Avivamientos en la ‘vieja Europa’ del s. XIX

El metodismo, las iglesias bautistas y darbistas constituyeron los motores de estos nuevos “despertares” evangélicos.

12 DE ENERO DE 2013 · 23:00

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Europa también fue cuna de importantes avivamientos. A pesar del auge del racionalismo y las grandes luchas sociales, países como Gran Bretaña, Holanda, Escandinavia y otros lugares de Europa experimentaron avivamientos importantes. La relación entre los evangélicos americanos y europeos contribuyó a que los avivamientos se extendieran más allá de las fronteras nacionales. En el siglo XIX hubo varios casos significativos en Europa. La llegada de nuevas denominaciones y el reforzamiento de las existentes contribuyeron en gran medida a estos avivamientos. El metodismo, las iglesias bautistas y darbistas[i] constituyeron los motores de estos nuevos “despertares” evangélicos. Una de las cosas más curiosas de estos nuevos movimientos fue su influencia en lo que luego constituiría la nueva literatura “romántica”, que intentaba recuperar algunos valores anteriores a la Revolución Francesa. Los cristianos del siglo XIX deseaban que ideas como el valor, el honor, la ayuda al débil o el héroe formaran de nuevo parte de su cultura. En el siglo XIX surgió también un fuerte movimiento interconfesional que permitió una colaboración más estrecha entre las distintas confesiones. Uno de los lugares en los que surgió un avivamiento fue en Suiza. La ciudad de Ginebra, cuna del protestantismo francófono, logró resistir las presiones de Francia y entró en el siglo XIX siendo protestante. Aunque en dos generaciones se había perdido prácticamente e estilo de vida puritano y la lectura de la Biblia. El propio Voltaire fue testigo de este enfriamiento en las costumbres y creencias ginebrinas, que habían adoptado un cristianismo meramente racionalista. La llegada a mediados del siglo XVIII de varias comunidades moravas cambió radicalmente el panorama religioso de la ciudad. Los hermanos moravos se reunían por casas y vivían una fe sencilla. En 1810 crearon una sociedad de amigos para estudiar la Palabra de Dios. Uno de los impulsores del movimiento fue Robert Haldane, que logró muchos seguidores. Las autoridades prohibieron este tipo de reuniones, pero los creyentes las siguieron celebrando en secreto. El avivamiento llegó a través de pastores jóvenes que habían aceptado el Evangelio animados por Haldene. Unos años más tarde, los evangélicos habían recuperado posiciones en la ciudad que comenzó a acercarse a Dios de nuevo. La persecución en Ginebra contribuyó a que salieran muchos predicadores hacia Francia y otras partes de Suiza. En 1824, Robert Halden fundó en París un instituto para preparar pastores y misioneros. El nuevo movimiento en Francia influyó tanto a la nobleza parisina como a las viejas comunidades hugonotas que habían sobrevivido en otras partes del país. Curiosamente el avivamiento en Francia contribuyó a la llegada de colportores a España, que atravesando los Pirineos abrieron iglesias en el Alto Aragón. Otros países como Alemania, Holanda y los Países Nórdicos también recibirían esta nueva oleada de conversiones y acercamiento a la Biblia.

[i] Este grupo fue más conocido como Iglesias de Hermanos o Hermanos de Plymouth

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