Pro-vida hasta que nace la criatura

Dos extremos demasiado comunes en nuestro país me dejan ante posturas políticas que no puedo apoyar.

07 DE OCTUBRE DE 2011 · 22:00

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Una de las cosas interesantes sobre el debate en los Estados Unidos con relación al aborto es la manera que tienden a dividirse las posturas políticas alrededor del debate. Por un ladoestán aquellas personas que hablan del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, pero que le quiere negar todo derecho al niño que todavía no ha nacido. Muchos defienden este derecho al aborto aun cuando el niño pudiera sobrevivir fuera del vientre de su madre. En esta perspectiva parece que la única vida que vale es la de la mujer. Los que se declaran pro-vida defiende mucho el derecho del niño no nacido. Hablan del respeto a la vida. Pero algunos de ellos sólo defiende ese derecho mientras no nazca el niño. Quieren que madres solteras completen sus embarazos, pero luego no quieren pagar por el cuidado médico, ni por el acceso a comida nutritiva. Tampoco quieren pagar los impuestos necesarios para que esos mismos niños sean educados en buenas escuelas y puedan contribuir a la sociedad. Esto se complica aun más porque somos una sociedad armada con niveles de violencia y homicidio desconocido en otras partes del mundo occidental. Y somos el único país de occidente que sigue “solucionando” el problema de la violencia con la pena de muerte. Estos dos extremos demasiado comunes en nuestro país me dejan ante posturas políticas que no puedo apoyar, ni por derecha, ni por izquierda. Si voy a ser pro-vida necesito serlo en todo aspecto de la vida. Quiero proteger al niño no nacido luchando en contra del aborto como un medio anti-conceptivo. Pero también cuidar de él para que puede ser una persona de bien. Quiero proteger los derechos de la mujer y no utilizar una postura pro-vida como una excusa para tratar de imponer mi voluntad sobre los derechos de la mujer de tener control sobre su cuerpo y sus embarazos. Quiero ser pro-vida al pagar mis impuestos y dar para ayudar a otros. Quiero rechazar la violencia como manera de defender mis derechos o como castigo al que ha hecho mal. Quiero caminar con los pequeños y débiles y con los que la sociedad considera desechables, particularmente las mujeres y niños pobres y de grupos minoritarios. Como seguidor de Jesucristo quiero que todos se arrepientan y lleguen al conocimiento de la verdad. Y por eso no le quitaré la vida a otro, porque no le quiero quitar la oportunidad de encontrarse con su Señor antes de morir. Buscaré la reconciliación y no la violencia o la guerra como solución al conflicto. En el poder del Espíritu de Dios espero ser pro-vida en todo aspecto de la vida.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Caminando con el pueblo - Pro-vida hasta que nace la criatura