Seguimos orando por nuestros políticos

La presencia de nuestros políticos en el Desayuno Nacional de Oración en Madrid ha sido cero patatero.

09 DE JUNIO DE 2012 · 22:00

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Tenemos una clase política indignante y que continuamente nos indigna. ¿Por qué digo esto? Porque está mañana, día 9 de Junio, he acudido, junto con otras setenta personas que representaban a diferentes iglesias, grupos denominacionales, entidades evangélicas etc., es decir el liderazgo evangélico en nuestro país, al Primer Desayuno Nacional de Oración, cuyo propósito, según los organizadores del mismo era “reunir en torno a una mesa, a los líderes evangélicos y representantes políticos de España para tener un tiempo de confraternidad y oración; y poder así, estrechar lazos en torno a la figura de Jesucristo por el bien del presente y futro de nuestro país”. Pues bien, salvo la asistencia honrosa de D. José María Contreras, Subdirector General de Asuntos Religiosos (ya cesado), la presencia de nuestros políticos ha sido cero patatero. Nadie ha acudido a la invitación hecha por los organizadores, ni los que gobiernan, ni los que están en la oposición en ninguna de sus estructuras, ya sea nacional, autonómica o local. Me he sentido menospreciado. He sentido su indiferencia hacía nuestro pueblo. He sentido su falta de consideración, una vez más, hacía el pueblo cristiano evangélico. Prácticamente la mayoría no se ha tomado la molestia ni de excusar su asistencia y mucho menos de enviar algún representante, aunque fuera un político de cuarta o de quinta fila ¿para qué? Al fin y al cabo somos una simple minoría con poco peso en el debate político. No somos más que un puñado de votos sin apenas peso social, económico o político ¿para que entonces tomarnos en consideración? Qué lejos están estos políticos actuales del pueblo al que dicen gobernar, de sus sensibilidades reales. Es difícil encontrar alguien que no esté indignado contra ellos. Dicen que nos representan, pero no es verdad sólo se representan a sí mismos, a sus intereses personales o a los de su partido como máximo. Como me recuerdan a los políticos de la Ilustración que hablaban de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Me reafirmo en lo dicho al principio nuestra clase política es indignante, ya que cuando esperas algo de ella, no está a la altura de las circunstancias y por ello cada vez hay más indignados. Escarbes donde escarbes el descontento está ahí y ellos, los políticos, siguen también estando ahí ajenos a la realidad social a la cual dicen gobernar y mirándose a sus ombligos y no entendiendo porque cada vez hay más gente que les da la espalda. Creo que se lo vamos a tener que seguir explicando, creo que vamos a tener que seguir levantando cada vez un poco más nuestra voz y todo ello desde nuestra unidad, como un solo pueblo “para que el mundo crea”, para que nuestros políticos crean, que en verdad Jesucristo ha sido enviado por el Padre y que todo le pertenece a Él y ellos son simplemente Sus administradores, es decir Sus servidores. A pesar de todo en esta mañana oramos por nuestros políticos y a pesar de todo seguimos orando por ellos.

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