A pesar de todo

A pesar de todo lo impío y pecador que fui, a pesar de las ofensas que te hice mi Señor; y que nunca antes a tu PODER me sometí... me perdonaste, aceptándome con tanto AMOR. Porque a pesar de que fui duro de corazón a pesar de todo, ahora estoy convencido; que en tu Palabra está la Verdad y la razón... ahora lo comprendo Señor, ya convertido. Padre, no creo merecer de Ti tanta bondad pero, déjame demostrarte mi arrepentimiento; permíteme Señor, entregarte mi lealtad... pues te acepté por FE, no por sentimiento. A pesar de todo, déjame vivir en este gozo de tu grandeza quiero seguir testificando; no me apartes de tu Camino tan hermoso... no quiero volver atrás, no quiero seguir pecando. Agrádate Padre, con estas frases tan sinceras respetaremos siempre tu sabia dirección; sígueme usando Señor, como Tú quieras... esperando con humildad tu BENDICIÓN. ¡Por honra y gloria de nuestro DIOS! (En La Calle Recta)