Ana Jiménez: una artista, llena de fe, en Guadix

No debe haber una dicotomía entre la vida profesional y el ser cristianos. No soy artista cristiana, sino una cristiana que decidió ser artista.

22 DE SEPTIEMBRE DE 2012 · 22:00

,
Hoy nos vamos hasta Guadix, ciudad de la provincia de Granada. Allí vive nuestra entrevistada con su familia desde hace tres lustros, cuando decidieron hacer las maletas para abrir un lugar de testimonio entre los accitanos. Nada más mirarla me transmite fuerza, resistencia, compromiso. Y comprometida está con su entrega a la obra del Señor utilizando los dones que le ha dado, y también sus manos de eximia ceramista-escultora, reconocida en múltiples exposiciones a lo largo de la geografía española, especialmente con trabajos sobre la iconografía cristiana. Además, es ensayista sobre materias artísticas. Como dice ella: “Soy una mujer cristiana que ha decidido ser artista, no artista que hace arte cristiano. No creo en absoluto que haya un arte cristiano y otro secular. Lo que hay son personas creyentes o no, que hacen obras de arte”.Y el arte es un medio que utiliza como expresión de su fe. Pregunta.- Bienvenida a este espacio de diálogo y testimonio. Para comenzar, le pediría que trace un autorretrato suyo para acercar su persona a otros hermanos que leen este blog. R.-Me resultaría más fácil coger un trozo de barro y hacerte una obra con formas, texturas y colores que serían la expresión de mí misma, pero intentaré hacerlo con palabras: soy una mujer cristiana, esposa, madre de tres hijos y artista, por este orden pero a la vez todo integrado. Mi vida quedó marcada un día a los 15 años cuando conocí el Evangelio y decidí seguir a Cristo a pesar de toda la oposición de mi familia. Me casé con mi marido, Antonio, con un montón de sueños personales y profesionales que el Señor se ocupó de cambiar en poco tiempo. Mi faceta artística viene de mi familia paterna, ellos eran alfareros, pero no se manifestó en mí hasta que al casarme dejé mi futuro de filóloga y decidí irme al pueblo de mis bisabuelos (Cespedosa de Tormes, en Salamanca) para que los alfareros tradicionales, que aún quedaban, me enseñaran su oficio. Fue algo así como una vocación que siempre había tenido pero que ahora afrontaba con decisión. Posteriormente fui a la Escuela de Arte donde conseguí los graduados de Técnico Superior en “Alfarería y Cerámica Artística”, en “Volumen y Vaciado” y en “Proyectos y Dirección de obras de decoración”. El Señor utilizó una enfermedad física como punto de inflexión en nuestra “perfecta” vida cristiana para frenar, dejar nuestros trabajos, e ir al Seminario Teológico Evangélico. Llevamos diecinueve años trabajando en la Obra a tiempo completo, catorce de los cuales en obra pionera. P- ¿Cuál es la temática central de su obra? R.-La temática de mi obra varía enormemente. Una gran parte de mi tiempo lo he dedicado al estudio de las formas, tipología y semiótica de piezas arqueológicas, de donde han surgido exposiciones como “Iconografía Cristológica”, “Lucernas romanas”, “Cerámica Argárica”, “Azulejería cristiano-musulmana”, o el Centro de Interpretación “Camino de Civilizaciones” (en Hinojares, Jaén) sobre el mundo Íbero… Sin embargo, mi obra más íntima es bien diferente: me gusta jugar a hacer escultura y arquitectura con cerámica; siempre investigando, hago piezas al torno que luego resultan bidimensionales, o estructuras geométricas partiendo de módulos, o murales sobre paisajes como la exposición monográfica sobre “Las cuevas de Guadix” o “Campos de Castilla”. P.- En octubre va a realizar una exposición en Salamanca dentro de los actos programados para celebrar el 80 Aniversario de la iglesia evangélica de Paseo de la Estación. ¿En qué consiste, qué se va a exponer? R.