La cruz y el templo

Deseamos investigar qué relación podemos encontrar entre la muerte expiatoria de Cristo y el lugar de culto; entre la cruz y el templo.

07 DE SEPTIEMBRE DE 2012 · 22:00

,
PREÁMBULO: NOTA ACLARATORIA El 2 de septiembre de 2012 cometí un involuntario error –pero error al fin- en el blog titulado “El ministerio terrenal de Jesucristo y el templo (III)”. En efecto, decía allí: No asombra entonces que Zacarías fuese acosado por la impaciente ambición de los que deseaban ocupar su sitio para oficiar en el templo. Estaban dispuestos a llegar al extremo de asesinarlo como un acto de justicia. La declaración de un indignado Jesús nos revela que esos religiosos habían matado al padre del precursor del Mesías cuando servía en el templo. Quizás suponían que aparentaba mudez sólo para no compartir la información que podría darles más autoridad a sus sucesores. Desde la muerte de Zacarías hasta el día en que Jesús reprende a los fariseos y escribas tan duramente, habían pasado años de silencio respecto del Mesías.” El lector Alejandro Marín señaló correctamente que no era Zacarías –padre de Juan el Bautista- el que Jesús menciona a los religiosos. Me comprometí a corregir el original, cosa que hice de inmediato y comparto, pidiendo a los amables lectores reemplacen el de arriba -que pasa a ser apócrifo- por el texto que sigue, hecha la aclaración. “No asombraría saber que también Zacarías fuese acosado, a causa de su repentina y larga mudez, por la impaciente ambición de los que deseaban ocupar su sitio para oficiar en el templo, los que estaban dispuestos a llegar al extremo de asesinarlo como acto de justicia si lo hubiesen considerado necesario. La declaración de un indignado Jesús nos revela que esos religiosos habían matado a muchos antepasados del precursor del Mesías, a uno de ellos cuando servía en el mismísimo templo, y que sus perversas intrigas y falsa curiosidad estaban dirigidas a tener la información que les diese más autoridad para sucederles. Desde la muerte de Zacarías relatada en 2ª Crónicas 24 hasta el día en que Jesús, demostrando su conocimiento de las Escrituras, reprende a los fariseos y escribas tan duramente habían pasado varios siglos, incluyendo el largo silencio inter testamentario.” Pido disculpas a todos por el inconveniente causado, y como todo error tiene su buen costado, el gesto del lector Marín no hace más que confirmar lo que anticipábamos el 18 de septiembre de 2011 cuando concluíamos nuestro blog “¿De o para el cambio” afirmando estos cuatro puntos que siguen: 1. El éxito del blog consiste en que sea permanentemente interactivo. 2. La participación de los lectores nos ayuda a mejorar la calidad del blog, como en el caso de la elección del nombre. 3. Los temas que enfocaremos desde el blog necesitan claridad conceptual y práctica. Los lectores deben marcar el rumbo con sus preguntas, inquietudes y aportes. 4. Nadie es dueño absoluto de la verdad; lo somos sólo en aquello que se nos ha permitido llegar a conocer. Ese motivo nos hace ser más humildes, abiertos y comunicativos. Nos necesitamos unos a otros. Somos un edificio de piedras vivas colocadas en el sitio correcto por nuestro gran Arquitecto. Descubrir nuestro sitio seguramente nos hará cambiar el medio en el que vivimos. ------------------------------------------------------------------------------------------------------ LA CRUZ Y EL TEMPLO El título elegido no significa que este tramo del camino que llevará a Jesús de regreso al Padre no forme parte de su ministerio terrenal. Por el contrario, el Calvario es la obra cumbre que nuestro Señor vino a cumplir para rescatar lo que se había perdido. De no haberse enfrentado el Hijo de Dios con la cruz y poner voluntariamente su vida en ella su hasta aquí asombroso ministerio hubiese quedado inconcluso. Deseamos investigar qué relación podemos encontrar entre la muerte expiatoria de Cristo y el lugar de culto; entre la cruz y el templo. LA CRUZ EN LA HISTORIA La cruz es uno de los símbolos humanos más antiguos encontrándose restos arqueológicos que lo confirman en Egipto, en China y en Cnosos de Creta, donde se encontró una cruz de mármol que data del siglo XV a.C.(1) De modo que podemos afirmar que la cruz no fue siempre un símbolo de la fe cristiana. En tiempos modernos proliferan todo tipo de cruces. Es muy común ver a gente usando crucifijos como adornos. La mayoría lo hace como gesto estético más que por una identificación personal con su significado. Se la ve en edificios, despachos, sepelios, cementerios, libros, y sitios donde menos se espera verla. En los días de Jesús no fue así; la cruz era tan despreciada que la gente se volteaba frente a ella. De estética la cruz no tenía nada, como veremos al analizar lo que el AT dice referente al “madero”.(2) “Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.”(3) “También por mí es dada orden, que cualquiera que altere este decreto, se le arranque un madero de su casa, y alzado, sea colgado en él, y su casa sea hecha muladar por esto.”