Perfecto de la Asunción: Ministerio en Prisiones

Todos podemos acabar en prisión. Es un error pensar que allí están los malos, y fuera los buenos.

11 DE FEBRERO DE 2012 · 23:00

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Leo en el Salmo 79: “Llegue delante de ti el gemido de los presos…”, y recuerdo que éstos tampoco deben estar excluidos de nuestros planes de evangelización, pues en ese “Id por todo el mundo” tengo la certeza que también estaban incluidas las prisiones de hasta lo último de la tierra… Por eso hoy dialogamos con Perfecto de la Asunción Moreno, presidente del Ministerio Evangélico en Prisiones (MEP), educador social de reconocida trayectoria en torno a menores con problemas judiciales y a mayores con penas privativas de la libertad. Actualmente coordina un proyecto de esta naturaleza en el Centro Penitenciario de Torredondo, en Segovia. Pregunta.- Hablamos mucho acerca de las oportunidades que Dios nos da constantemente. De su amor, de su gracia inmerecida… De su perdón. ¿Debemos, como cristianos, conceder a los presos una segunda oportunidad para que se rehabiliten, se reconcilien con Dios, con la sociedad, con su familia…? Respuesta.- Desde un punto de vista cristiano tenemos el deber de dar esa segunda oportunidad a las personas que, según la ley y juicio humanos, están privadas de libertad. Jesucristo dijo que una de las responsabilidades de los cristianos es visitar a los presos, como si le visitáramos a él mismo. Dijo: “estuve preso y vinisteis a verme”, y este es nuestro lema, que define plenamente la idea de servicio o ministerio que se expresa en el nombre de nuestra asociación: Ministerio Evangélico en Prisiones. Como dijo Doña Mercedes Gallizo, Directora General de Instituciones Penitenciarias: “Los presos son claramente el fracaso de la sociedad; a la prisión se envía a las personas para las que la sociedad no tiene respuesta”. O lo que es lo mismo, las prisiones son el fracaso de la sociedad. Y dentro de esta sociedad estamos nosotros, los cristianos, la Iglesia del Señor, la Esposa del Cordero. Y la pregunta es: ¿cuántos de estos presos son el fracaso de las Iglesias Evangélicas? Pero si la prisión es el fracaso de la sociedad, la propia prisión es otro fracaso declarado. Y la prueba está en el hecho de que haya una ONG realizando intervención en los Centros Penitenciarios. Es la prueba de la ineficacia de la política de reinserción de la Ley Orgánica Penitenciaria. Las ONGs intervienen en los Centros Penitenciarios porque el Estado y, en concreto Instituciones Penitenciarias, no cumplen con la llamada reinserción. Y aquí de nuevo se nos plantea la pregunta para nosotros, ¿qué parte de responsabilidad tenemos como cristianos en esta reinserción ineficaz? P.- ¿Entonces podemos decir que el Ministerio Evangélico en Prisiones (MEP) es un puente para pasar de una vida vieja a otra nueva? Cuéntenos cómo es ese proceso. R.- El MEP señala en sus Estatutos: “La Asociación persigue como fines generales la asistencia y ayuda espiritual y material a presos, expresos y familiares de los mismos, procurando la íntegra rehabilitación de la persona a través de todos los medios a su alcance, y en especial por medio de una experiencia personal con Jesucristo”.Queda claro, por tanto, que para los miembros del MEP, igual que para cualquier cristiano en su actividad diaria, está en nuestro horizonte el que los internos conozcan a Cristo. Pero no hay que olvidar que el MEP, como cualquier otra ONG, tiene autorizado por el Estado un Programa de Intervención Educativo de carácter social, y la ARE o Asistencia Religiosa Evangélica va aparte y es gestionada por la FEREDE, los Consejos Evangélicos y, en definitiva, por las iglesias. Por tanto, nuestra labor principal es, como dice nuestro Programa Marco, formar íntegramente al interno a través del Arte, la Cultura y la Educación Social para su pleno Desarrollo Personal e Inserción Social, y así Prepararle para la Libertad. P.- Percibimos que la ayuda que se presta es integral. Los presos no sólo tienen necesidades materiales, emocionales, sociales, sino también espirituales… ¿Cómo implicar a las iglesias en área social en las prisiones? En la Biblia se nos recomienda: “Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos” (Heb. 13.3); “Llegue delante de ti el gemido de los presos” (Salmo 79.11), y mucho más… Para Jesús los marginados eran una prioridad. R.