-La Exposición para Salamanca “Barro de las Primicias” es el resultado de un trabajo de investigación del lenguaje semiótico de unas 60 piezas arqueológicas, que me sirven de hilo conductor para trazar el pensamiento paleocristiano. Un lenguaje nuevo que surge a partir del siglo I, como consecuencia de la persecución a que están sometidos los primeros cristianos y que recurren a un lenguaje simbólico cuyas imágenes pueden no ser originales, pero su significado nace de la necesidad de compartir la nueva fe. Este nuevo lenguaje llega a nuestros días como parte de nuestra cultura occidental y muchas veces ignoramos su semiótica. Mi propósito con esta exposición es acercar al público en general y a los creyentes en particular, a través de la reproducción de piezas arqueológicas en cerámica, la riqueza tan grande y a la vez profunda de la experiencia de la iglesia primitiva con la cual, después de tantos siglos, podemos identificarnos. P.- ¿Cómo puede compaginar su vida artística con su vida como cristiana? ¿Es que arte y fe pueden ir de la mano? R.-No creo que deba haber una dicotomía entre nuestra vida profesional y el ser cristianos. No soy artista cristiana, eso sería encasillarme a mí y a mi obra en un marco religioso, como tantas veces ha sucedido en el pasado. Soy cristiana como parte inherente de mí, por mi decisión de seguir a Cristo, lo mismo que soy mujer o esposa y madre; y como parte de mi realización personal y profesional, soy artista. Cuando hago una obra no estoy pensando en ponerle un versículo o una frase como “Dios es amor” para que se sepa que soy cristiana. Mi obra es cristiana porque yo soy cristiana, haga un mural con temática Cristológica o un paisaje de Castilla. Soy una mujer cristiana que he decidido ser artista, no artista que hace arte cristiano. No creo en absoluto que haya un arte cristiano y otro secular. Lo que hay son personas creyentes o no, que hacen obras de arte. Arte y fe no son dos caminos paralelos y mucho menos independientes. En mi vida ambos son uno. El ser cristiana influye en mi arte y por supuesto el ser artista complementa mi vida espiritual. El Arte es el medio que utilizo como expresión de mi fe. P.- ¿Entonces su obra puede ser utilizada también como un instrumento para comunicar el evangelio a otras personas? R.-Por supuesto, toda nuestra vida gira en torno a dar testimonio. Lo queramos o no, con el mero hecho de vivir estamos testificando de lo que somos, creemos y no creemos. Nuestras palabras pueden contradecir nuestros hechos, pero la gente observa y saca conclusiones. La capacidad artística es el medio que Dios nos ha otorgado como parte de Sus atributos, no olvidemos que Dios es Creador y Creativo, para expresar nuestros más íntimos sentimientos y vivencias. Siempre se ha dicho que el Arte, a través de sus diferentes modalidades –arquitectura, escultura, pintura, música, escritura, etc.–, es el lenguaje del alma, es el lenguaje que nos conecta con lo Divino, lo Eterno, lo Trascendente, y esto aún sin tener en cuenta al Dios Único y Verdadero. ¡Cuanto más nosotros, los cristianos! Somos los que con más autoridad debemos mostrar al mundo la experiencia directa que tenemos a través de la fe con nuestro Dios. Pienso que nuestra obra debe ser un canal o instrumento que Dios use para hacerse palpable a los hombres que no le conocen. Nuestra obra debe hablar de lo que tenemos, y lo que tenemos es la experiencia maravillosa de la Salvación eterna. P.- ¿Cómo apoyar a los artistas que tenemos en nuestras iglesias de modo que pongan sus dones al servicio de la extensión del Reino, ya sea en la iglesia o en la sociedad? R.