Preguntas sobre Halloween

Me pregunto si aquellos que se quejan de que un cristiano no debe celebrar Halloween se han parado a pensar en que poner un abeto decorado con bolas de colores y espumillón en tu iglesia en Navidad tampoco es que sea muy bíblico que digamos. Me preguntosi son conscientes de que celebrar la Navidad el 25 de diciembre es lo menos bíblico que hay, en realidad. Me preguntosi aquellos que dicen que no se debe celebrar Halloween porque no se debe festejar la muerte se dan cuenta de que la cruz que preside sus templos y que cuelgan en sus cuellos es en realidad un instrumento de tortura con el que se ejecutaba una de las penas de muerte más sangrientas y crueles de la historia de la humanidad. Me preguntosi los que dicen que un cristiano no debe disfrazarse están también en contra de los carnavales o de las fiestas de su pueblo de gigantes y cabezudos. En tal caso, les animaría a que se preguntasen si no es que acaso el problema lo tienen con los disfraces y su simbolismo subconsciente. Solo por si acaso. Me preguntosi los que argumentan que no se debe celebrar Halloween porque incita a los jóvenes al ocultismo y la hechicería prohibidos en la Biblia les alertan alguna vez a esos jóvenes los demás días del año acerca de los rituales de la ouija, o si comentan sobre la propaganda de santeros que te dan en la boca del metro, o si ofrecen consuelo a la gente que vive atormentada por fenómenos paranormales. Me preguntosi los que defienden que un cristiano no debe enredarse en cosas que den miedo o sean siniestras se han leído el libro de Apocalipsis. Me preguntosi los anti-Halloween se han preguntado alguna vez si no es que lo que no les gusta es la imposición de costumbres extranjeras ajenas a nuestra cultura, cosa completamente legítima y natural. A mí me disgusta la invasión de chucherías, disfraces y temáticas cutres allá por doquier con la única intención comercial de vender algo a la moda.No estoy, ni de lejos, a favor de Halloween, que a día de hoy se parece más una pataleta gótica de gente con los valores del bien y el mal pasados de tuerca que a algo con una intención de contactar con el más allá. Pero, a mi modo de ver, igual de terrible (o más) resulta la celebración del Día de Muertos en México, y eso no se critica (curioso). Me pregunto por qué nos peleamos por costumbres ajenas y no se nos ocurre ningún año festejar a lo grande la verdadera fiesta de la cristiandad: el Domingo de Resurrección. Una celebración que sí se celebra en el día que ocurrió*, que sí festeja el triunfo de la vida sobre la muerte y que, he de decir con pesar, normalmente pasamos sin pena ni gloria todos los años. Más con pena, diría, pesarosos de que se nos terminan las vacaciones de Semana Santa otro año más. * El Domingo de Resurrección se celebra en la fecha del año en la que aproximadamente sucedió porque recordemos que la muerte y resurrección de Jesús ocurrió cuando la Pascua judía, y los judíos llevan muy bien sus cuentas de cuándo se deben celebrar las cosas, y en base a cuando los judíos celebran su Pascua (Pesaj) se celebra la Semana Santa todos los años. Puesto que los judíos se rigen por un calendario lunar que no coincide con el nuestro solar, por esa razón la Semana Santa cambia de fechas todos los años.