- Después de 12 años trabajando en prisiones, tanto en la ARE, como en la Acción Social del MEP, tengo que decir que la implicación de las iglesias con los presos es muy baja. Es muy insuficiente en obreros, en dinero y en comprensión hacia los presos. Es muy habitual escuchar a hermanos decir: “los que están en la cárcel están ahí porque se lo han buscado, y no merece la pena perder el tiempo con ellos, que paguen”. Y en cuanto a cómo implicarlas más, se nos agotan las ideas a todos los que nos apasiona este ministerio. Pero, como señalas en tu pregunta, sin sensibilidad ante las necesidades de los presos, y sin empatía hacia ellos, no nos acordaremos de los presos. Además, no hay que olvidar que todos podemos acabar en prisión por una simple multa o por una acusación falsa. Es un error demasiado simple y orgulloso pensar que en prisión están los malos, y fuera los buenos. Tampoco hay que olvidar que en prisión hay de todo, no solo no creyentes y de otras religiones, sino también evangélicos. ¿No vamos a ayudar a nuestros hermanos porque un día cometieron un delito? Creemos que la mejor forma de implicar a los cristianos de forma individual (que no tanto a las iglesias) es tener Ponencias y Mesas Redondas sobre el tema, realizar Cursos de Voluntariado en Prisiones, e invitar a los posibles interesados a ver alguno de los actos públicos que se hacen en la prisión. P.- Seguro que vuestro testimonio de amor y misericordia entre los presos les impacta de tal manera que algunos estarán dispuestos a oír la Buena Noticia de salvación. ¿Se ora por los presos en las iglesias? Dios les ama también. R.- Como ya he dicho antes, nuestra labor es social porque así lo exige el Estado a las ONGs, pero no es menos cierto que la experiencia nos ha demostrado que nuestro trabajo social y nuestros talleres o actividades son un semillero para los Cultos Evangélicos. Y esto es así por el testimonio de nuestros voluntarios que se convierten en sal y luz a través de su ejemplo y actuación. No en vano, uno de los objetivos específicos del Programa Marcodice: “Formar en Principios Éticos Cristianos. Este objetivo tendrá carácter transversal, porque estará en todas las actividades a través del ejemplo y actuación de los voluntarios. Esto no excluye la realización de actividades específicas para formar en dichos principios”. Cuando un preso nos pregunta cómo podemos hacer este trabajo sin cobrar dinero y les decimos que lo hacemos por amor a Dios, se nos abre totalmente la puerta para exponer el Evangelio. En cuanto a orar por los presos, las iglesias que tienen miembros que trabajan en prisión sí lo hacen, pero aquellas que son ajenas a este ministerio apenas se acuerdan de ellos. Pero ocurre lo mismo en otros ámbitos, es decir, que si una iglesia trabaja con toxicómanos, orará por ellos, mientras que si no lo hace apenas se acordará de este colectivo específico. En mi caso, que tengo el total apoyo de mi iglesia Eben-Ezer de Fuenlabrada, se ora de forma constante y habitual, y se cumple con ese texto que antes me comentabas: “Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos”. P.- Cuando alguien ingresa en prisión, su entorno más cercano se ve afectado. Me imagino que este aspecto no preocupa a las instituciones penitenciarias. ¿Qué hacéis vosotros al respecto? R.- Como habitualmente trabajamos con los internos y sus familias, la prioridad siempre será armonizar y equilibrar la intervención a los internos y sus familias, teniendo en cuenta que en condiciones normales el interno siempre está en mayor riesgo de exclusión y con más carencias afectivas y sociales que su familia, por lo que se tendrá como prioridad la asistencia al interno sobre la familia. A la familia se le ayuda a demanda, según sus necesidades, pero sobre todo se atienden sus necesidades físicas más que espirituales (acompañamiento, asesoramiento, información, ayuda en búsqueda de alojamiento). Una necesidad concreta que desde el MEP se satisface en el Centro Penitenciario de Segovia es hacer de intermediarios para que los internos reciban paquetes de ropa de sus familias. Los presos no pueden recibir paquetes por correo postal (solo cartas), y nosotros, como ONG, estamos autorizados a entregar directamente en el centro la ropa que recibimos por correo postal o paquetería en un apartado de correos. Muchos presos están muy lejos de sus familias y visitarles les supone una fuerte inversión de dinero y de tiempo. Recibimos paquetes de Canarias, Italia, Alemania, Irlanda o Gran Bretaña. P.- ¿Qué mensaje ofrecer a la sociedad para que modifique, al menos en parte, su concepto negativo con relación a las personas que han cometido algún delito? R.