-Eso debe ser algo particular de cada iglesia, sus miembros y sus líderes. Pero lo que sí me gustaría es aprovechar esta ocasión para animar a los creyentes que han decidido ser artistas, a poner su obra como medio de dar testimonio. Como he dicho anteriormente, el Arte es el lenguaje del alma y como tal conecta con las almas de los perdidos. Esto es una oportunidad que no tiene cualquiera. Poner nuestra obra en manos del Espíritu para que Él haga Su Obra de redargüir de pecado es todo un honor; es ser colaboradores en la extensión de Su Reino y supone una verdadera satisfacción tanto profesional como personal para nosotros como cristianos artistas. Y una vez que el hermano ha decidido ser artista y, de corazón, poner su arte al servicio del Reino, ¿vas a ser tú o un líder de tu iglesia quien impida la obra del Espíritu? P.- Un lugar especial donde le gustaría exponer tu obra… R.-Mi sueño ya se ha cumplido: Salamanca, mi ciudad, respaldada por la iglesia Evangélica que me vio nacer y crecer, y en colaboración con la Universidad donde estudié. P.- Lleva tiempo exponiendo en espacios públicos, como institutos, universidades, etc. ¿Cómo ha logrado esta apertura en ámbitos no evangélicos? Mirando al pasado creo que todo surgió como parte del plan de Dios. Cuando decidí poner mi obra al servicio de Dios y la extensión de su Reino. Él ha abierto puertas y cerrado otras. Mi único deseo es dar testimonio de mi fe y el Espíritu hace el resto. Lo que sí es cierto es que en un principio pensé que la obra de difusión del pensamiento cristiano interesaría más a las iglesias, así que varias exposiciones con temática Cristológica las hice con este fin. Pero para mí fue una sorpresa cuando vinieron a mi taller amigos del ámbito educativo, y no sólo estaban interesados en las placas que yo estaba reproduciendo, sino que me invitaron a exponer mi obra y mi trabajo de investigación en círculos tan diferentes como Cultura Clásica, con quienes colaboro desde entonces; o la Asociación Española de Semiótica, con quienes acabo de tener una participación en la edición de un libro: “Arte y Significación” (Ed. Zumaya); o Ayuntamientos y CEPs (Centro de Estudios del Profesorado) interesados en hacer aulas didácticas para chicos de ESO y Bachillerato. En este sentido, estoy sumamente agradecida al Señor, porque me está permitiendo compaginar mi obra artística con Su visión de la extensión de Su reino. Creo sinceramente que soy muy privilegiada al haber conseguido fusionar mi realización profesional como persona y mi pasión que es el Arte, con mi ministerio y responsabilidad de dar testimonio como hija de Dios. P.- ¿Cómo se organiza para realizar diversas iniciativas tanto en su iglesia, como colaborando con otras? R.-A veces es difícil. No soy una super-woman, ni lo intento. El estar junto a mi marido en obra pionera y a la vez pastoreando una iglesia emergente, te lleva gran parte de tu tiempo. El resto se lo lleva ser esposa y madre de tres adolescentes. Lo que ocurre es que el Arte ha sido siempre para mí una necesidad, una forma de expresarme, de dar y de recibir, y a la vez una terapia que me da equilibrio; como también me lo da el tener una buena charla con amigos, escuchar música, leer un libro o pasar tiempos de descanso. De manera que intento que el Arte forme parte de todas las demás actividades que exigen mis responsabilidades. Si tengo que dar una clase dominical a los jóvenes, o a las mujeres de mi iglesia, lo hago a través de manualidades de papel, de madera, de tela, de cuerda... la enseñanza así se fija y se convierte en algo práctico. Si alguna hermana tiene que hablar conmigo, la invito a que me ayude a trabajar en mi taller, sólo trabajando codo con codo conoces a una persona de verdad… Si tengo que colaborar con mi marido en dar campamentos, retiros o conferencias en otras iglesias, lo hago a través de complementar la enseñanza con talleres de escayola, cerámica o pintura, donde intentamos no sólo transmitir unos conocimientos doctrinales, sino ayudar a desarrollar habilidades, talentos y dones para que los hermanos los