¿Nace Cristo en nosotros?

Las tradiciones sin base bíblica y la exaltación del consumismo impregnan lo que nos rodea, como en las fiestas de fin de año, a pesar de la presente crisis. Pero algunas frases oídas preocupan más.

24 DE DICIEMBRE DE 2017 · 09:05

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No sé si al lector le ha ocurrido lo mismo que a mí; pero en las últimas semanas he descubierto giros impensados en las expresiones de la gente, tanto fuera como dentro de nuestras congregaciones.
En estos días hubo muchos creyentes que, inocentemente, entraron a Internet y circularon cientos de tarjetas virtuales con bellas frases que, tanto repetirlas, se pegaron con facilidad.
También hubo prédicas con ideas y conceptos tiernos y humanos pero que no son bíblicos y, por ello, extraños al magisterio de Jesucristo.
Algunas de esas frases rondaron en mi mente hasta impulsarme a escribir esta nota. Dediqué tiempo para investigar de qué creencias pudiesen provenir y quiénes las hubiesen pronunciado primero. Elegí siete ejemplos entre una enorme cantidad y os los ofrezco en forma abreviada, sin comentarios, con su fuente, para vuestro propio análisis y conclusiones. Luego comparto algo de lo que he encontrado en la Biblia y concluyo con unas pocas reflexiones. Os invito a que vosotros hagáis lo mismo, por vuestra propia cuenta.
1.La Palabra Diaria, Domingo 4 de diciembre del 2011, Paz interna(La palabra diaria © por Unity® 2011) Cristo nace en mí y disfruto de una paz profunda.El Príncipe de la paz encuentra un hogar en mi corazón. Al sentir y expresar la paz bendita y profunda que mi Cristo inspira, el cielo se establece en la Tierra y Cristo nace en mí.María dijo: “Aquí está la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.”—Lucas 1:38
2. Reflexión de hoy Deja que Cristo nazca en ustedes!(sic)

Jesús nace cada Navidad. Piensa que tu corazón es un pesebre… Que en el pesebre de tu corazón nazca Jesús esta Navidad!

3. Pensamiento del domingo 25 de diciembre de 2011 Por Omraam Mikhaël Aïvanhov El nacimiento de Jesús fue un acontecimiento histórico de importancia capital. (…) El verdadero discípulo sabe que, durante Nochebuena, Cristo nace en el mundo en forma de luz, de calor y de vida, y prepara las condiciones adecuadas para que este Niño divino nazca también en él. Sí, porque podemos releer la historia del nacimiento de Jesús tantas veces como queramos y cantar «Ha nacido el niño Divino», pero mientras Cristo no nazca en nosotros, esto no sirve de nada. A cada uno denosotros nos corresponde ahora tener este deseo de hacer que nazca Cristo en una tierra habitada de Cristos!
4. Cristo ha nacido en mí, Por Tommy Hays.Lunes, 26 de diciembre 2011; Buenos días, Señor Jesús. Cristo ha nacido, Cristo en mí. ...
5. Dar la cara. Por Alberto Arija / CD-Cinta: Ediciones Musical PAX Cristo nace cada día en la cara del obrero cansado,en el rostro de los niños que ríen jugando, en cada anciano que tenemos al lado. Cristo nace cada día y por mucho que queramos matarlo nacerá día tras día, minuto a minuto en cada hombre que quiera aceptarlo.
6.Cristo nace y muere en cada misa. Publicado en “CRUZADA” Por Manuel Lozano Garrido
7. Cristo nace en nosotros hoy, Por Ernest Holmes Shurtleff. Traducido del inglés.Formato de archivo: PDF/Adobe Acrobat. Ernest Holmes Shurtleff(1887-1960) Fue escritor y espiritualista, norteamericano. Conoció siendo joven a Mary Baker Eddy (Ciencia y Salud, Ciencia Cristiana). Fundó la Iglesiade Ciencia Religiosa (1954), que es lo más destacado del movimiento Nuevo Pensamiento. Autor de La mente creativa, 1919, y de la revistaLa ciencia de laMente, que se publica desde 1927, sus libros se siguen imprimiendo y los principios que enseña han inspirado e influenciado a muchas generaciones de estudiantes y profesores de metafísica. Holmes también estudió la Ciencia Divina de la que fue ordenado ministro. Su influencia se verifica principalmente en el movimiento de auto-ayuda, las Escuelas San Basilio (Espiritista o Espiritualista), de Control Mental y de Meditación Trascendental. Todo ello forma parte de la extendida religión de la Nueva Era.
En estos siete ejemplos hay de todo, como en botica. Lo preocupante es que, en nuestro deseo de mejorar las chances de que nuestro mensaje sea recibido, mezclemos con la Palabra de Dios frases que suenan bien y hasta parecen cristianas. Pero, al fin y al cabo, con ellas ¿contribuimos o entorpecemos nuestro testimonio?


¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE EL NUEVO NACIMIENTO?
1.- Conocemos ser Uno con Jesús y el Padre gracias a la obra del Espíritu.
Jesús consuela a sus discípulos diciéndoles: “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. (…) En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros (…)El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.Juan 14:15-17, 20, 23. Esta promesa consoladora de Jesús tiene su cumplimiento con la llegada del Espíritu Santo en Pentecostés. Y Pablo nos aclara en 2ª Corintios 3:17 que “El Señor es el Espíritu”.
Muchas de las enseñanzas de Jesucristo son interpretadas en las cartas pastorales, como el vivir en Cristo. El mejor ejemplo que nos deja el Señor es el de la vid, en Juan 15: 4-5: Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
2.- Nacer de nuevo es imprescindible para tener una relación íntima con Él.
Una de las expresiones respecto de Cristo desando morar en nosotros la leemos en Apocalipsis 3:20, He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”
Jesús está llamando a la puerta de la iglesia de Laodicea; la que se veía a sí misma como autosuficiente y enriquecida, arrogante por pretender que no tenía necesidad de cosa alguna; pero a la que el Señor veía como desventurada, miserable, pobre, ciega y desnuda. Podemos decir sin error, que Él llama a la puerta del corazón de creyentes que viven tibiamente su fe, como eran los miembros de esa congregación. Y quien llama no es el niño de Belén, que aún no hablaba. Es Jesucristo, el Verbo encarnado, Hombre y Dios, quien nació y vivió sin pecado; enseñó el camino al Padre; padeció al ser hecho pecado por nosotros; puso su vida en expiación de nuestra deuda y culpabilidad; fue sepultado, resucitó, ascendió, nos justificó delante de Dios y fue recibido en Gloria por el Padre, quien le dio dominio y autoridad sobre todo en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra.
¡Vaya diferencia! No un bebé, sino el Señor de señores y Rey de reyes llama al corazón del cristiano carnal que le ha dejado fuera de su vida, proyectos y celebraciones. Desea iniciar una comunión auténtica, restauradora en la que el anfitrión experimente una nueva relación con Él, que es el único capaz de cambiar mente, corazón y voluntad, fragmentados como están, e instalar una identidad viva, indivisible y completa de hijo (o hija) de Dios. No nace Cristo en nosotros; sino una íntima relación antes inexistente: “Cenaré con él y él conmigo”, que la convierte en una fiesta cotidiana.
3.- Dios puede formar a Cristo solo en los nacidos de nuevo
El apóstol Pablo, escribiéndoles a los creyentes de Galacia, les dice: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros” Gálatas 4:19.
Es claro que Pablo, siendo varón, usa la figura de la mujer que está a punto de ser madre para recordarles a sus hijos espirituales el momento en que habían nacido por la obra del Espíritu Santo al oír de su boca el Evangelio de Jesucristo. Ahora Pablo repite esa figura pues tiene en mente la santificación de ellos por medio del Espíritu Santo, pues él es quien va modelando nuestro hombre interior conforme a la imagen de Jesucristo. ¿Cuál imagen? ¿La del niño de Belén? Mucho mejor: la de Jesucristo glorificado.
En Romanos 8:29 el mismo Pablo anticipaba: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”Y remata esa revelación al escribirles a los Efesios (4:13): “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.


