Fanny Sabogal: Colombia busca a Dios en medio del conflicto

De gracia recibisteis, dad de gracia: educar en términos de cosmovisión bíblica.

20 DE OCTUBRE DE 2012 · 22:00

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Hoy nos vamos hasta Colombia para hablar con Fanny Sabogal, de Montería, capital del departamento Córdoba, asentada a orillas del río Sinú y considerada la capital ganadera de Colombia. Sabogal es una de las responsables de Funeducar, ministerio de ayuda a la infancia, constituido legalmente como entidad sin ánimo de lucro, y desde el cual se busca optimizar el quehacer pedagógico en colegios cristianos propiedad de una iglesia cristiana protestante o de una fundación de carácter cristiano. La misión y visión en Funeducar están encaminadas a recuperar la cosmovisión Bíblica de la educación escolar a fin de integrar los principios Bíblicos en el currículo. Esta entidad es la contraparte local de Alianza Solidaria en Colombia, brazo social de la Alianza Evangélica Española. En este país, como también en Perú, Bolivia, Haití y Honduras, A.S. desarrolla uno de sus programas: Moisés. Conocí a Fanny y a Berta Pinedo, responsables de A.S. en Colombia, en marzo de este año. En el terreno pude conocer de primera mano su entrega y compromiso en la tarea de facilitar que los niños de zonas marginales tengan acceso a la educación curricular, útiles escolares, una alimentación equilibrada, cuidados básicos de salud y formación en valores cristianos, cubriendo así las cuatro áreas de toda personas: intelectual, física, emocional y espiritual; rompiendo así con el círculo vicioso de pobreza en el que han nacido. Pregunta.- Hola Fanny. Háblanos un poco de ti: de tu país de origen, de tu formación, de tus sueños… Respuesta.-Pues mira que la semana que viene celebraremos mi cumpleaños. Será una reunión familiar muy particular. Estaremos tres hijas de mi mamá, y seis hijos de mi papá. Mi mamá tuvo cuatro hijos de tres maridos. Mi papá, diez, en cinco mujeres. La herencia inmejorable que nos dejaron fue el haber alimentado el amor fraternal entre nosotros. Aprovechamos algún encuentro cada quinquenio o decenio para que las nuevas generaciones se conozcan. Somos una familia atípica en Colombia, pero no por las circunstancias referidas, sino justamente por la fraternidad entre nosotros. Normalmente, este tipo de familias están divididas alimentando odios, resentimientos, celos y más pecados. Por supuesto, nuestra generación se levantó con todas las limitaciones propias de una familia monoparental, y los primeros hijos de cada mujer crecimos como hijos parentalizados. En nuestra vulnerabilidad, algunos fuimos maleados con abuso sexual cuando apenas distinguíamos el día de la noche. Esta es la realidad que viven las personas de muchos de los países en América Latina. Yo vivo en uno de ellos: Colombia. Colombia Está ubicada al Norte de América del Sur. Tiene fronteras con Panamá, Venezuela, Perú, Brasil y Ecuador. Está rodeada por el Océano Pacífico, al Sur y Oeste, y por el Océano Atlántico, al Norte. La capital del país es Bogotá. Ciudades importantes son Medellín, Cali, Barranquilla. Entre los muchos problemas que sufre el país, producto de las guerras internas entre los diversos grupos al margen de la Ley, se suma en los últimos tiempos la indiscriminada minería a cielo abierto. Pueblos enteros están siendo lesionados por esta práctica que, en varios de los casos presentes, son solamente “pruebas”: ¡Ni siquiera se han empezado explotaciones en firme y ya estamos siendo devastados! Un agravante de la llegada de esta minería es la transformación de los pueblos cercanos: prostitución de menores en masa, centros de apuestas, y todo tipo de negocios de prácticas licenciosas donde los mineros van a gastar su dinero. En medio del conflicto, un gran avivamiento está siendo avistado. Hay comezón de oír la Palabra de Dios. Creemos que todavía podemos tener esperanza. ¿Cómo llegó Jesús a tu vida? R.-Guardo en mi recuerdo anécdotas preciosas de aquel evento. Era una noche de domingo en octubre. Ingrid, mi hermana menor estaba cumpliendo 40 días de nacida. Mi mamá recibió al Señor Jesús en su vida y yo estaba a su lado levantando mi mano, también. Desde entonces, nunca me he apartado del Camino. Tras haber conocido a Jesús a esa temprana edad, once años, fueron abiertas oportunidades de vida nueva, de escolarización y más. Fue cambiar de un polo a otro el rumbo de mi vida. Mi mamá creía firmemente que Dios tenía un plan para nuestra vida y nos lo repetía para que no lo olvidáramos: ¡nunca lo olvidamos! Es más, hoy lo creemos con todo nuestro corazón. P.- ¿Qué te llevó a decantarte por los más necesitados de tu país, en este caso, por los niños? R.