pongan también al servicio de sus iglesias. Más difícil ha sido compaginarlo con mi labor de madre. Pero lo he intentado. Cuando tenía que cuidar de mis hijos pequeños, lo hacía con talleres de cerámica a los que invitaban a sus amiguitos y a la vez dábamos testimonio. Ahora que van siendo mayores y tengo que ayudarles en sus estudios, lo hago reservando un espacio en mi taller para que ellos puedan estar conmigo haciendo sus deberes y a la vez planteándome sus dudas. Pretendo que mi taller sea un lugar de juegos, de charlas trascendentes y no tan trascendentes… un espacio para la vida. P.- Junto con su esposo iniciaron la obra en Guadix. Sé que el camino no fue de rosas… ¿Vale la pena darlo todo por llevar el evangelio hasta lo último de España? ¿Debemos estar dispuestos a pagar un alto precio para seguir a Jesús? R.-No sé si vale la pena o no para cualquier creyente. Cada uno tiene sus valores y prioridades particulares. Muchas veces eres tú quien pone el precio que quieres pagar. Lo que sí te puedo asegurar es que el camino de entrega y obediencia al Señor es un camino de sufrimiento hasta límites que yo jamás pensé pudiera soportar. Estar en la brecha desgasta y quema. Si algo he aprendido es que el sufrimiento es proporcional a la entrega. Pero no sería justa quedándome aquí, pues mi experiencia ha sido que la victoria en el Señor sobrepasa a todo el sufrimiento pasado. No podría imaginarme una vida con mayor felicidad que la que he vivido y estoy viviendo. Las bendiciones recibidas también han sido proporcionales al precio pagado. Dios no es deudor de nadie. P.- ¿Cuál es la misión de la Iglesia en este siglo XXI? R.-Esto deberías preguntárselo a los pastores y maestros… pues doctores tiene la iglesia… (ja, ja, ja) En mi pobre conocimiento y experiencia, creo que el papel de la iglesia hoy en día es el mismo que hace veinte siglos. Sigue siendo igual de actual y fresco que cuando fue establecida, pues de otra forma el Señor ya la hubiera quitado de esta tierra. Él no tiene instrumentos inútiles. Decir que vivimos en un mundo posmoderno no es nada nuevo, pero creo que el término no tiene ningún sentido si no lo hacemos práctico. La única realidad que nos interesa es que las personas siguen estando perdidas y buscando a Dios, aun sin saberlo, pues su alma inmortal busca lo trascendente, lo Divino. Hay muchas religiones, asociaciones e instituciones que lo único que hacen es llenar el vacío a medias, supliendo parcelas físicas, sentimentales, sociales, económicas o políticas. Pero la insatisfacción es una constante en sus vidas. Dios se puede revelar de forma milagrosa, hacer las cosas sin nosotros, pero ha querido hacerlo a través de hombres y mujeres como nosotros, que ha escogido para ser su Iglesia. Dios ya ha hecho su parte: proveer a los hombres la Salvación eterna y comisionar a sus hijos para ser portadores de esa Verdad Absoluta. Nuestra parte y responsabilidad es transmitir el mensaje y mientras sigamos en esta tierra, la labor no ha finalizado. Precisamente éste es el centro de nuestra misión y lo que nos diferencia del resto de religiones e instituciones, es que la Iglesia ofrece ayuda integral: suple necesidades físicas y a la vez es la portadora de la salvación de las almas. La Iglesia provee el camino para llenar el vacío existencial del hombre, el camino a Dios, pues sólo Dios, el Creador, llena lo que Él mismo ha creado. Finaliza la entrevista. Conocer la lucha de otra persona por ser más como Jesús, por ponerlo todo a su servicio para darle a conocer nos estimula, nos hace sentirnos lejos de la soledad que nos abruma a veces. Por eso le damos las gracias a Ana, por acompañarnos en este medio, acercándose a nuestros lectores.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Muy Personal - Ana Jiménez: una artista, llena de fe, en Guadix