partido; la igualdad justa para todos, cuando los que más roban, tienen más libertades que los pobres?. .Donde está la sabiduría?. Si, sabemos mucho y lo vemos todo, ahora disponemos de armas atómicas, nucleares, bacteriológicas y meteorológicas, que en pocos segundos pueden destruir totalmente las mayores ciudades del mundo. Y la carrera -supina ignorancia- para crear la paz. armamentista no cesa, y las experiencias nucleares continúan en la atmósfera, con el riesgo de que el aire que respiramos quede contaminado por la lluvia radioactiva ¿Dónde está la sabiduría? Somos ignorantes en el orden social, nos hemos vuelto a la mera ciencia. !No debe extrañarnos, nos ha salvado muchas veces!. Cuando estábamos en la debilidad física y de la incomodidad material, la ciencia nos condujo hacia notables mejoras y comodidades; nos estimulo al alba de la literatura y a la apertura del espíritu. Cuando luchábamos contra ciertas enfermedades y plagas, la ciencia por medio de la cirugía, la higiene y las drogas milagrosas, nos iluminó a esperar mejores días. Es natural que apreciemos el valor de la ciencia, no en balde Dios creó al hombre con inteligencia. Pero, !ay!, la ciencia no puede socorrernos porque el mismo hombre de ciencia se ha perdido en la noche de la ignorancia de nuestra fría tecnología. En realidad ella misma nos está dando los instrumentos que amenazan con llevarnos a la insensible vida individual e interior. Densos nubarrones de ansiedad y depresión están suspendidos en nuestro cielo mental. Las turbaciones mentales son más frecuentes hoy que en ninguna otra época de la historia humana. Los best-sellersy revistas sobre psicología llenan los estantes de las librerías; y la profusión de textos de autoayuda alcanzan numerosas ediciones. Incluso los libros religiosos más vendidos tratan de temas como: La paz del alma; Sanidad del Espíritu; La felicidad a tu alcance y sabemos que los predicadores de moda pronuncian sermones apaciguadores sobre temas del género de Cómo ser felizo Cómo relajarsey no pocos se han sentido tentados a revisar el mandamiento de Jesús y decir así: Id por todo el mundo, mantened baja la presión y yo hare de vosotros personalidades bien adaptadas; todo lo cual nos prueba que vivimos en una aterradora falta de sabiduría. ¿Y no es ignorancia que para el hombre moderno, el bien y el mal absoluto dependan de lo que hace la mayoría? ¿Que el onceno mandamiento es “no te dejarás atrapar”?. Ignorantemente, hemos aplicado al dominio moral, la ética y la integridad, la teoría de la relatividad de EINSTEIN, concebida para describir el mundo físico .¿No es esto ignorancia? . ¿Y qué? pues que seguiremos la próxima semana.

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