-El mandato Bíblico: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. “De gracia recibisteis, dad de gracia”. “Dadles vosotros de comer”. La Biblia es el manual que nos impele a cuidar de los necesitados, no sólo aquellos necesitados financieramente, sino también los necesitados de conocimiento, de ciencia, de salud. Pero también por el ejemplo. De misioneros y pastores que invirtieron en mi vida, formación y cuidado. De mis padres que invirtieron sus vidas para servir a los menos favorecidos. P.- ¿Por qué decidiste colaborar con el programa Moisés de Alianza Solidaria? Háblanos de este ministerio. R.-¡Oh, bendición de lo Alto! Esto es el Programa Moisés de Alianza Solidaria. ¡Ellos decidieron colaborar con nosotros en Colombia! ¡Benditos sean! Con Berta Yamira, mi compañera en el ministerio, viajamos a Madrid en febrero de 2000 en búsqueda de patrocinadores para desarrollo educativo en Colombia. Allí coincidimos con Francisca Capa Espejo en las Jornadas de Servicio Social Protestante realizadas en el Prat del Llobregat. Después de hablar y compartir nuestra misión y visión, establecimos un acuerdo para trabajar juntos, Moisés y Funeducar. Alumnos de los colegios vinculados a Funeducar serían patrocinados por el Programa Moisés. Desde entonces hasta hoy hemos caminado juntos los dos ministerios, guiados por el Señor. Educar en términos de cosmovisión bíblica de la educación escolar cristiana demanda, pues, revisar conscientemente la cosmovisión personal, a partir de las creencias propias y de cómo se está respondiendo a esas creencias. Reconocer que nada escapa de la soberanía de Dios ni de sus leyes. Este es un proceso que dura toda la vida y en el cual debe ser invertido esfuerzo diligente. Para acompañar a los docentes y directivos docentes de los colegios vinculados al programa de apadrinamiento Moisés de Alianza Solidaria, han sido trazados lineamientos en torno a una certificación docente, programa que incluye la adquisición de conocimientos, el cambio de actitudes y el ejercicio de prácticas concretas. Alianza Solidaria ha venido invirtiendo recursos para financiar este proceso en Colombia desde el año 2001, promoviendo la participación de capacitadores, la adquisición de materiales pedagógicos, y creando los espacios propicios para ofrecer dicha capacitación de manera regular año a año. Por su carácter de proceso, los resultados pueden no ser vistos a corto plazo, ni medidos cuantitativamente, pero los cambios de actitud son altamente apreciados por las comunidades en el entorno de los colegios vinculados al programa. P.- ¿Piensas que se puede desvincular a Dios del currículo escolar? R.-De hecho, Dios ha sido desvinculado del currículo escolar con trágicas consecuencias. Incluso, se ha llegado a hablar de educación ‘neutral’ pensando desde esta perspectiva. Pero la verdad es que no existe tal educación neutral. O enseñas integrando la verdad de Dios, o enseñas en contra de la verdad de Dios, pero no es posible enseñar una verdad neutral. La verdad tiene significado y ese significado afecta todas las áreas de la sociedad, para bien o para mal. Y la verdad, en cuanto sea verdad es verdad de Dios. Desvincular a Dios del currículo escolar ha llegado a tal desmedro que en algunos colegios cristianos se refieren al currículo como a la “educación secular”, y la educación cristiana es limitada a la enseñanza religiosa. Son los temas en los que estamos trabajando con ahínco. P.- ¿Ha cambiado la educación en Colombia, desde que el Estado ha empezado a intervenir en este ámbito? R.-Desde cuando el Estado hiciera presencia en el tema de la educación ésta ha ido dando un giro vertiginoso. Hoy, la sensación es que la familia y la iglesia han decidido hacerse a un lado cual observadores sin ejercer su rol en términos de educación de las siguientes generaciones. Para la iglesia, institucionalmente referida, su ocupación se definió en términos de lo religioso, llegando incluso en algunas denominaciones a satanizar la educación formal. Barbarita cursaba cuarto de bachillerato; un día, dejó de asistir al colegio porque su familia había “conocido al Señor”. Hace poco, conocimos a la ingeniera de sistemas que sólo debía pasar los exámenes finales para graduarse: “En mi familia conocimos al Señor y nuestra iglesia no me permitió terminar la carrera. Afortunadamente, nuestra iglesia cambió su pensamiento con los años. Inmediatamente volví a la universidad para intentar graduarme pero había pasado mucho tiempo. Comencé una nueva carrera y ahora soy licenciada en educación. Dirijo mi propio colegio”. En términos generales, educación cristiana es referida solamente como un sinónimo de educación religiosa. Para la familia, el término educación se tornó en algo ambiguo: ¿Quién educa? No se sabe con seguridad. Entre las muchas creencias de familia que las personas afirman en torno a la educación están algunas como, “estudie, para que llegue a ser alguien”; “si quiere llegar a tener plata, ¡estudie!”