- El mensaje sería lo que antes manifesté en cuanto a que en la cárcel no son todos los que están, ni están todos los que son. Dicho en otras palabras, en prisión hay internos que son auténticos delincuentes que volverán a delinquir en cuanto salgan, los hay que han delinquido y que están arrepentidos, y los hay que estaban en el momento equivocado en el lugar equivocado. Todo ello sin olvidar un número importante de internos preventivos que pueden llegar a pasar de uno a tres años y ser inocentes. Y por otra parte, en la mal llamada sociedad libre hay muchas personas que habiendo cometido errores no han sido “pillados”. La sociedad debe tener claro que la intervención con las personas privadas de libertad debe ser realizada de forma integral; es decir, debe llevarse a cabo dentro de los Centros Penitenciarios y fuera de los mismos, con la colaboración de toda la sociedad con los programas de intervención de ONGs y Centros Penitenciarios. Por eso es necesario seguir al interno cuando pase a ser externo, guiándole a una definitiva y completa autonomía, pero no dejándole a su suerte hasta que llegue a ella. Y aquí entran en juego más que nunca nuestras iglesias y demás organizaciones cristianas. Evidentemente, la labor comienza y es prioritaria con los ministros de culto, voluntarios y las ONGs que trabajamos en los Centros Penitenciarios, pero una vez que el interno traspasa los muros de la prisión, esta labor debe tener continuidad con la colaboración y coordinación de toda la Iglesia de Cristo. Sin esta colaboración, el trabajo de intervención en los Centros Penitenciarios fracasará especialmente con aquellos internos que, antes de estar privados de libertad, ya estaban privados de las necesidades materiales, afectivas y cognitivas que se exige en una sociedad en el actual Estado del Bienestar. P.- ¿Cuál es la media de edad de los internos? ¿Cuál la proporción de jóvenes? R.- No se puede dar una edad media porque todas las edades están ampliamente representadas, aunque sí es cierto que cada vez se entra más joven. Aparte de la edad lo que sí es cierto es que últimamente ha aumentado enormemente el número de presos inmigrantes y relacionados con delitos “contra la salud pública”, es decir, tráfico y consumo de drogas. Desde el MEP, aunque trabajamos para todos los colectivos, procuramos dar prioridad a los más jóvenes porque tienen más capacidad de cambio que los presos de más edad que tienen el corazón más endurecido. P.- ¿Cómo se financia este ministerio? Es evidente que se necesitan recursos humanos y materiales para su realización. ¿Contáis con la ayuda de organismos estatales? R.- Nuestra financiación procede mayoritariamente de subvenciones de instituciones públicas y privadas, sobre todo de ayuntamientos y de la obra social de entidades bancarias. En cuanto a donaciones particulares, se reciben muy pocas. Las cuotas de los socios se usan sólo para los aspectos administrativos y estructurales de la asociación, pero no para el trabajo en prisión. Es triste tener que reconocer que apenas algunas iglesias ayudan a este ministerio. Finaliza la entrevista. Muchas gracias, hermano, por hacer visibles a las personas que han perdido su libertad. Y también por recordarnos que nadie está libre de recibir una condena, justa o injusta. CÓMO COLABORAR CON EL MEP: 1) HACIÉNDOTE MIEMBRO:Si quieres pertenecer a nuestra asociación y estás de acuerdo con sus estatutos y objetivos, no tienes más que ponerte en contacto con nosotros y te daremos de alta. Puedes consultar nuestros estatutos en el apartado de Documentos de nuestra página Web. La cuota anual es de 30€.2) COMO VOLUNTARI@:Si quieres trabajar con nosotros en el Centro Penitenciario y tienes alguna habilidad que puedas compartir con los presos, puedes hacerlo como voluntari@ de nuestra asociación. Contacta con nosotros y diseñaremos un Programa de Intervención en el que incluiremos tu taller. Si simplemente quieres ayudarnos y no sabes cómo, llámanos y también y te asesoraremos para ver de qué manera puedes hacerlo.3) A TRAVÉS DE DONATIVOS:Si sólo quieres colaborar económicamente con nuestros Proyectos Educativos en el Centro Penitenciario de Segovia, puedes hacer tus aportaciones al siguiente nº de cuenta del BBVA: 0182 2293 99 0201537673. Puedes hacerlo anónimamente, o bien indicando tu nombre y la actividad concreta a donde va dirigida tu aportación.

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