Si no te recuerdan, no importa lo bueno que seas

La notoriedad no va ligada necesariamente a la virtud

25 DE MAYO DE 2012 · 22:00

,
Recientemente estuve en el museo de cera de Madrid. Y aunque no advertí gusanos, sí había figuras de personajes retorcidos (figuradamente también hablando). Algunos, bien conocidos por llegar a cometer genocidios, exterminios y otros delirios consentidos. Éstos podían compartir sala con otras representaciones más ilustres, aunque me temo que menos conocidos, sin que la suerte de su moralidad aparente les pulimentase. Incluso había en el museo una galería del crimen, dedicada a asesinos siniestros, y aunque contuviera también a sus maltrechas víctimas, no parecía que su propósito fuera digamos que inmortalizarlas. Al día siguiente (dormí fuera del museo) advertí un eslogan publicitario que rezaba: “Si no te recuerdan, no importa lo bueno que seas”. La frase estaba impresa sobre una foto de una estatua de un famoso emperador romano, que por no nombrarlo solo diré que fue contemporáneo de Jesús, aquél a quien llamaron bueno. Bien, sé que no descubro nada nuevo al decir que la notoriedad no va ligada necesariamente a la virtud. Y que a la naturaleza humana parecen despertarle el interés actos y personajes deplorables, a veces llegando incluso a la morbosidad. Éste es el plato principal del sensacionalismo, que ha ido nutriendo a nuestra sociedad, acompañado de otras banalidades sin ración. La condena y la condolencia ante actos reprobables es loable, la inclinación por conocer lo pernicioso, lo dudo. La paradoja es que la salvación del ser humano tuvo que pasar por una tortura siniestra en una cruz ignominiosa y ello no sirva ni para suscitar el interés de muchos, aunque ya avisaron que sería despreciado y desechado entre los hombres. Y es que Jesús no vino para ser recordado por ser bueno sino para cargar con nuestras iniquidades y ésto parece a veces tampoco recordarse.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - BreakPoint - Si no te recuerdan, no importa lo bueno que seas