. Si el muchacho o la muchacha hicieren algo indebido en casa, en lugar de ser corregido convenientemente escuchará al padre o a la madre refunfuñar algo del tenor de: “¿eso es lo que le están enseñando en ese colegio? ¿Para eso pago tanto dinero?”. P.- ¿Han sido influidos los educadores por las diversas cosmovisiones? R.-Absolutamente, esto es así. Hay profesores con creencias que, inevitablemente, determinan lo que enseñan y cómo lo enseñan. También ellos pueden caer en apreciaciones como ésta del alumno que hace algo indebido en la escuela y no es corregido convenientemente, mientras dos docentes se secretean, “qué muchacho tan mal educado… ¡Seguramente sus padres nunca están en casa!”. “Muchachos, yo aquí vengo a hacer mi trabajo. Si ustedes aprenden o no, es su problema. Igual, a mí me pagan”. Cierto medio día visitábamos un colegio en calidad de observadoras. Faltaban diez minutos para la una de la tarde. Un grupo de profesores y profesoras estaban sentados juntos conversando en un lugar apartado. En el patio, chicos y chicas corrían, saltaban, y uno que otro subía y se tiraba desde un árbol. Preguntamos por qué los docentes no estaban pendientes de los chicos en el patio, a lo que el director nos respondió: “es que ellos empiezan su horario a la una de la tarde y faltan diez minutos”. P.- ¿Cuántos colegios apoya Alianza Solidaria a través del programa de apadrinamiento Moisés? R.-Tenemos dos tipos de vinculación: aquellos que reciben recursos financieros, ocho en este momento, y aquellos que reciben asesoramiento, 21 en total. Una población de novecientos noventa y seis estudiantes de prescolar y básica primaria son beneficiados directamente, de los cuales quinientos sesenta y tres son niños y cuatrocientos treinta y tres son niñas. De ellos, en promedio anual, quinientos sesenta son asignados en apadrinamiento. P.- ¿Podrías mencionar algún testimonio de alumnos o padres que ilustre los efectos de vuestra actuación? R.-El de los estudiantes de la comunidad indígena wayuu en La Guajira. Las primeras cartas para sus padrinos consistían en algunas rayas y círculos mal trazados en la hoja. Pasados solo unos años ya eran capaces de redactar cartas describiendo situaciones cotidianas de su cultura, como la de aquella niña que narraba a su padrino la historia del “Encierro”. A su primera menstruación, la muchacha es encerrada en el rancho, rapada su cabeza, y no puede ser vista por ningún hombre. Allí, la madre la instruirá en todas las áreas como esposa. Al terminar el encierro, la muchacha está lista para ser pedida en matrimonio. De estos estudiantes ya hay dos matriculados en la universidad. Otros se encuentran culminando sus estudios secundarios. Uno de ellos es hoy el pastor de la iglesia donde creció. P.- Muchos de los niños provienen de hogares desestructurados… ¿requiere esta situación realizar un trabajo paralelo con las familias? R.-Sí. Contamos con el apoyo de dos psicólogas, y una profesional en mediación familiar. Los pastores de las iglesias propietarias de los colegios vinculados al programa, regularmente están actualizando sus conocimientos y habilidades en temas de familia. La necesidad es mucha en esta área. Oramos para que Dios levante recursos que nos permitan contratar a más personal profesional que apoye el trabajo con las familias y con los niños. El abuso sexual en las menores es recurrente. Niños víctimas de la violencia viven con una tía, los abuelitos, o hasta con algún conocido de su familia. Las heridas emocionales son profundas y evidentes en sus rostros y cuerpos. P.- ¿Qué mensaje quieres transmitir a nuestros padrinos y colaboradores que desde España osapoyan? R.-Agradecerles. Agradecer su confianza, su liberalidad, su esfuerzo de apoyarnos aun en medio de la crisis. Asegurarles que seguiremos esforzándonos para que la misión y la visión sean cumplidas, honrando vuestro esfuerzo y de manera que el Nombre de Dios sea glorificado. Afirmarlos en la verdad de que “vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. Finaliza la entrevista. Gracias, Fanny,por dar a conocer esta forma práctica de amor al prójimo, tal como nos enseña Jesús. Más información sobre Alianza Solidaria: Tel./Fax: (+34) 93 420 80 72begin_of_the_skype_highlighting end_of_the_skype_highlighting [email protected] www.hazquesuvidafuncione.org www.alianzasolidaria.org Santa Otilia 27-29, Esc. A, Local 08032 Barcelona

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