¿POR QUÉ VINO JESÚS AL MUNDO COMO UN BEBÉ?

¿Por qué envió Dios a su Hijo a nacer como humano? ¿No pudo evitarle el trastorno y enviarnos a un Cristo ya adulto, como hizo con Adán? Acaso, ¿no comenzó Jesús a predicar de grande? ¿Por qué nació como bebé?
Dios quiso dar pruebas de que Jesucristo fue perfecto hombre al nacer de una mujer. Pero ningún ser humano es perfecto por nacer de una mujer. Lo que ocurre con nosotros es que nacemos heredando el pecado adámico; mientras que Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo, y por ello nació sin pecado. Nosotros crecemos y vamos adquiriendo hábitos y costumbres pecaminosas: mentimos, aparentamos, disfrazamos la verdad, nos dejamos llevar por los deseos carnales, prometemos una cosa y hacemos otra… Nada de esto experimentó Jesucristo, aunque fue tentado en todo como lo somos nosotros, nunca hizo maldad ni hubo engaño en su boca. Nació, vivió y murió cumpliendoel propósito divinoinspirador de la palabra profética; lo hizo voluntariamente por amor de nosotros. Y naciendo como nació, pudo ser Emanuel, Dios con nosotros.
Con su reconocida autoridad Jesús le declara a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.” Juan 3:3-8.
“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas á todos los que le recibieron, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, á los que creen en su nombre: Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios.” Juan 1:12-13. Notemos:“Recibieron a Cristo” no es lo mismo que “aceptaron a Cristo” (modismo no bíblico impuesto por los partidarios del libre albedrío). “Creen en su nombre” sólo los nacidos por la voluntad de Dios, cuando el Espíritu les ha convencido de pecado y guiado a un genuino arrepentimiento. Nacer de nuevo es un cambio misterioso, drástico, sobrenatural; el hombre natural no lo puede entender, menos aún provocar. (Juan 3:8-9)
Nosotros somos los bebés nacidos de agua y del Espíritu
Jesús no le dijo a Nicodemo cosas como: “Deja al niño de Belén nacer en ti“, “Tú debes tener tu propia Navidad”,”Quiero nacer en ti”...Si Él no lo hizo ¿por qué deberíamos hacerlo nosotros?
Un gran cambio sobreviene al nacer de nuevo, gracias a la regeneración que Dios opera en nosotros, porque venimos a ser nuevas criaturas, con nuevas esperanzas, ideales, gozos y prioridades. (2ª Corintios 5:17). Como agentes de cambio en el mundo debemos recordar que el hombre es nacido de nuevo por voluntad y propósito de Dios, exclusivamente; nadie nace por deseo propio. Es Dios quien toma la iniciativa en regenerar, renacer ó resucitar a los que están muertos para que puedan responder al llamado del evangelio. Amemos de corazón a nuestro semejante, y defendamos con valor el Evangelio de Jesucristo, cuidando su pureza original.
Entonces, no es Jesucristo quien debe volver a nacer en cada Navidad o prédica del Evangelio; es el pecador y la pecadora quienes hoy deben nacer de nuevo; porquehoy es el día de salvación. (Hebreos 3:15, 17; 4:7).
Dios no hace acepción de personas: todos pecamos y estamos destituidos de Su gloria. Pero, por su gran amor con que nos amó, nos envió a Su Hijo, cargó sobre Él nuestro pecado; saldó la deuda con que nacimos y aumentamos a causa de no hacer Su voluntad sino la nuestra; y nos dio vida eterna y esperanza de gloria.
¿Ya has nacido de nuevo? Entonces: ¡Da gracias a Dios y cuenta a otros la verdadera historia mientras vivas!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - ¿Nace Cristo en nosotros?