(4) Hay quienes usan el crucifijo como si fuese un talismán, le otorgan poderes sobrenaturales y le elevan ruegos besándolos o simplemente haciendo la “señal de la cruz”; a ellos recomiendo pensar en este consejo: “Reuníos, y venid; juntaos todos los sobrevivientes de entre las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva.”(5) Refiriéndose a la manera en que habría de morir, Jesús le explica a Nicodemo la relación entre la serpiente de metal que Dios ordenó a Moisés hacer para que todo el que mordido por los áspides venenosos levantase su mirada hacia ella y no muriese: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”(6) El apóstol Pabloles recuerda a los líderes judaizantes influyendo en la iglesia de Galacia (sostenían que los creyentes en Cristo deben cumplir con la ley para ser salvos): “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: ‘Maldito todo el que es colgado en un madero’).”(7) Podemos decir con alivio que la maldición que cargó Cristo Jesús sobre el madero, ha sido quitada de nosotros;de tal manera que nuestra cruz, la que cada uno lleva en esta vida, se vuelve más liviana cuando no quitamos nuestra mirada de fe en Jesucristo. LA CRUZ AFIRMA LA HISTORICIDAD DE JESUCRISTO El NT es casi la única fuente de referencia histórica sobre la muerte de Jesús de Nazaret. Narra con precisión la partida de los oficiales del templo en busca del Maestro de Galilea guiados por el traidor Judas Iscariote para arrestarle, consumar su plan de eliminarlo de esta vida como si fuese un criminal y ellos continuar sin obstáculos con el negocio del templo. “Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; más esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.”(8)Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, que dijeron: ‘Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo’. Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? Más Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!”(9) El patíbulo deshonroso donde murió Jesús se levantó en el Calvario, no en el templo donde se ofrecían sacrificios que no salvaban pero anticipaban el salvífico del Cordero de Dios. Es incomprensible que esta paradoja no fuese advertida por los estudiosos de las profecías, que no asociaron Isaías 53 con la persecución, juicio y muerte de Jesús a pesar de haber asesorado a Herodes acerca del nacimiento del Mesías en Belén. La respuesta parece ser que, en ese punto del Planeta, en las afueras de Jerusalén, coincidieron los grandes intereses de esa época: el poder religioso (personificado por los sumos sacerdotes Anás y Caifás), el poder monárquico nacional (en la persona del rey Herodes Tetrarca), y el político imperial (en la persona del prefecto romano, Poncio Pilato, a la sazón sustituto de un magistrado en el ámbito civil). Todos ellos vencieron viejos rencores y se pusieron de acuerdo para ejecutar a un hombre inocente "por causa de la justicia". Sólo una cita secular es la del historiador Tácito, en su obra “Anales” (15:44:2-3), menciona“… Cristo, que en época de Tiberio fue ajusticiado por Poncio Pilato”. (10) Fue necesario que Pilato y Herodes, grandes enemigos, se hicieran amigos en ese día (Lucas 23:12). El mismo Pilato, reconocía como "evidente" que ese hombre "no había hecho nada que mereciera la muerte" (Lucas 23:15). Su propia mujer soñó con la inocencia de Jesús y eso apuró su decisión de lavarse las manos del caso. La parodia de juicio, las humillaciones, escupitajos, golpes de puño, e insultos se practicaron sobre un manso prisionero que no ofreció resistencia alguna. Desde la violencia de los principales sacerdotes a los azotes del látigo romano, pasando por la chusma blasfemando su nombre para ganarse el favor de sus instigadores, todo fue un bochornoso espectáculo. El propio magistrado actuante no encontró delito alguno en él, pero accediendo al pedido de la gente en su lugar liberó a un preso justamente condenado por sedición y homicidio. Por una sola de sus ofensas aquellos enfrentarían hoy un tribunal por transgredir los derechos humanos. No hablar del hecho de la cruz y del perdón del crucificado a sus verdugos y pueblo cómplice sería como dejar pasar una oportunidad de profundizar sobre la obra magna de esta muerte por la que tenemos vida. Pero el objetivo de esta nota es mucho más modesto. Deseamos ver en el hombre que muere en el Gólgota al que había declarado “Uno mayor que el templo está aquí” a los líderes religiosos que lo acosaban pocos días atrás. Concluiremos con La cruz y el templo en nuestra próxima entrega, si el Señor así lo permite. 1. Diccionario de los Símbolos, por Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, 2a. edición (2009). Barcelona: Herder. ISBN9788425426421. 2. Madero: la forma de ejecutar a los reos de muerte era colgándolos de un madero antes de la llegada de la cruz latina. 3. Deuteronomio 21:22,23 4. Esdras 6:11 5. Isaías 45:20 6. Juan 3:14,15 7. Gálatas 3:13 8. Juan 18:13 9. Lucas 23: 7-11 10.http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/tacito/indice.html 11. Lucas 24:52,53 12. Mateo 26:59-66

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - La cruz y el templo